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miércoles, 19 de abril de 2017

Mamparas de seguridad en el Metro de Madrid

¿Sabías que Metro de Madrid probó, hace no muchos años, un sistema de mamparas anticaídas que pretendía ser instalado las estaciones de la red más concurridas?

Metro de Madrid es, sin duda, uno de los mejores sistemas de transporte del continente. Con sus 301 estaciones y sus casi 294 kilómetros de recorrido, conforma la tercera red más grande de Europa, tan solo por detrás de Londres y Moscú.
12 líneas convencionales, 1 ramal y 3 líneas de metro ligero, son las que componen el sistema actual, bien diferente del inaugurado, con tan solo una línea, el 17 de octubre de 1919 por el rey Alfonso XIII.

Estación de metro "Hospital Severo Ochoa"
Desde aquel año, Metro de Madrid no ha dejado de crecer, y es por ese motivo, por el que en 2008 se comenzó a fraguar una idea que cambiaría la fisonomía actual de las estaciones: la colocación de “puertas de andén”.

Estas puertas serían unas mamparas que actuarían de segunda entrada al convoy, y que protegerían a los usuarios, impidiendo así posibles accidentes o incluso eventuales suicidios, aunque la tasa de estos últimos no es para nada alarmante (15 por cada mil millones de viajeros). Una medida que no sería novedosa, ya que es un sistema que se viene utilizando en los metros de ciudades como Londres, París, Copenhague, Turín, Lille, Chicago, Hong Kong, e incluso en Sevilla.

Se trataría de una valla acristalada situada verticalmente en el borde del andén, con un sistema de puertas corredizas que se abriría a la vez que las mismas puertas del tren.

Según Metro, con su implantación, “pasarán más trenes cada menos tiempo, habrá una mejor distribución de usuarios en el andén, se evitarán caídas de viajeros y objetos a las vías, y se controlará mejor la ventilación de la red”.

Mamparas de Faiveley en la estación Casa del Reloj.
Eric, anden1.es
Por tanto, todo parecían ventajas. Es por ello por lo que se encargó a cuatro empresas diferentes (Manusa, Knorr-Westinghouse, Faiveley Transport Ibérica y Sepsa-Oclap) la tarea de confeccionar estas mamparas. Las mismas fueron colocadas en cuatro estaciones de la línea 12 de Metro, “Metrosur”, concretamente en la localidad madrileña de Leganés, durante 2009. A principios de 2010, los viajeros pudieron comenzar a usar en las estaciones de San Nicasio, Hospital Severo Ochoa, Casa del Reloj y Leganés Central las mencionadas “puertas de andén”. El objetivo era probar durante unos meses esos cuatro diferentes sistemas, y en función de los resultados, elegir uno de estos modelos para que la empresa correspondiente lo implantara en las paradas con más afluencia de Metro de Madrid.

Se eligió colocar estas mamparas de prueba en la línea 12 porque los andenes de “Metrosur” son los más largos de la Red con 120 metros de longitud cada uno, con lo que se podría implantar esta novedad en pruebas utilizando aproximadamente solo la mitad del andén, coincidiendo con la medida total del convoy (55 metros), y si en algún momento surgía algún problema, se podría clausurar este sistema para que en el espacio restante de andén donde no hubiera puertas, hiciera su parada el metro y pudieran acceder los viajeros.


Mamparas de Manusa en la estación de San Nicasio.
Eric, anden1.es
La idea era que, tras esos meses de pruebas, a finales de 2011 se sacara a concurso el proyecto ganador elegido de entre los cuatro, para poder situarlo en las estaciones más concurridas de la Red de Metro.

Sin embargo, en junio de 2010, un joven sufrió un accidente en la estación de Casa del Reloj con relación a este sistema, y acabó herido. Además, también un invidente tuvo un pequeño incidente, y en diversas ocasiones, las puertas no se abrían correctamente, o no se situaban a la altura de las puertas reales del convoy. Estos hechos, unidos al principal escollo del proyecto, la financiación, hicieron que se clausuraran las mamparas en obras.

Y es que, al igual que en otros tantos artículos, en este hay que hablar de los problemas económicos ligados a la crisis financiera. Fue entre 2010 y 2011 cuando se empezó a hablar realmente del coste de la realización de estas mamparas. En 2009, cuando se implantaron las cuatro mencionadas en Leganés, se dijo que se desconocía el coste total, pero que dependería del número de estaciones que finalmente usaran este sistema.

Mamparas de Knorr-Westinghouse en la estación de
Hospital Severo Ochoa. Eric, anden1.es
No obstante, pronto llegaron las comparativas con otras ciudades en las que ya existían estas “puertas de andén”. Por ejemplo, Sevilla, que en 2009 inauguró su línea de metro, invirtió 18 millones en su instalación. Se trataba de su colocación en todas las estaciones de la red del metro sevillano, es decir, en las 22. No obstante, el elevado número de estaciones de la red madrileña (más de 300) fue el motivo por el que, desde un primer momento se había descartado su implantación en todas ellas, siendo solo implantado en las que tuvieran más afluencia de viajeros, pero aun así, la cifra se hacía imposible, especialmente en tiempos de dificultades económicas.

Por tanto, las mamparas en pruebas que se habían instalado en 2009, una vez clausuradas entre 2010 y 2011, fueron cayendo en el olvido, y en esas citadas estaciones se pasó a hacer uso por parte de los trenes del tramo de andén restante. Las abandonadas “puertas de andén” siguieron allí, por tanto, debido al coste de retirarlas, hasta que finalmente en 2015 se procedió a su desmantelamiento.

