Hoy, 24 de diciembre, no hay nuevo artículo en nuestro blog.
En su lugar aprovechamos para felicitaros las Fiestas con esta foto de la Plaza Mayor en 1956...
Porque el Madrid que no fue es sorprendente, pero el Madrid que fue es maravilloso.
¡Feliz Navidad!
miércoles, 24 de diciembre de 2014
miércoles, 17 de diciembre de 2014
El sueño de un Panteón de Hombres Ilustres
En España, al contrario de lo que ocurre en países como
Reino Unido, la gente no tiene la costumbre de visitar camposantos para conocer
una ciudad o, simplemente, para pasar una tarde soleada de domingo. Sin
embargo, en el siglo XIX se quiso a dotar a la capital con un lugar
digno de admiración en el que pudieran descansar los restos de los personajes
más ilustres.
1. Iglesia de San Francisco el Grande. Siglo XIX |
El 6 de noviembre de 1837 las Cortes Generales
aprobaron la conversión de la iglesia de San Francisco el Grande,
construida en la segunda mitad del siglo XVIII, en el primer Panteón de
Hombres Ilustres de España. En el mismo sólo podrían estar los cuerpos de
personajes relevantes para la historia del país.
En 1841, la Real Academia de la Historia propone la
primera lista, pero es en 1869 cuando se nombró una comisión para localizar los
restos.
El 20 de junio de 1869 se inaugura ese primer panteón
en un acto solemne: bandas de música, unidades del Ejército y de la
Guardia Civil, políticos, estudiantes... acompañan el desfile de cinco
kilómetros de carrozas fúnebres, con el sonido de fondo de cien
cañonazos, y encendiendo tres grandes lámparas al entrar los restos en
la iglesia.
Los cuerpos allí depositados fueron los de los escritores Francisco
de Quevedo y Pedro Calderón de la Barca, los poetas Garcilaso de
la Vega, Alonso de Ercilla y Juan de Mena, el humanista Ambrosio
de Morales, los arquitectos Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva,
el político Zenón de Somodevilla y Bengoechea (Marqués de la Ensenada),
los militares Gonzalo Fernández de Córdoba y Federico Gravina, y
el Justicia Mayor de Aragón Juan de Lanuza.
A pesar de este importante paso, son muchos los personajes
que no pueden ser encontrados y el proyecto no toma las dimensiones deseadas.
En muchos casos no se encuentran los restos, o diferentes ayuntamientos no
permiten su traslado: Lope de Vega, Cervantes, Juan de Herrera, Antonio
Pérez, Claudio Coello, Tirso de Molina, Jorge Juan, El Cid, Don Pelayo, Goya,
Murillo, los condes de Campomanes y Floridablanca, Guzmán el Bueno, Jovellanos,
y un largo etcétera entran en esta lista.
Por este motivo, al pasar unos años se descarta la idea de
seguir buscando más cuerpos y se destierra la
de construir un Panteón Nacional, trasladando así los restos ubicados en
San Francisco el Grande a sus lugares de origen.
2. Proyecto original de Fernando Arbós y Tremandi |
Por otra parte, existía también en el siglo XIX una gran
iglesia y un convento de dominicos que, construidos en el siglo XVI sobre
una antigua ermita, estaban bajo la advocación de la Virgen de Atocha.
Ya Felipe II demostró su devoción al visitar el santuario antes y después de
cada batalla, y Felipe IV también, proclamando en 1643 a la de Atocha como
“Virgen protectora de la Familia Real y de la Monarquía Española”.
En 1808 se produce la invasión napoleónica, y
la iglesia se transforma en cuartel. Tras la Guerra de Independencia, los
dominicos vuelven al convento y, en 1863, la iglesia es ascendida a basílica.
Sin embargo el deterioro de la guerra es visible y no se consigue recuperar el
esplendor previo.
En 1888, la regente María Cristina, viuda de
Alfonso XII, al ver el estado de los edificios, ordena su derribo y la construcción
de un nuevo complejo, en el que se incluirá un nuevo proyecto del
anteriormente fracasado Panteón de Hombres Ilustres.
Este nuevo proyecto ilusiona a los que creyeron posible un
lugar en el que se rindiera homenaje a los más importantes personajes de la
historia del país. Esta vez, además, con el añadido de construir un edificio
desde cero para albergar semejante empresa.
3. Tumba de Prim en el Panteón antes de su traslado a Reus |
Por una parte, un campanil italiano con un reloj de
cuatro esferas y tres campanas destacaría en el conjunto. Por otra, el propio panteón,
a modo de claustro, daría cobijo a las tumbas de las importantes
personalidades. El mismo estaría inspirado en el camposanto del Campo dei
Miracoli, de Pisa.
El panteón sería de planta cuadrada, con dos cúpulas
semiesféricas en las esquinas y tres galerías con vidrieras y arcadas.
