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miércoles, 15 de febrero de 2017

Un rascacielos en el Palacio de Congresos

Hace muy pocos años, Madrid estuvo a punto de contar con un nuevo rascacielos en el Paseo de la Castellana, concretamente en el Palacio de Congresos, frente al estadio Santiago Bernabéu. ¿Te animas a descubrir esta historia?

Fue en los años 60 del siglo XX cuando se decidió construir en el número 99 del Paseo de la Castellana un Palacio de Congresos y Exposiciones que pudiera convertirse en uno de los auditorios más importantes de España. En 1964, el Ministerio de Información y Turismo convocó un concurso arquitectónico, y el proyecto ganador fue finalizado en 1970 por el arquitecto Pablo Pintado y Riba.

Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid
Su principal sala, el Auditorio, cuenta, desde entonces, con un patio de butacas para 995 personas y un anfiteatro para 914. Sin embargo, son muchas las que conforman este Palacio de Congresos: la Sala Unesco, con capacidad para 400 personas, las Salas Goya, 2, 7, 8 y Privados, para 200 personas, las Salas Europa, Anticcis y VIP’s, para 150 personas, la Sala 9, para 100 personas, la Sala 9 bis, para 70 personas, y seis despachos con once salas para 30 personas. Todo ello en una zona privilegiada de Madrid, el Paseo de la Castellana, y frente al estadio del Real Madrid.

Sin embargo, lo más característico de este particular edificio se sitúa en el exterior, ya que en la fachada de la avenida del General Perón se encuentra un gran mural de azulejería que, siendo obra del ceramista Llorens Artigas, sigue un diseño original de Joan Miró. El mismo fue colocado en 1980.

Precisamente en esos años, se construían frente a este Palacio de Congresos numerosos rascacielos pertenecientes a la zona financiera AZCA (Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial de la Avenida del Generalísimo – actual Paseo de la Castellana). De hecho, en 1985 fue inaugurada la Torre Europa, situada frente a este edificio.

Pasarela del Palacio de Congresos al estadio Santiago Bernabéu durante
la Copa Mundial de Fútbol de 1982. abc.es
Son muchos los eventos que han tenido lugar en este espacio, destacando la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa organizada por la OSCE entre 1981 y 1983, y la utilización del Palacio como Centro de Prensa durante la Copa Mundial de Fútbol de 1982. Durante este importante acontecimiento deportivo, se instaló una pasarela que conectaba el estadio Santiago Bernabéu con el Palacio de Congresos. Sin embargo, la misma fue desmantelada tras el Mundial, y trasladada al barrio de Moratalaz para convertirse en puente sobre la M-30.

En 1995, el edificio sufrió un incendio, al parecer provocado. Un tercio del recinto se quemó, y esa parte quedó en desuso. En 2001, el Ayuntamiento de Madrid aprobó la ampliación de la superficie máxima del Palacio de 39.812 metros cuadrados a 47.759, y se otorgó la condición de máxima edificabilidad, todo ello para así poder no solo restaurar las zonas dañadas por el fuego, sino también poder construir unas oficinas a las que se trasladarían unos 300 funcionarios. Pero las obras nunca se llevaron a cabo.

De hecho, esta primera etapa del Palacio de Congresos no tuvo un final feliz. Y es que, el 21 de diciembre de 2012, el Ministerio de Industria decidió clausurar el edificio. Esto se debió a que unas pocas semanas antes, había sucedido la tragedia del pabellón municipal Madrid Arena, en el que murieron 5 chicas durante una fiesta por fallos de seguridad. Entonces se revisaron todos los edificios públicos de la ciudad, y se detectaron algunas carencias en este Palacio de Congresos. Estos problemas se solventarían con una reforma que se tasó en 80 millones de euros, dinero del que no se disponía, y que convirtió ese cierre temporal en cierre permanente.
Lamentablemente, así es. Desde aquel día, el Palacio de Congresos de Madrid ha estado cerrado, esperando una solución para poder realizar las reformas pertinentes.