Mamparas de Sepsa-Oclap en la estación Leganés Central,
ya con el sistema de mamparas en desuso. elmundo.es
A día de hoy, ya en 2017, no se estudia la posible colocación futura de unas mamparas en la Red de Metro, y se invierte, en su lugar, en accesibilidad, siendo el de Madrid uno de los metros más accesibles del mundo al contar, no solo con escaleras mecánicas, sino con 189 estaciones completamente accesibles con rampas y ascensores, y un plan para que en 2020 ese número ascienda a 218.

Se trata, por tanto, de otro proyecto en este “El Madrid que no fue”, que tuvo que ser descartado por motivos económicos, a pesar del interés por su creación.

¿Consideras, según lo leído, que sería necesaria o conveniente la implantación de estas mamparas protectoras junto a los andenes, o lo consideras un gasto innecesario?

miércoles, 15 de febrero de 2017

Un rascacielos en el Palacio de Congresos

Hace muy pocos años, Madrid estuvo a punto de contar con un nuevo rascacielos en el Paseo de la Castellana, concretamente en el Palacio de Congresos, frente al estadio Santiago Bernabéu. ¿Te animas a descubrir esta historia?

Fue en los años 60 del siglo XX cuando se decidió construir en el número 99 del Paseo de la Castellana un Palacio de Congresos y Exposiciones que pudiera convertirse en uno de los auditorios más importantes de España. En 1964, el Ministerio de Información y Turismo convocó un concurso arquitectónico, y el proyecto ganador fue finalizado en 1970 por el arquitecto Pablo Pintado y Riba.

Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid
Su principal sala, el Auditorio, cuenta, desde entonces, con un patio de butacas para 995 personas y un anfiteatro para 914. Sin embargo, son muchas las que conforman este Palacio de Congresos: la Sala Unesco, con capacidad para 400 personas, las Salas Goya, 2, 7, 8 y Privados, para 200 personas, las Salas Europa, Anticcis y VIP’s, para 150 personas, la Sala 9, para 100 personas, la Sala 9 bis, para 70 personas, y seis despachos con once salas para 30 personas. Todo ello en una zona privilegiada de Madrid, el Paseo de la Castellana, y frente al estadio del Real Madrid.

Sin embargo, lo más característico de este particular edificio se sitúa en el exterior, ya que en la fachada de la avenida del General Perón se encuentra un gran mural de azulejería que, siendo obra del ceramista Llorens Artigas, sigue un diseño original de Joan Miró. El mismo fue colocado en 1980.

Precisamente en esos años, se construían frente a este Palacio de Congresos numerosos rascacielos pertenecientes a la zona financiera AZCA (Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial de la Avenida del Generalísimo – actual Paseo de la Castellana). De hecho, en 1985 fue inaugurada la Torre Europa, situada frente a este edificio.

Pasarela del Palacio de Congresos al estadio Santiago Bernabéu durante
la Copa Mundial de Fútbol de 1982. abc.es
Son muchos los eventos que han tenido lugar en este espacio, destacando la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa organizada por la OSCE entre 1981 y 1983, y la utilización del Palacio como Centro de Prensa durante la Copa Mundial de Fútbol de 1982. Durante este importante acontecimiento deportivo, se instaló una pasarela que conectaba el estadio Santiago Bernabéu con el Palacio de Congresos. Sin embargo, la misma fue desmantelada tras el Mundial, y trasladada al barrio de Moratalaz para convertirse en puente sobre la M-30.

En 1995, el edificio sufrió un incendio, al parecer provocado. Un tercio del recinto se quemó, y esa parte quedó en desuso. En 2001, el Ayuntamiento de Madrid aprobó la ampliación de la superficie máxima del Palacio de 39.812 metros cuadrados a 47.759, y se otorgó la condición de máxima edificabilidad, todo ello para así poder no solo restaurar las zonas dañadas por el fuego, sino también poder construir unas oficinas a las que se trasladarían unos 300 funcionarios. Pero las obras nunca se llevaron a cabo.

De hecho, esta primera etapa del Palacio de Congresos no tuvo un final feliz. Y es que, el 21 de diciembre de 2012, el Ministerio de Industria decidió clausurar el edificio. Esto se debió a que unas pocas semanas antes, había sucedido la tragedia del pabellón municipal Madrid Arena, en el que murieron 5 chicas durante una fiesta por fallos de seguridad. Entonces se revisaron todos los edificios públicos de la ciudad, y se detectaron algunas carencias en este Palacio de Congresos. Estos problemas se solventarían con una reforma que se tasó en 80 millones de euros, dinero del que no se disponía, y que convirtió ese cierre temporal en cierre permanente.
Lamentablemente, así es. Desde aquel día, el Palacio de Congresos de Madrid ha estado cerrado, esperando una solución para poder realizar las reformas pertinentes.

Palacio de Congresos. En el centro de la imagen, lugar donde se
construiría el nuevo rascacielos. gomadrid
En 2015, esa solución parecía haberse encontrado. Fue en febrero de ese año cuando el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que gestiona la instalación a través de Turespaña, el Instituto de Turismo de España, anunció la edificación de un rascacielos en uno de los laterales del Palacio de Congresos, en la zona más cercana al estadio Santiago Bernabéu y al Paseo de la Castellana.