En 1891 comienzan las obras, pero en 1899,
cuando la basílica ni se había comenzado, los problemas económicos obligan a
suspender el plan. Sólo el panteón y el campanil habían llegado a ser
construidos. Además, se dio prioridad a las obras de la Cripta de la Almudena,
con lo que la continuación del proyecto quedó condenada al olvido.
4. Panteón e Iglesia de Atocha antes de la Guerra Civil |
En 1901, y finalizadas las obras del panteón, se
trasladaron allí los restos de Prim (ver foto 3), Castaños, Manuel Gutiérrez de la
Concha, Antonio Ríos Rosas y Palafox.
Después, se añadieron los de Antonio Cánovas del
Castillo, Juan Álvarez Mendizábal, Agustín Argüelles, Salustiano
Olózaga, Antonio José María Calatrava, Práxedes Mateo Sagasta,
Eduardo Dato, José Canalejas, Martínez de la Rosa y Muñoz Torrero.
En 1924 los dominicos reanudaron las obras de su
nueva iglesia, pero ya sin seguir los trazos de Arbós (Ver foto 4). Sin embargo, la actual
iglesia data de 1951, ya que la que había sido construida quedó
destruida en la Guerra Civil.
5. Panteón de Hombres Ilustres en la actualidad. Imágenes de ventanasalpensamiento.blogspot.com y Sara Fernández para "El Mundo", respectivamente |
En 1963 se decide construir en los terrenos libres que se
sitúan entre el Panteón y el campanil, el colegio Nuestra Señora de Atocha,
dirigido por dominicos.
Ya en los años ochenta, Patrimonio Nacional restaura
el Panteón, y en 2003 los mosaicos.
Sin duda una oportunidad perdida para poder crear un
conjunto en que se veneren los restos de los más destacados personajes ilustres
del país.
A pesar de todo ello, son varias las esculturas que se llegaron a
hacer para acoger estos cuerpos. Algunas son de artistas de la talla de Mariano
Benlliure o Pedro Estany, con lo cual desde aquí reivindicamos el
valor del Panteón de Hombres Ilustres actual, que seguramente no está
valorado como debería, y que a veces pasa desapercibido incluso para los
propios madrileños.
¿Te animas a visitarlo?
miércoles, 10 de diciembre de 2014
La Plaza Mayor más polémica
En el lugar que antes había ocupado la Plaza del Arrabal,
el arquitecto Juan Gómez de Mora crea entre 1617 y 1619 y por
encargo del monarca Felipe III la que hoy conocemos como Plaza Mayor.
Se trata de una plaza rectangular que va a convertirse en uno de los
símbolos indiscutibles de Madrid.
Plaza Mayor de Juan de la Corte, 1623. Detalle |
Por otra parte, la Casa de la Carnicería, que se
construyó tras el incendio de 1631, sirvió como depósito general de carnes para
abastecer a los mercados y tiendas de Madrid. Hasta hace pocos años fue la
Junta Municipal del Distrito de Centro.
Hoy en día, lo que encontramos es, en la Casa de la
Panadería, el Centro de Turismo de la Plaza Mayor, donde simpáticos
informadores reciben a los turistas que llegan a la ciudad. La Casa de la
Carnicería está siendo a su vez acondicionada para acoger un hotel en el
corazón mismo de la capital.
Plaza Mayor con la fisonomía actual. Foto de secretosdemadrid.es |
Actualmente todo el entorno se encuentra en un proceso de restauración
de cara a la próxima celebración del 400 aniversario de la Plaza
Mayor. Las obras se encuentran en su primera fase, la de conservación de
fachadas y cubiertas, a la que seguirán otras dos fases de iluminación
monumental y acondicionamiento del uso de las bóvedas de los soportales como
lienzos.
Este breve recorrido de la historia de la Plaza Mayor desde
su creación hasta su futuro más inmediato se salta un apartado no
menos importante: la Plaza Mayor que no fue.
Y es que es posible que aún más de uno recuerde la polémica
que surgió en el año 2009 a causa de una remodelación completa
que nunca vio la luz.
En ese año se propone el Plan de Mejora de la Calidad de
la Plaza Mayor, al que el equipo municipal de Gobierno iba a destinar 60.000
euros.
Fiesta real de toros en la Plaza Mayor. José Rubio de Villegas, 1846 Se puede apreciar el color original de las fachadas |
Pero... ¿en qué consistía exactamente la muy comentada
remodelación?
En primer lugar, se habló, y mucho, del “almagre”.
Se trata de un óxido de hierro que adquiere una tonalidad encarnada. Es el
pigmento para pintura de color rojizo que se aplicó en 1989 a las
fachadas de los edificios de la plaza y que le da el aspecto actual.
Postal de la Plaza Mayor en el siglo XX. Aún se aprecia el color amarillo de las fachadas |
Pero no era lo único que se proponía en la reforma. Si bien
el color era un punto polémico, no lo fue menos la eliminación de los tejados
de pizarra instalados en los años 60, y su sustitución por unos más
similares a los originales con teja árabe.