La condición de máxima edificabilidad otorgada en 2001 iba a ser aprovechada por Turespaña para plantear la construcción de un rascacielos de 23 plantas que albergaría un hotel de cinco estrellas y numerosos comercios. La inversión requerida, así como la gestión del inmueble, las llevaría a cabo una empresa privada, y con las ganancias, el Ministerio podría llevar a cabo las reformas necesarias en el Palacio de Congresos.

El nuevo rascacielos fue, como es de suponer, la noticia del momento.

Proyecto del rascacielos del Palacio de Congresos. ccaa.elpais.com
Las obras conjuntas de rehabilitación del Palacio y de construcción del nuevo rascacielos se cifraron en 90 millones de euros. Sin embargo, se consideraba que la empresa adjudicataria de la explotación del nuevo inmueble ingresaría unos 30 millones el primer año, ascendiendo poco a poco hasta los 66 millones que ingresaría 40 años después de la construcción, el último de la concesión.

El antiguo auditorio solo tenía dos partes protegidas: el mural diseñado por Joan Miró y, en un grado menor, el vestíbulo de entrada. Por ello, ambas partes se conservarían, y, de hecho, se invertirían 450.000 euros en la restauración del mural.

La información del proyecto del rascacielos de 23 plantas se iba haciendo pública en 2015: el hotel de lujo contaría con 180 habitaciones dobles, 36 suites, un gimnasio, una piscina y diversos restaurantes, además de rodearse de los comercios ya comentados en el proyecto original.
Por su parte, el Palacio de Congresos, tras su rehabilitación, contaría con un auditorio para 1.000 personas, cuatro salas de banquetes, 14 salas con capacidad adaptable, cinco salas de conferencias para 250 personas cada una, y una gran sala de exposiciones para 600 personas.

Proyecto del rascacielos del Palacio de Congresos. urbanity.cc
El nuevo edificio se construiría en dos fases, cada unan de 24 meses, con lo que en 4 años, Madrid contaría con su nuevo rascacielos.

En 2016 el edificio seguía cerrado, tan solo siendo utilizado su aparcamiento subterráneo, pero Turespaña ya se encontraba en plena redacción del pliego de condiciones para sacar a concurso la gestión del inmueble.
Sorprendentemente, una de las empresas más interesadas en la explotación de este inmueble era Stage, una gran multinacional de musicales, ya que estaban interesados en el uso de este recinto como teatro de musicales, puesto que, según ellos, sería el espacio ideal para representaciones de este género, y con una mayor capacidad que el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía, donde actualmente se realizan las producciones más ambiciosas de la capital.

Fue en octubre de 2016 cuando todos estos sueños se vieron truncados. La comunidad de vecinos que se sitúa tras el Palacio, había hecho tramitar un recurso en el que se quejaban de varios asuntos, como la reducción de horas de sol en su inmueble tras la construcción del rascacielos, y también argumentaban que no se podría comprender esta remodelación teniendo en cuenta el nivel de protección del Palacio de Congresos.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tumbó todos los argumentos de la comunidad de vecinos, excepto uno, el de protección del Palacio. Se consideraba, según este fallo, que, a pesar de que existiera un informe favorable de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico de Madrid, el nivel de protección del edificio no permitía realizar las reformas planteadas, y se frustraba de esta manera la solución a la que había llegado Turespaña.

Con lo cual, a finales de 2016, el proyecto, completamente anulado, complicaba la situación a este espacio, que seguía cerrado y sin encontrar posibles usos futuros.

En enero de 2017 se proponía una nueva solución que explicamos a continuación.

Actual sede de la OMT en la calle Capitán Haya
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mayor organización internacional existente, tiene repartidas sedes de sus diferentes organismos en varios países. En España, tenemos el privilegio de contar con una de estas sedes, la de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que, creada en 1975, tiene como propósito promover el turismo. Cuenta con 156 estados miembro, y su sede se localiza en la madrileña calle Capitán Haya, también en las inmediaciones del Paseo de la Castellana.
A pesar de su importancia, es cierto que la estética de su edificio ha quedado desfasada para una institución de esta relevancia.

Por ello, hace tan solo unas semanas, el Ayuntamiento de Madrid desveló que se están llevando a cabo negociaciones con la OMT para trasladar su sede al que fue durante tantos años Palacio de Congresos. Según parece, el acuerdo se encuentra bastante avanzado, y la OMT colaboraría en la rehabilitación de este espacio.
Logotipo de la OMT

Por tanto, es posible que, aunque no podamos ver un rascacielos en este lugar, sí tengamos en unos años una sede de la Organización Mundial del Turismo acorde con su estatus y en un lugar privilegiado de la capital.

Y tú, ¿habrías preferido un rascacielos en este punto del Paseo de la Castellana?

miércoles, 8 de febrero de 2017

Translozoya, el tren turístico de la Sierra Norte

La ciudad de Madrid no ha sido la única que ha soñado con proyectos que se convirtieron en pesadilla y que no se llegaron a realizar. Hoy traemos uno un tanto particular, el Translozoya, un tren turístico con el que la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid pretendía dar un impulso a su turismo desde 2014.

Tren TER 597-010, el elegido para convertirse en el Translozoya. change.org
Este proyecto comienza a idearse en 2011. Durante ese año, se produjo un desprendimiento en el túnel de Somosierra de la línea ferroviaria Madrid-Burgos, lo que llevó al cierre, en principio temporal, de ese trayecto. El incidente provocó que, poco a poco, se abandonara aquella vía, lo que dio lugar a que los municipios madrileños afectados, vieran aquella situación como una oportunidad.

Por ello, lo que se propusieron estas localidades de la Sierra Norte fue el uso de aquella vía, que estaba en ese momento inutilizada, para la circulación de nuevo tren turístico que uniera de una forma atractiva a estos pequeños emplazamientos con la capital.

Mapa del recorrido del Translozoya. cronicanorte.es
El trayecto comenzaría en la estación de Chamartín, y haría parada en Colmenar Viejo, Manzanares-Soto del Real, Miraflores de la Sierra, Bustarviejo, Valdemanco, Lozoyuela, Garganta de los Montes, Gargantilla del Lozoya, Navarredonda-San Mamés, Gascones-Buitrago, Braojos-La Serna y La Acebeda, para finalizar el recorrido en Robregordo. De hecho, actualmente el trayecto Chamartín – Colmenar Viejo se puede hacer en la línea C-4 de Cercanías, no pudiendo continuar por los municipios mencionados hasta Robregordo-Somosierra.

Lo primero necesario era saber si esa antigua vía de Colmenar Viejo a Robregordo reunía las condiciones de seguridad necesarias para su puesta en marcha, y parece que ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento, comunicó que no habría ningún problema para su uso.

Por tanto, el proyecto se fue formalizando. 40 alcaldes de los municipios afectados y aledaños a este proyecto apoyaron esta idea, y así se recibieron 245.000 euros procedentes de fondos europeos para la rehabilitación y traslado de un ferrocarril que se adecuara a las condiciones necesarias.

Interior del Translozoya tras su restauración. madridiario.es
El elegido fue el TER 597-010, un tren de los años sesenta que desde 1965 hizo trayectos como Madrid-Gijón, Madrid-Barcelona o Barcelona-Bilbao. La Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril había conservado este tren en la capital castellanoleonesa hasta 2013, fecha en que fue restaurado para convertirse en este Translozoya.

Sus dos coches tendrían una capacidad para 128 personas, y con sus 775 CV se alcanzaría una velocidad máxima de 120 km/hora.

El tren turístico parece que comenzaría a andar antes del verano de 2014. Sin embargo, un retraso en la puesta a punto del aparato retrasó su entrada en Madrid casi un año.
Fue el 20 de marzo de 2015 cuando el ferrocarril fue remolcado hasta la antigua estación madrileña de Delicias, y ahí comenzaron los problemas.

Braojos de la Sierra, uno de los municipios
por los que transcurriría el Translozoya. laerilla.es
Y es que, durante ese mismo año, se procedió al cierre oficial de la línea Madrid-Burgos, que en principio había sido clausurada temporalmente en 2011 hasta que se solucionara el incidente acaecido, y durante esos años estuvo abandonada. Entonces, ADIF informó de la necesidad de una inversión de 4 millones de euros para la rehabilitación de la vía, y en el caso de que se quisiera unir esta vía con Burgos, otros 4 millones de euros para la reconstrucción del puente de Somosierra. ADIF no invertiría nada en el proyecto, puesto que la antigua línea Madrid-Burgos había sido clausurada, y para un solo tren no consideraban que la inversión fuera rentable, con lo que tendrían que ser los municipios madrileños los que aportaran la suma demandada.

Por este motivo, el tren en cuestión sigue en la antigua estación de Delicias de Madrid, siendo posible su visita dentro del Museo del Ferrocarril, y el proyecto del Translozoya  se encuentra paralizado y con pocas posibilidades de seguir adelante, a pesar de haber invertido, entre fondos europeos y locales, unos 300.000 euros.

Puente del antiguo ferrocarril Madrid-Burgos, que habría sido usado por el
Translozoya, pero que ahora es solo utilizado por los amantes del puenting.
Gargantilla del Lozoya. Photodrone Marcos
Existen en la actualidad desde peticiones de firmas para su puesta en marcha, hasta plataformas que solicitan reapertura de la línea de ferrocarril desde Madrid hasta Aranda de Duero como se hacía hasta hace algunos años, aunque desde hace ya algún tiempo no ha habido muchas novedades con respecto a las posiciones tomadas por parte tanto de ADIF como de los municipios afectados.

Un ferrocarril turístico que habría conectado la ciudad de Madrid con estos municipios de la Sierra Norte los fines de semana para la promoción turística de esta zona de la región, y que habría hecho que la Comunidad de Madrid tuviera  un tren al estilo de los ya existentes en nuestro país, como Transcantábrico o Al Andalus.
Al menos, el resto de líneas turísticas de nuestra región (Tren de la Fresa hasta Aranjuez, Tren de Cervantes hasta Alcalá de Henares, y Tren de la Naturaleza por la Sierra de Guadarrama) siguen en activo en temporada, y con muy buenos resultados.

¿Y a ti, te gustaría que en unos años el Translozoya se uniera a esta lista de trayectos turísticos?

miércoles, 18 de enero de 2017

Operación Campamento

Todo aquel que haya accedido alguna vez a la capital a través de la A-5, la carretera de Extremadura, se habrá asombrado al ver que existe un gran espacio de descampados y ruinas de antiguos cuarteles militares a muy pocos kilómetros del centro de Madrid. Sin embargo, si alguno de los planes urbanísticos diseñados en los últimos años se hubiera llevado a cabo, la entrada a Madrid por el suroeste sería bien diferente.

Rebaño en la Casa de Campo. Archivo de TVE
Habría que remontarse a la época de Carlos III para comenzar a comprender este singular barrio de Campamento. Hasta el siglo XVIII, toda esta zona era un lugar de pasto para rebaños en los alrededores de los municipios de Carabanchel de Yuso y Suso (Alto y Bajo). Fue a finales del mencionado siglo cuando se construyó allí un almacén de pólvora.