La plaza volvería, a grandes rasgos, a su aspecto
primitivo. Por ello la estatua de Felipe III también sería retirada y
trasladada a la Casa de Campo, donde se situó previamente.
Sin embargo, un elemento sí que habría sido eliminado de los
rasgos originales: se planteó la modificación del suelo de adoquines.
A pesar de ser una imitación del pavimento concebido por Juan Gómez de Mora,
resulta bastante incómodo para el viandante. Pero el cambio no se debía
principalmente a esta razón. Y es que el actual suelo propicia la creación de
charcos que hacen que el espacio sea más húmedo, lo que afecta negativamente
al aparcamiento situado bajo la plaza.
Auto de fe en la Plaza Mayor de Madrid. Francisco Rizzi, 1690 Uno de los actos que se realizaban en la Plaza Mayor, para los cuales se colocaban las gradas comentadas |
Dos cosas quedaban en el aire en la presentación del Plan.
Por una parte, quedaba incierto el futuro de las pinturas de Carlos Franco de
la Casa de la Panadería. Si bien es cierto que han resistido bien sus años de
existencia (fueron pintadas en 1992) y que se trata de un relato barroco sobre
la mitología madrileña, no se aseguraba que no fueran a ser suprimidas
con el fin de volver a la fisonomía original.
Por otra parte, no se aseguraba si iba a incluir o no una cúpula
de cristal como la de la Puerta del Sol que diera acceso desde la misma
plaza al mismo intercambiador, pudiendo acceder de esta manera desde la
Plaza Mayor a la estación de Sol.
El proyecto, concebido siendo aún alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, no fue bien acogido entre l@s madrileñ@s y cayó pronto en el olvido, engrosando así nuestra lista de El Madrid que no fue.
El proyecto, concebido siendo aún alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, no fue bien acogido entre l@s madrileñ@s y cayó pronto en el olvido, engrosando así nuestra lista de El Madrid que no fue.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Madrid 1972, el primer sueño olímpico
Tod@s conocemos los intentos de Madrid por hacerse con los Juegos
Olímpicos en estos últimos años, pero el sueño olímpico de nuestra ciudad
comienza mucho antes.
1. Madrid solicita los Juegos de la XX Olimpiada |
Nos remontamos a octubre de 1965. Durante ese mes se
celebra en Madrid la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI),
y es el presidente del COI en persona, Avery Brundage, quien
comenta que una candidatura española para los Juegos Olímpicos de 1972 sería
muy bien vista, y además tendría muchas posibilidades de ganar. Sin embargo los
plazos eran más que cortos puesto que la inscripción para la candidatura
finalizaba el 1 de enero de 1966, con lo cual la preparación de la misma
tendría que ser más que precipitada.
En ese mismo octubre, Barcelona aprovecha la oportunidad
y presenta su aspiración a candidatura, tras las fallidas de 1924, 1936 y 1940.
Y ya casi con los plazos terminados, el 18 de diciembre, el pleno
municipal de Madrid también presenta la suya, según se dice, impulsada
por el entonces alcalde Arias Navarro, e incluso por el mismo Franco.
El Comité Olímpico Español (COE) se encuentra
entonces con una difícil decisión, y en un primer momento parece que las dos
aspiraciones a candidaturas van a quedar descartadas. Sin embargo, el 24 de
diciembre de 1964, el COE decide, en una votación polémica a la que los
representantes catalanes no pueden acudir, que Madrid sea la ciudad
presentada como candidata para los Juegos Olímpicos de 1972. Madrid
se convierte por primera vez en la historia en candidata a unos JJOO.
2. Plano de Madrid en 1966 con la ubicación de las instalaciones existentes y previstas, la Villa Olímpica al norte, y una proyectada ronda de circunvalación |
El dossier oficial de la candidatura prácticamente se
improvisa, ya que el 1 de enero tiene que quedar presentado ante el COI. Un
dossier en el que no se da ninguna cifra de presupuesto, y varias sedes quedan
un poco en el aire (por ejemplo, la Plaza de Toros de las Ventas se postula
como sede para algún deporte, pero en ningún momento se especifica cuál).
Un total de 19 recintos deportivos eran los que
acogerían estos JJOO en la capital. 15 de ellos ya estaban construidos. Otros 6
se levantarían para el 72: una piscina para 12.000 espectadores, un pabellón
para 10.000, un velódromo para 6.000 ampliable a 20.000, dos
polígonos de tiro, y, por supuesto, el estadio olímpico para 100.000
personas. Todos estos recintos se situarían al oeste de la ciudad: Ciudad
Universitaria, Casa de Campo, Zarzuela, Club de Campo, Puerta de Hierro y
Parque Sindical Deportivo. Al norte (barrio de Fuencarral) se encontraría la Villa
Olímpica (ver foto 2).