Ese almacén dio lugar a que, en 1856, ya durante el reinado de Isabel II, se usara ese entorno como terreno de maniobras para soldados, y unos pocos años más tarde se comenzaran a construir los primeros cuarteles.

Numerosas casas y tabernas se fueron organizando alrededor de estos cuarteles, y en 1885, el alcalde de Carabanchel Alto nombró un regidor para el llamado barrio de Campamento, denominación que alude precisamente a esos campamentos militares.

Los siguientes años fueron bastante convulsos para la zona: el 12 de mayo de 1886, 47 personas fallecieron en Carabanchel Alto, Bajo y Madrid a consecuencia de un fuerte tornado, y en 1902, varios vecinos del barrio de Campamento, que aún pertenecía a Carabanchel Alto, murieron tras la explosión de un polvorín.

En los años 20, el tranvía llegó a Campamento para unirlo con el centro de Madrid. Además, se construyeron nuevos edificios castrenses.

Vista aérea del barrio de Campamento en 1930.
Archivo de TVE
Se estima que prácticamente la mitad de la población de Carabanchel Alto era militar hacia 1930, y solo el 22 por ciento había nacido en el municipio, debido a la fuerte emigración hacia las ciudades.

Pero en 1936, la Guerra Civil estalló, y durante la contienda, la gran mayoría de los cuarteles fueron destruidos. Tras la Guerra, se reconstruyeron en ladrillo, y se levantaron tres colonias de viviendas militares: Arroyo Meaques, la Dehesa del Príncipe, y Campamento.

En 1948, los municipios de Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo pasaron a formar parte del término de Madrid, y constituyeron el distrito unificado de Carabanchel. Años más tarde, en 1971, el mismo se dividió en tres: Usera, Carabanchel y Latina. Campamento pasó a formar parte del distrito Latina (no confundir con el barrio de La Latina).

Acuartelamiento Alfonso XIII, en el barrio de Campamento.
Fuente: Ayuntamiento de Madrid
Muchos de los cuarteles de Campamento son aún recordados por aquellos que tuvieron que pasar por ellos durante el servicio militar obligatorio,  la “mili”. Uno de estos edificios, el del Servicio Geográfico del Ejército, pasó a ser célebre por el juicio al teniente coronel Antonio Tejero a causa del Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el 23F, en el Congreso de los Diputados.

Pocos años más tarde, la práctica totalidad de los cuarteles caería en el olvido, fundamentalmente consecuencia de la supresión del servicio militar obligatorio a partir de 1996. Por ello, durante esos años, los diferentes gobiernos municipales, autonómicos y estatales trataron de buscar algún uso para todos esos terrenos que se convertían en poco más que edificios abandonados, solo utilizados por mendigos, okupas y graffiteros.

Ubicación del barrio de Campamento dentro del
Distrito Latina
Lo cierto es que la ubicación del barrio es envidiable: a unos pocos minutos del centro de la capital en autobús o metro, con uno de los mejores accesos al mayor parque de Madrid, la Casa de Campo, y haciendo frontera con los distritos de Moncloa, Arganzuela y Carabanchel, así como con los municipios de Alcorcón y Pozuelo de Alarcón. Por su superficie, y también en algunos tramos de forma subterránea, discurre el arroyo Meaques, afluente del río Manzanares. Por último, se tiene acceso a un pequeño ecosistema llamado la Dehesa del Príncipe.

El metro une al barrio de Campamento con la red de suburbano desde 2002 gracias a la estación de Colonia Jardín, líneas 10, ML2 y ML3 (y es que, por extraño que parezca, la parada “Campamento” de la línea 5, a pesar de estar junto al barrio, se sitúa ya en el de Aluche).

Capilla que se ubicaba entre los cuarteles de Campamento,
junto a la A-5. Hoy desaparecida. static.panoramio.com
Si tantas condiciones favorables tiene el barrio, ¿por qué no ha conseguido encontrar su hueco en el Madrid moderno?

En primer lugar, las carreteras que rodean Campamento, además de comunicarlo, lo asfixian aislándolo de los otros barrios. La carretera de Extremadura A-5, la Avenida de los Poblados y la carretera de Boadilla han sido durante años obstáculos para los vecinos de Campamento que, a pesar de las promesas políticas, ven como sus viviendas siguen cercadas por estas infraestructuras.

Pero, en segundo lugar, los planes para urbanizar la zona militar han ido fracasando una y otra vez, como si de una maldición se tratase, como se verá a continuación.

Cuartel de San Fernando abandonado antes de ser derribado.
static.panoramio.com
Ya en junio de 1989 se comenzó a hablar de algo llamado “Operación Campamento”. El Ministerio de Defensa (al que le pertenecían los terrenos), la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un convenio que desmantelaría una docena de cuarteles que ocupaban 8,9 millones de metros cuadrados, para urbanizar el lugar. Se hablaba ya de llevar allí la línea 10 de metro, algo que se hizo con posterioridad, pero también de convertir en autovía la carretera de Extremadura, y de construir oficinas e inmuebles gubernamentales, agrupando así en un mismo espacio los edificios del Gobierno del país, lo cual recuerda a la idea de los Nuevos Ministerios, o incluso al Campus de la Justicia en ese sentido de centralizar o unificar.
Esta “Operación Campamento” se desarrollaría en 15 años, con un presupuesto de 1.800 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Defensa recibiría 180 por la cesión de los terrenos.