Los recintos que ya estaban construidos y se aprovecharían
para el evento serían el Estadio de Vallehermoso, el Estadio Santiago
Bernabéu, el Estadio Manzanares (actual Vicente Calderón), el
Palacio de Deportes, el Hipódromo de la Zarzuela o la Ciudad
Deportiva del Real Madrid (hoy Cuatro Torres Business Area) entre otros. (Ver foto 3)
3. Dossier de la candidatura con las instalaciones propuestas |
La vela se ubicaría en Barcelona, y el remo y el piragüismo en el madrileño pantano de San Juan.
En lugar de la aportación específica de datos, lo que se
ofrecía eran detalles de lo que la ciudad podría ofrecer a los visitantes:
desde una Gran Vía repleta de neones o unos bloques de
viviendas del “nuevo Madrid” a una apacible tarde de barcas en el estanque
del Retiro, que recuerda mucho al famoso “relaxing cup de café con leche en
Plaza Mayor” de Ana Botella para la candidatura de 2020.
En el dossier también se hablaba de la experiencia de
Madrid acogiendo eventos deportivos, poniendo como ejemplo los Juegos
Iberoamericanos de 1962, los Juegos Nacionales Sindicales, y el Campeonato de
Europa de baloncesto.
Los Juegos se realizarían del 25 de agosto al 10
de septiembre de 1972 para evitar así el calor. 200.000 personas acudirían
cada día a presenciar estos eventos deportivos.
Como decimos, el dossier era poco más que un libro
ingenuo y poco elaborado de lo que podrían ser los JJOO en Madrid, pero sin
datos concretos y aportando ideas generales. Bien es cierto que en aquella
época el COI no era tan exigente como lo es ahora, y no se cuestionaba si un
país sería capaz de afrontar las sumas de dinero necesarias para un proyecto
como éste.
Las candidatas finales fueron 4: Detroit, Montreal,
Munich y Madrid. La votación también estaba cerca, ya que se celebraba el 26
de abril de 1966.
4. En el dossier se destacan las buenas comunicaciones de Madrid |
Cuando se acercaba el día en que se conocería al ganador y
contra todo pronóstico, la favorita era clara: Madrid. A pesar de la
falta de informes del proyecto, nuestra ciudad se postulaba como la preferida
sin ninguna duda. Y es que Detroit y Montreal quedaban prácticamente
descartadas desde un primer momento, puesto que desde 1960 no se celebraban
unos JJOO en Europa (en Roma, concretamente), y en 1972 todos apostaban por la
vuelta del evento al viejo continente.
La decisión estaba, por tanto, entre Munich y Madrid.
Sin embargo, ningún país comunista tenía pensado apostar por una ciudad de la República
Federal de Alemania (RFA) por razones políticas, y además España recibiría
el apoyo de todos los países iberoamericanos y árabes.
En contra de lo que se pueda pensar, en Madrid no se dispara
la euforia. Más bien todo lo contrario. No hay que olvidar que España en 1972
se encuentra aún bajo la dictadura franquista. El intento de convertir a
Madrid en Ciudad Olímpica es entonces más un motivo político que un deseo real.
Y es que lo que se pretendía era vender la imagen de Madrid y de España como un
destino moderno y renovado de cara al público, pero en ningún momento se
tiene la intención real de ganar esa competición.
5. Logotipo de la candidatura Madrid 1972 |
Horas antes de la votación final, y viendo que Madrid es
prácticamente la ganadora, empieza a circular la noticia de que el Ministro de
la Gobernación español, Camilo Alonso Vega, va a retirar a la ciudad de
la carrera olímpica sin dar explicación ninguna. No gustaba la idea de visitantes
de todos los países, incluidos los de países comunistas, paseando por las
calles de la Villa y Corte, y menos aún la de periodistas haciendo de Madrid
el centro de todas las noticias durante 15 días.
La ciudad no se retira, pero se da a entender que el
Gobierno no apoyará los gastos de la Candidatura, y a la votación final ni
siquiera acude el alcalde Arias Navarro.
A esa votación se lleva una maqueta del “nuevo
Madrid”, que ya contaría con 2,6 millones de habitantes. Dicha maqueta no
cabía en la bodega del avión, y por poco se queda en el aeropuerto de Barajas,
si no es porque finalmente se sierran las patas de la misma.
Ante tanta dejadez, es Munich la que se convierte en ganadora
con 31 papeletas, y Madrid, a pesar de querer retirarse de la carrera,
queda segunda recibiendo unos honrosos 16 votos.
Una pena que todo se hiciera de esta forma, ya que habría sido una oportunidad perfecta para proyectar internacionalmente nuestra ciudad.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
La Torre del Espectáculo
“Madrid necesita un mirador”. Bajo este sugestivo lema, el diario “El Alcázar” animaba a estudiantes y arquitectos en 1966
a presentar sus proyectos para la creación de un mirador en la capital, con la
esperanza de que el mismo fuera tan llamativo que finalmente se aprobara su
construcción.
El diario proponía los pinares de Rodajos, en la Casa de Campo, como el lugar idóneo por sus vistas al perfil de la urbe.
Se
convocaba, textualmente, debido a “la epidemia de torres y miradores en toda
Europa”. Sin embargo, precisamente hasta el año siguiente, era un edificio
madrileño, la Torre de Madrid, el más alto de toda Europa.
Casto Fernández-Shaw Iturralde |
Fueron muchos los proyectos que llegaron a la redacción de
“El Alcázar”. Sin embargo uno llamó especialmente la atención desde el
principio.
Casto Fernández-Shaw Iturralde (1896-1978) fue un
arquitecto y urbanista madrileño, exponente de la corriente del racionalismo. Trabajó en el estudio de Antonio
Palacios (de quien ya hablamos anteriormente en el post de su proyecto de la Puerta del Sol), y coincidió allí con Pedro Muguruza (que se
encargó de las obras de la reconstrucción de la Ciudad Universitaria y del
Valle de los Caídos).
Fernández-Shaw es ya en 1966 bien conocido en Madrid por haber construido edificios tales como la gasolinera de Petróleos Porto Pi (hoy restaurada pero aún existente en la calle de Alberto Aguilera), el edificio Coliseum de la Gran Vía, o el Mercado de San Fernando de la calle Embajadores.
Por eso es llamativa su participación en esta propuesta de “El Alcázar”, al que envía un insólito proyecto denominado "la Torre del Espectáculo".
Se trataría de una torre de 500 metros que casi cuadriplicaría la altura de la ya mencionada Torre de Madrid. La base tendría 330 metros de diámetro, y en la parte más elevada se hallaría un restaurante y, por supuesto, unas terrazas que harían que el sueño de ese mirador de la Casa de Campo se hiciera realidad.
Proyecto de la Torre del Espectáculo |
Hasta un cierto nivel, se podría subir a la torre con el propio automóvil y realizar compras desde él. Pero no fue esto lo que entusiasmó a los técnicos de aquellos años.
Y es que lo sorprendente es que en la planta principal del edificio habría un campo de fútbol reglamentario, y sobre él más salas para otras competiciones deportivas, teniendo este "estadio" una capacidad para 45.000 personas.
Sobre el mismo habría un circo, cuyos
espectáculos podrían disfrutar otras 15.000 personas. Además, un cine,
una sala de conciertos e incluso una piscina. La capacidad
total de la torre, incluyendo el resto de pisos, las terrazas y el restaurante, llegaría a las 100.000 personas.
Una oleada de críticas favorables a la construcción del
edificio ocupó páginas y páginas de periódicos.
El ingeniero jefe de los servicios de radiodifusión y
televisión del Ministerio de Información y Turismo dijo que la creación de la
torre era muy urgente con la esperanza de que sirviera también como torre
de comunicaciones, ya que Torrespaña (el Pirulí), no se inauguró hasta
1982.
El Presidente de la Asociación Española de Amigos de los
Castillos, a su vez, comentaba que habría que construirla cuanto antes
para que el arquitecto no llevara su proyecto a otro lugar.
Proyecto de la Torre del Espectáculo |
Fernández-Shaw aspiraba a que su torre se convirtiera en el
centro de una exposición mundial de 20 países que en el año 1992 celebrarían el
V centenario del descubrimiento de América, la cual finalmente se celebró en
Sevilla.
A pesar de todas las opiniones a favor (y alguna en contra,
como la del también arquitecto Miguel Fisac), la torre nunca llegó a
construirse.
Por cuestiones del azar, es en 1992 cuando Madrid consigue
su mirador a la ciudad, y no es por el V centenario del descubrimiento de
América, sino porque ese año la Villa y Corte acoge el título de Capital de la
Cultura Europea. Como conmemoración se erige la “Torre de Iluminación y
Comunicaciones del Ayuntamiento de Madrid”, más conocida como el Faro de
Moncloa (110 metros de altura).
Sin embargo, la maldición en cuanto a miradores
continúa. Y es que, tras varios problemas y falta de conservación,
fue cerrado en 2008 por incumplir la normativa de seguridad, y a noviembre de
2014 y tras una costosa, costosísima reforma, el Faro sigue cerrado a la espera
de que alguien se interese en comprarlo para convertirlo en restaurante.
La pregunta es obligada... ¿es necesario un mirador como la Torre del Espectáculo en Madrid, o es más que suficiente con el Faro de Moncloa (una vez reabra sus puertas)?
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Proyecto de ampliación de la línea 11 de Metro
El 17 de octubre de 1919, el rey Alfonso XIII inaugura
el trayecto Sol-Cuatro Caminos de la línea 1 del Metro de
Madrid. Se trata del pistoletazo de salida a una carrera que lleva a Metro
de Madrid a convertirse en lo que es hoy: la segunda red de metro de la Unión
Europea, la octava del mundo, y una de las que más ha crecido en estos últimos
años, llegando algunas líneas a muchos de los municipios cercanos a la capital.