Pabellón de Muñoz Grandes, hoy desaparecido. ame1.org
En 1992, tanto la Comunidad como el Ministerio de Defensa, cesaron en su empeño de la construcción de estos edificios por causas económicas en el primer caso, y por no querer desprenderse de los cuarteles en el segundo.

En 1994, el Ayuntamiento y el Ministerio pactaron la construcción de pisos, pero la Comunidad lo rechazó.

En 1996, el Ayuntamiento aprobó un Plan General de Ordenación Urbana para construir 300.000 nuevas viviendas en una decena de barrios, 15.000 de las cuales estarían en Campamento. La Comunidad y el Ministerio lo aceptaron, y se estimó que las obras de demolición de los cuarteles y la nueva urbanización se llevarían a cabo en unos 15 años. El Ministerio de Defensa, aún propietario de los terrenos, ganaría entre 547 y 1.106 millones de euros con la operación.

Ámbitos del Plan. Fuentes: elpais.com y Ayuntamiento de Madrid
Por fin las tres administraciones se ponían de acuerdo y parecía que el fin a este gran problema se acercaba. Por ello, a partir de 2004 las excavadoras entraron en los cuarteles, y se comenzó la demolición de la mayoría de ellos. Sin embargo, los plazos se demoraron, y ni el Ayuntamiento aprobó en esos años el proyecto urbanístico final, ni la Comunidad elaboró los informes necesarios, parece que debido al enfrentamiento político entre el alcalde de la ciudad (Alberto Ruiz-Gallardón) y la presidenta de la Comunidad (Esperanza Aguirre).

Así se llegó finalmente a la aprobación de ese proyecto urbanístico en 2009, y en 2011 el Consejo de Ministros aprobó la venta del 51% de los terrenos de Campamento al Ministerio de Fomento por valor de 150,50 millones de euros.

Planificación del suelo en la Fase 1.
Fuentes: el pais.com y Ayuntamiento de Madrid
Lo que se planteaba a partir de ese momento era el que parecía el plan definitivo para el barrio: a través de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento del Suelo (SEPES) se urbanizaría, en una primera fase, un total de 10.700 viviendas en 2,1 millones de metros cuadrados. 7.000 de esas viviendas serían protegidas. El coste total de la construcción de esos pisos sería de 450 millones de euros, pero ascendería a 617 millones al construir un aparcamiento disuasorio, un intercambiador, y al soterrar 2,6 kilómetros de la autovía de Extremadura en Batán.

En la segunda fase se levantarían otras 10.700 viviendas en Campamento y 20.000 más en el vecino municipio de Alcorcón.

Un año después, en 2012, muchos de los cuarteles ya estaban derribados. Como decíamos, ya años antes se había comenzado con estas demoliciones, pero la desaparición de uno de ellos en concreto fue polémica por estar protegido. Se trataba del Cuartel del Batallón de Zapadores, también conocido como Pabellón de Muñoz Grandes, ubicado junto a la autovía A-5.
Pabellón de Muñoz Grandes durante su derribo en 2012.
madridciudadaniaypatrimonio.org
Se trataba de uno de los que se construyeron en los años 20 del siglo pasado, y que llevaba tiempo en desuso. De hecho, los planes proyectados hasta el momento incluían la conservación de este interesante edificio protegido, “obra de reconocido valor e interés histórico” según el catálogo de edificaciones singulares del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Parece que el Ayuntamiento había solicitado a Fomento su demolición “por ruina inminente”, para lamento de los vecinos del barrio.

Salvando esto, por fin se ponía en marcha todo el plan, hasta que en septiembre del mismo año, el Tribunal Supremo anuló los barrios nuevos previstos en el Plan General de Ordenación Urbana de 1996, con lo que el proyecto, lejos de llevarse a cabo, quedó paralizado y más enterrado que nunca.

Plan de la "Operación Campamento" que fue anulada
en 2012 por el Tribunal Supremo. Fuente: Ayto. de Madrid
En 2013, todos los terrenos volvieron a manos del Ministerio de Defensa, y el Gobierno denominó la Operación Campamento como “inviable desde el punto de vista jurídico-urbanístico”.

No obstante, un nuevo capítulo se abría así para este entorno. Y es que el 27 de abril de 2015 salieron a la venta 1.550.576 metros cuadrados de terrenos de Campamento, propiedad ya de Defensa, con una edificabilidad de 1.132.098 metros cuadrados, por si algún comprador estaba interesado en ellos. ¿Por qué se hizo esto? Porque muy pocos meses antes, el magnate chino Wang Jianlin, mediante el grupo Wanda, se había interesado por este espacio, justo después de su adquisición del Edificio España de la Plaza de España, y del fiasco de Eurovegas en Alcorcón por parte del magnate estadounidense Sheldon Adelson.

Cuarteles abandonados y derribados en los terrenos de
la Operación Campamento. cincodias.com
El empresario Wang Jianlin, nacido en 1954 y considerado uno de los hombres más ricos de china, aseguró que no se trataba de otro “Eurovegas”. Su intención era la construcción de 15.000 viviendas, así como hoteles, grandes espacios comerciales, parques de ocio y recintos para espectáculos, pero sin la existencia de casinos.