Entre 1995 y 2007, la red se extendió de manera muy rápida.
Sin embargo, algunos de los proyectos más ambiciosos no se pudieron llevar a
cabo, y actualmente han quedado descartados, o al menos apartados temporalmente
debido a la crisis económica.
La línea 6, que todo el mundo conoce como línea
circular, es un cinturón que rodea la ciudad en metro tal y como
hace la M-30 por carretera.
Por tanto, no es de extrañar que, de la misma manera que
existe un segundo cinturón en las carreteras madrileñas, la M-40,
surgiera la idea de una segunda línea circular que fuera completando el mapa
del metropolitano en forma de telaraña.
Ya en 2006 esta idea comenzó a reflejarse en
proyectos que trataban de llevar a cabo esta ardua tarea. Pero al tratarse de
un cinturón tan amplio, el número de kilómetros también sería importante. Por
este motivo se decidió trazar, al menos en un primer momento, sólo un semicírculo.
La tarea de esta línea sería fundamentalmente descongestionar la línea 1
en el tramo Sol-Pacífico, y la línea 6 en la zona sur.
Lo curioso es que para esta M-40 del metro se utilizaría la
existente línea 11. La misma era en 2006 la más corta de la red
de Metro (sin contar el Ramal Ópera-Príncipe Pío). Y es que la línea 11 sólo
tenía 3 paradas: Plaza Elíptica, Abrantes y Pan Bendito.
Por una parte la línea se ampliaría por el sur, y de
hecho se amplió de 2007 a 2010. Actualmente, tras Pan Bendito, se puede llegar
a San Francisco, Carabanchel Alto, La Peseta, y finalmente a La Fortuna,
contando así con 7 paradas.
La ampliación más ambiciosa se llevaría a cabo por el norte,
favoreciendo especialmente a los distritos de Arganzuela y Retiro. Y es que
esta línea recorrería gran parte de la ciudad y se convertiría en la más
larga de todas las existentes.
La cabecera norte, en lugar de situarse en Plaza Elíptica,
se movería hasta Avenida de la Ilustración, donde se podría hacer
trasbordo con la línea 7.
De ahí se iría poco a poco completando el semicírculo con las siguientes paradas: Herrera Oria (enlace con línea 9), Ramón y Cajal, Monforte de Lemos, Chamartín (una de las más importantes de la línea, ya que conectaría con líneas 1 y 10 de metro, pero también con Cercanías RENFE y trenes de larga distancia en la estación de ferrocarril), Costillares, Atalaya (nueva estación que acogería las líneas 8 y 11), Arturo Soria (línea 4), San Juan Bautista, El Salvador, Ciudad Lineal (línea 5), Ascao (línea 7), la Elipa (línea 2), Marqués de Corbera, Sáinz de Baranda (líneas 6 y 9), Niño Jesús, Atocha Renfe (línea 1, Cercanías, y la otra gran estación de ferrocarril de Madrid), Palos de la Frontera (línea 3), Puente de Praga, y volvería a enlazar con Plaza Elíptica (línea 6), para juntarse con la ya existente línea 11.
De ahí se iría poco a poco completando el semicírculo con las siguientes paradas: Herrera Oria (enlace con línea 9), Ramón y Cajal, Monforte de Lemos, Chamartín (una de las más importantes de la línea, ya que conectaría con líneas 1 y 10 de metro, pero también con Cercanías RENFE y trenes de larga distancia en la estación de ferrocarril), Costillares, Atalaya (nueva estación que acogería las líneas 8 y 11), Arturo Soria (línea 4), San Juan Bautista, El Salvador, Ciudad Lineal (línea 5), Ascao (línea 7), la Elipa (línea 2), Marqués de Corbera, Sáinz de Baranda (líneas 6 y 9), Niño Jesús, Atocha Renfe (línea 1, Cercanías, y la otra gran estación de ferrocarril de Madrid), Palos de la Frontera (línea 3), Puente de Praga, y volvería a enlazar con Plaza Elíptica (línea 6), para juntarse con la ya existente línea 11.
Habría sido una línea con un total de 28 estaciones
para la que comenzaron a prepararse ya algunos detalles. Por ejemplo, la
estación de metro de Chamartín se amplió en 2007, y se construyeron dos
andenes, actualmente sin servicio, con vistas al nuevo proyecto.
Más de 20 kilómetros nuevos de recorrido, que habrían
costado unos 392 millones de euros.
En principio, antes de 2020 l@s madrileñ@s podrían haber disfrutado de esta nueva ampliación. Pero la crisis económica hizo
que el proyecto se guardara en un cajón que no sabemos si se volverá a abrir.