Ninguna maqueta se mostró en este caso de la nueva “Operación Campamento” porque se temía que ocurriera lo mismo que en Alcorcón. Y así fue. La promesa de una inversión de 3.000 millones de euros para la construcción de este nuevo barrio se truncó entre diciembre de 2015 y enero de 2016, cuando se anunció oficialmente que el grupo Wanda dejaba de estar interesado en los terrenos. El empresario habló de falta de acuerdo y, especialmente, del alto precio que el Ministerio de Defensa había puesto a la venta del suelo, lo que le hizo comenzar a buscar en lugares más económicos, y lo que dejó a Campamento de nuevo con sus descampados y cuarteles en ruinas.

Barrio de Campamento en la actualidad.
Fuente: Ayto. de Madrid
Lo cierto es que, de una manera u otra, es asombroso que una operación de tal magnitud no haya avanzado desde 1989, y que los visitantes a la ciudad que acceden a través de la A-5 contemplen cómo la entrada a la capital no es más que una suma de proyectos truncados de este “Madrid que no fue”. Sin embargo, estamos convencidos de que este proyecto en concreto sería uno de los más interesantes en una hipotética sección de “el Madrid que será”, porque sea de una u otra forma, la zona de Campamento en unos años se tendrá que desarrollar, y quién sabe si pasará a convertirse en un tiempo en uno de los barrios más modernos y cosmopolitas de Madrid.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Proyecto de ampliación de Corrales y Molezún para el Banco de España

El Banco de España es uno de los edificios neoclásicos más destacados de la capital, pero… ¿sabías que se tuvo que hacer por partes, en sucesivas ampliaciones, y que alguno de sus proyectos nunca vieron la luz?

En el artículo de hoy nos situamos en el centro de Madrid, en la mítica plaza de Cibeles. Es allí donde se ubica desde finales del siglo XIX la sede principal del Banco de España.

Este organismo hunde sus raíces en el Banco Nacional de San Carlos, creado en 1782, aunque fue la fusión en 1847 del Banco de San Fernando (1829) y el de Isabel II (1844), la que permitió la creación de este Banco de España, que tomó su nombre actual en 1856. Hoy en día, su importancia reside en ser el banco central nacional y el supervisor del sistema bancario español junto al Banco Central Europeo (BCE).

El primer emplazamiento de esta institución fue el edificio de los Cinco Gremios Mayores de Madrid, en la calle Atocha, lugar en que se había ubicado el Banco de Isabel II, posteriormente el Banco de San Fernando tras la fusión, y por último el denominado Banco de España.

Palacio de Alcañices. Pintura de Juan Zapater
Pronto el edificio se quedó pequeño, y se decidió construir una sede más acorde con su importancia. Por ello, se decidió adquirir ya en 1882 el Palacio del Marqués de Alcañices, en la intersección de la calle Alcalá con el Paseo del Prado, además de algunos otros solares en los aledaños.

El Palacio de Alcañices, construido en fecha desconocida, era un enorme palacio donde anteriormente se situaba la vivienda de Luis de Haro, valido del rey de España Felipe IV, en el siglo XVII.
Ese edificio fue adquirido por Manuel Miguel Osorio y Spinola, XV marqués de Alcañices a finales del siglo XVIII, que en 1804 realizó una primera reforma para evitar que la fachada se desplomara.

XVII Marqués de Alcañices y duque de Sesto, junto con el
marqués de Sotomayor en las caballerizas del Palacio de Alcañices
Su hijo, Nicolás Osorio y Zayas, XVI marqués, lo remodeló por completo en 1847, gastando 2 millones de reales. Además encargó unas nuevas caballerizas en 1854, pero fue el hijo de este, José Osorio y Silva, XVII marqués de Alcañices y duque de Sesto, quien encargó a Francisco de Cubas, marqués de Cubas (de ahí el nombre homónimo de la calle situada tras el actual Banco de España, la antigua calle del Turco donde Juan Prim fue asesinado) la reforma más importante de aquel Palacio de Alcañices, que desaparecería tan solo unos años después.


Parece ser que tras la compra del solar en 1882  por el Banco de España, se convocó un concurso al que se presentaron cuatro proyectos, pero ninguno del gusto de la comisión que tomaría la decisión final, con lo que finalmente fueron los arquitectos Severiano Sainz de la Lastra y Eduardo Adaro, quienes recibieron el encargo de inspirarse en los edificios de otros bancos europeos para construir la sede del español.

Banco de España en la actualidad.
Entrada principal en chaflán por la plaza de Cibeles,
primera parte del edificio construida
Los arquitectos tomaron como ejemplo los palacios venecianos, y su proyecto fue aprobado en 1883. Tan solo un año más tarde, el 4 de julio de 1884, el rey Alfonso XIII pondría la primera piedra de esta edificación de planta cuadrada, con entrada principal en chaflán por la plaza de Cibeles.

El proyecto se tuvo que ir modificando según se iban comprando nuevos solares aledaños, con lo que el coste total de la compra de solares y la edificación alcanzaron las 15.300.000 pesetas. Así, la nueva y flamante sede del Banco de España pudo ser por fin inaugurada en 1891.

Esa construcción no era más que una pequeña parte de la que tenemos hoy en día, la que rodea a ese chaflán de Cibeles. La portada central del Paseo del Prado ya se construyó en aquella primera etapa, pero la central de la calle Alcalá se levantó en una primera ampliación que se desarrolló en 1927. Allí se ubicaban, hasta esa fecha, las casas del conde de Santamarca, que fueron demolidas para poder llevar a cabo esta expansión del edificio del Banco de España.