La última noticia en relación a la línea 11, sin embargo, no
ha sido muy positiva. Y es que en abril de 2014 la Unión Europea criticó la
ampliación realizada, porque apenas es utilizada por el 18% de los usuarios que
el Gobierno regional previó al solicitar fondos a Bruselas para construirla.
Por ello hoy preguntamos, ¿qué te habría parecido la ampliación por el norte de la línea 11? ¿Un proyecto necesario, o un gasto inútil?
miércoles, 12 de noviembre de 2014
El monumento a Alfonso XIII
El Paseo de la Castellana es uno de los más conocidos
por los madrileños. Sus repetidas ampliaciones han dado lugar a una de las
calles más largas y representativas de la ciudad. Si bien es cierto que su
origen data de los siglos XVII y XVIII al ver la luz el Paseo
del Prado y el de Recoletos, su urbanización en la zona norte no
finaliza hasta el siglo XX. De hecho las Cuatro Torres cierran este espacio al
final del Paseo desde hace sólo unos años, ya en el siglo XXI.
Alberto de Palacio y Elissague |
Como decimos, sus ampliaciones se han ido llevando a cabo
por tramos. Los proyectos más famosos han sido el Plan Castro en 1857,
el de Núñez Granés de 1910, y el Plan Bidagor entre 1941 y 1946.
En el primer cuarto del siglo XX, durante el reinado de
Alfonso XIII, se planea el ensanche norte del Paseo de la Castellana que,
basado en el Plan de Núñez Granés, hace que se urbanice incluso la
actual zona de Nuevos Ministerios. Es lo que da lugar a que posteriormente, en
1933, se derribe el Hipódromo de la Zarzuela, y en ese mismo lugar se
construyan los Nuevos Ministerios, obra que finalizó ya en 1942.
Todo esto es el Madrid que fue, pero... ¿qué hay del que no
fue?
Lo cierto es que en la zona en que se ubicaba el Hipódromo,
en un primer momento no estaba planeado que se construyera el edificio de los
Nuevos Ministerios.
Alberto de Palacio y Elissague fue un arquitecto del
que ya hablamos en la entrada “El monumento a Colón de Alberto de Palacio”. Se
trata de un personaje muy ambicioso que planeó en Madrid más de un proyecto de
grandes dimensiones.
Hoy volvemos a hablar de él porque fue el encargado de
diseñar el monumento a Alfonso XIII. Y es que este rey, como la práctica
totalidad de los monarcas españoles, encargó un monumento de su persona para
que su figura no se olvidara fácilmente.
Recreación del monumento a Alfonso XIII, de "El Madrid no construido" |
El monumento consistiría en un basamento con una gran
puerta de ingreso. Habría una colosal fuente con cascadas de una
altura de un séptimo piso sobre la cual se alzaría la estatua
ecuestre de Alfonso XIII, hecha en bronce y presidiendo toda la obra, la
cual alcanzaría los 40 metros de altura.
Las inmensas cascadas, cuatro en total,
semejarían bóvedas acrisoladas de forma variadísima, con el fin de producir efectos
visuales cuando estuvieran bañadas por los rayos solares.
Por si todo esto fuera poco, también serviría como palacete,
y es que en su interior habría un gran salón para recepciones y
conciertos, todo ello con balcones y galerías para poder admirar las
vistas en todas direcciones, y como remate, una bóveda con la bandera española.
Esta construcción estaría rodeada por unos imponentes
jardines en un espacio perfectamente circular de 200 metros de diámetro,
y el conjunto se convertiría en una isla, rodeada a forma de anillo por la
ampliación del Paseo de la Castellana, justo por donde hoy pasa esta
avenida a la altura de los ya mencionados Nuevos Ministerios.
Monumento a Alfonso XIII en el Paseo de la Castellana |
Desde el Paseo, además de poder admirarse en todo su
esplendor el grandioso monumento, se podrían adivinar las fuentes, flores de
colores y bustos de reyes y personajes célebres que asomarían en los
jardines.
El 13 de junio de 1915, Alberto de Palacio escribe
una carta a su hijo, en la que le explica que Alfonso XIII se quejaba sin cesar
de la poca ambición de los arquitectos a los que encargaba la ampliación del
Paseo de la Castellana, hasta que Núñez Granés presenta su ampliación, y el Rey
dice que si finalmente se lleva a cabo, se convertirá en el mejor paseo del
mundo.
Sin embargo, tanto el monumento como el parque de Alfonso
XIII nunca fueron construidos. Hasta 1933 no se derribó el Hipódromo para poder
prolongar la Vía, pero en ese año, el que había sido rey ya no se encontraba en
España. El 12 de abril de 1931, las elecciones municipales dieron
la victoria a las candidaturas republicanas, y el 14 de abril del mismo
año se proclamó la II República, mientras el antiguo monarca abandonaba
el país.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
El edificio Carrión
La Gran Vía es un hito que marca un antes y un
después en la historia madrileña. Son tantos los edificios a destacar que por
lo general es difícil elegir uno, y por ello se suele hablar de la calle en su
conjunto. Sin embargo, cada uno de esos edificios tiene su historia, su
proyecto independiente del resto.
1. Proyecto de Luis Gutiérrez Soto |
Es el 4 de abril de 1910 cuando, en presencia del
alcalde de Madrid, José Francos Rodríguez, el presidente del gobierno, José
Canalejas, y la familia real con Alfonso XIII a la cabeza, se
comienzan oficialmente las obras de demolición de las antiguas calles,
edificios e iglesias, para construir la Gran Vía.
La misma se divide desde el comienzo en 3 tramos, tanto en períodos de
construcción como en disposición. El primero iría desde el actual edificio
Metrópolis (donde antes se situaba la “Casa del Ataud”) hasta la Red de San
Luis, junto al edificio Telefónica. El segundo tramo, de ahí hasta la plaza de
Callao. El último llegaría hasta su fin en Plaza de España.
2. Proyecto de Emilio Paramés con J. Rodríguez Cano. Fotomontaje |
Hoy vamos a hablar del primero de los edificios del tercer
tramo de la vía, el edificio Carrión.
En el lugar en que hoy se encuentra el posteriormente llamado edificio
Capitol, más que conocido por su cartel de Schweppes, se situaba un
terreno propiedad del marqués de Melín, don Enrique Carrión y Vecín (de
ahí el nombre de edificio Carrión). El mismo estaba situado junto a la plaza de
Callao, con esquina a la calle Jacometrezo y Gran Vía.
3. Proyecto de Manuel de Cárdenas |
El marqués decidió convocar en 1931 un concurso
privado entre varios arquitectos para la construcción de un edificio que se
convirtiera en un hito para Madrid, pero también que fuera de su agrado, tarea
nada fácil. Las seis candidaturas fueron de:
-
1. Luis Gutiérrez Soto, que formó parte en la llamada
Generación del 25
-
2. Emilio Paramés con J. Rodríguez Cano
-
3. Manuel de Cárdenas
-
4. Eduardo de Garay con Juan de Zabala
-
5. Luis Martínez Feduchi con Vicente Eced
-
6. Pedro Muguruza
4. Proyecto de Eduardo de Garay con Juan de Zabala |
En el momento, el arquitecto más conocido, además de Luis Gutiérrez
Soto, era probablemente Pedro Muguruza (1893-1953), por obras como, por
ejemplo, la terminal de la Estación del Norte, o el vecino Palacio de la
Prensa, aunque fue años después cuando realizó obras como la reconstrucción
de la Ciudad Universitaria tras la Guerra Civil, o el proyecto del Valle
de los Caídos.
Como el solar era irregular, se requería un chaflán,
un plano recto en lugar de una esquina en la plaza de Callao, o eso pensaron
tanto Pedro de Muguruza como Manuel de Cárdenas. Los otros cuatro de los
proyectos se idearon con el remate de manera curva, dando un carácter expresionista al
edificio y acentuando su horizontalidad.
5. Proyecto de Luis Martínez Feduchi con Vicente Eced |
Los seis diseños fueron presentados en la revista
“Arquitectura” en junio de 1931, y se daba a conocer en ella la planta y el alzado
propuestos.
El diseño de Pedro Muguruza era, para muchos, el idóneo,
porque respetaba su obra del Palacio de la Prensa, y ponía los dos edificios en
armonía, como se puede apreciar en la fotografía número 6. El lenguaje clásico con
pilastras, balaustradas, tondos, arcos y molduras, hacían que esta construcción
completara el conjunto con la anterior.
El arquitecto hizo varios cambios en el diseño, pasando, por
ejemplo, de una portada con un arco de medio punto en la planta baja a una
apertura rectangular. Posteriormente, volvió a cambiar esta entrada por una
sucesión de columnas, y por último, por arcos de medio punto entre pilastras.
Sin embargo, no es Pedro Muguruza quien gana el concurso.
Tampoco Luis Gutiérrez Soto, como se podría pensar.
Y es que llegó el día en que el marqués tenía que decidir
qué proyecto autorizaría para ser realizado en su solar... y descartó los seis.
Ninguno fue de su agrado y se declaró nulo el concurso, así que todos quedaron en papel y nunca vieron la luz.
Edificio Carrión |
Finalmente, don Enrique Carrión y Vecín contrató a Feduchi y Eced, que habían presentado conjuntamente uno de los diseños, y les hizo directamente el encargo para que hicieran un proyecto nuevo que guarda, sin embargo, mucha semejanza con el que ya habían presentado anteriormente, en un estilo claramente expresionista (inspirado en el expresionismo alemán y con forma de barco). Una elección personal del marqués que, como tantas otras a lo largo de la historia, han cambiado para siempre la fisonomía de nuestra ciudad.
Y a ti, ¿cuál de los seis te parece el más indicado para esa situación?
¿Fue acertada la decisión del marqués?
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