Escudo republicano del Banco de España,
fachada a la calle de Alcalá. elpais.com
En esta ocasión, fueron arquitectos italianos los que realizaron la obra, pero siguiendo el proyecto del arquitecto español José Yarnoz Larrosa. Exteriormente, la fachada se prolongaría con las mismas características que la anterior para formar parte de un mismo conjunto, y las novedades de la época solo se introdujeron en el interior del edificio. Esta ampliación se finalizó ya durante la Segunda República, por lo que el escudo central que se sitúa sobre la fachada de la calle Alcalá no tiene la corona real, y lo que preside ese lateral es una corona mural con forma de castillo almenado, el que coronaba el escudo republicano.

En 1969, se amplió por segunda vez esta enorme construcción. En esta ocasión fue Javier Yarnoz Orcoyen, hijo del anterior arquitecto, quien recibió el encargo de cerrar el edificio por las calles de los Madrazo y Marqués de Cubas.

Tras esa segunda ampliación, en los años 70 ya solo faltaba una esquina del edificio por ser construida: la más cercana a la Gran Vía. Todavía quedaba un inmueble de viviendas junto al Banco de España en la intersección entre la calle de Alcalá y Marqués de Cubas, con lo que la seguridad del propio banco se podría ver comprometida por la construcción adyacente.

En 1950 el Banco ya había adquirido ese edificio, pero hubo que esperar hasta 1978 para comenzar a promover la edificación de esta última parte de la sede. El 25 de septiembre de aquel año, se convocó un concurso de ideas, en el que participaron previa invitación siete arquitectos.

Proyecto para la ampliación del Banco de España.
Corrales y Molezún, 1978. abc.es
Uno de estos arquitectos, Ramón Vázquez Molezún, había fundado en 1952 un estudio junto con José Antonio Corrales. Fue de ese estudio del que salió el proyecto que se puede contemplar a la izquierda y en la imagen inferior.

El estudio “Corrales y Molezún” propuso que, tras el cerramiento del Palacio del Banco de España, se construyera una nueva torre, más acorde con los nuevos tiempos, y que marcara claramente el contraste con el palacio anterior, mostrando al visitante que esta parte nada tenía arquitectónicamente con la ya construida, a pesar de formar parte de la misma institución.

Se trataría de una torre más elevada, que se asemejaba más a otros edificios españoles de la posguerra, y en nada al estilo de la parte original, primera y segunda ampliación del Banco de España. Una arquitectura moderna, que huía del clasicismo y de los modelos establecidos.

Proyecto para la ampliación del Banco de España.
Corrales y Molezún, 1978. elpais.com
Las obras de este estudio buscaban la geometría, la técnica, marcando un punto de ruptura con lo establecido previamente. Por ello, trabajos de Corrales y Molezún como el Edificio Bankunión del Paseo de la Castellana fueron tan polémicos y criticados en el momento, haciendo que sus dos creadores siempre lamentaran que sus construcciones no fueran entendidas.

Algo similar ocurrió con su proyecto de ampliación del Banco de España. Más de uno respiró aliviado cuando se nombró al ganador del concurso: Rafael Moneo Vallés. Este arquitecto es hoy conocido en nuestra ciudad por numerosas obras: la rehabilitación del Palacio de Villahermosa en Museo Thyssen-Bornemisza entre 1990 y 1992; la remodelación de la histórica estación de ferrocarril de  Atocha, la ampliación hacia Puerta de Atocha de 1992 y la nueva terminal de Atocha de 2010; la ampliación del Museo del Prado en 2007…

Proyecto inicial de Rafael Moneo en 1978
para la tercera ampliación del Banco de España. elpais.com
Lo que Moneo proponía para esta última ampliación del Banco de España era una continuación del edificio, para que, a simple vista, el edificio pareciera construido en el mismo momento que el original, y así tener una mayor homogeneidad en su fachada exterior.

Algunos inconvenientes, entre ellos la protección del edificio que había que demoler para la construcción de esta tercera y última ampliación, hicieron que las obras se retrasaran… ¡hasta 2003!

En 2003 comenzaron por fin las obras de esta última fase, las cuales finalizaron en 2006, coincidiendo con el 150 aniversario del Banco de España.

Mascarón neoclásico del
edificio original del
Banco de España. bde.es
Mascarón cubista de la
última ampliación del
Banco de España. bde.es
A pesar de seguir la idea original de Moneo de continuidad de las fachadas del Paseo del Prado y de la calle de Alcalá, el propio arquitecto introdujo algunos cambios, como el de los mascarones neoclásicos de la fachada por otros inspirados en el cubismo, mostrando así que en este siglo y medio, a pesar de respetar las trazas del siglo XIX, la arquitectura ha cambiado y evolucionado.

Hay que añadir que, en la actualidad, es bastante fácil advertir desde el exterior en qué lugar finaliza la segunda ampliación y comienza la tercera, porque el color del granito colocado en esta última etapa es mucho más claro. Esto se debe a que el corte de la piedra es más reciente, pero en unos pocos años no será posible distinguir una ampliación de otra, a no ser por elementos como los mascarones que comentamos.

Ampliación de 2006 del Banco de España. caballerocolon.com
4.736 metros cuadrados de edificio divididos en planta baja, tres sobre rasante y cuatro sótanos, son los que comprenden hoy este histórico Banco de España. Su patio, que hoy es biblioteca, su escalera de mármol de Carrara, su cámara acorazada… son algunos de los elementos más destacados del interior de este gigante, que tiene incluso un helipuerto, pero… ¿crees que se habría acertado más construyendo el proyecto de Corrales y Molezún, marcando así la diferencia con el siglo anterior? ¿O por el contrario, Moneo hizo lo correcto continuando el edificio original?