Palacio de Congresos. En el centro de la imagen, lugar donde se
construiría el nuevo rascacielos. gomadrid
En 2015, esa solución parecía haberse encontrado. Fue en febrero de ese año cuando el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que gestiona la instalación a través de Turespaña, el Instituto de Turismo de España, anunció la edificación de un rascacielos en uno de los laterales del Palacio de Congresos, en la zona más cercana al estadio Santiago Bernabéu y al Paseo de la Castellana.

La condición de máxima edificabilidad otorgada en 2001 iba a ser aprovechada por Turespaña para plantear la construcción de un rascacielos de 23 plantas que albergaría un hotel de cinco estrellas y numerosos comercios. La inversión requerida, así como la gestión del inmueble, las llevaría a cabo una empresa privada, y con las ganancias, el Ministerio podría llevar a cabo las reformas necesarias en el Palacio de Congresos.

El nuevo rascacielos fue, como es de suponer, la noticia del momento.

Proyecto del rascacielos del Palacio de Congresos. ccaa.elpais.com
Las obras conjuntas de rehabilitación del Palacio y de construcción del nuevo rascacielos se cifraron en 90 millones de euros. Sin embargo, se consideraba que la empresa adjudicataria de la explotación del nuevo inmueble ingresaría unos 30 millones el primer año, ascendiendo poco a poco hasta los 66 millones que ingresaría 40 años después de la construcción, el último de la concesión.

El antiguo auditorio solo tenía dos partes protegidas: el mural diseñado por Joan Miró y, en un grado menor, el vestíbulo de entrada. Por ello, ambas partes se conservarían, y, de hecho, se invertirían 450.000 euros en la restauración del mural.

La información del proyecto del rascacielos de 23 plantas se iba haciendo pública en 2015: el hotel de lujo contaría con 180 habitaciones dobles, 36 suites, un gimnasio, una piscina y diversos restaurantes, además de rodearse de los comercios ya comentados en el proyecto original.
Por su parte, el Palacio de Congresos, tras su rehabilitación, contaría con un auditorio para 1.000 personas, cuatro salas de banquetes, 14 salas con capacidad adaptable, cinco salas de conferencias para 250 personas cada una, y una gran sala de exposiciones para 600 personas.

Proyecto del rascacielos del Palacio de Congresos. urbanity.cc
El nuevo edificio se construiría en dos fases, cada unan de 24 meses, con lo que en 4 años, Madrid contaría con su nuevo rascacielos.

En 2016 el edificio seguía cerrado, tan solo siendo utilizado su aparcamiento subterráneo, pero Turespaña ya se encontraba en plena redacción del pliego de condiciones para sacar a concurso la gestión del inmueble.
Sorprendentemente, una de las empresas más interesadas en la explotación de este inmueble era Stage, una gran multinacional de musicales, ya que estaban interesados en el uso de este recinto como teatro de musicales, puesto que, según ellos, sería el espacio ideal para representaciones de este género, y con una mayor capacidad que el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía, donde actualmente se realizan las producciones más ambiciosas de la capital.

Fue en octubre de 2016 cuando todos estos sueños se vieron truncados. La comunidad de vecinos que se sitúa tras el Palacio, había hecho tramitar un recurso en el que se quejaban de varios asuntos, como la reducción de horas de sol en su inmueble tras la construcción del rascacielos, y también argumentaban que no se podría comprender esta remodelación teniendo en cuenta el nivel de protección del Palacio de Congresos.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tumbó todos los argumentos de la comunidad de vecinos, excepto uno, el de protección del Palacio. Se consideraba, según este fallo, que, a pesar de que existiera un informe favorable de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico de Madrid, el nivel de protección del edificio no permitía realizar las reformas planteadas, y se frustraba de esta manera la solución a la que había llegado Turespaña.

Con lo cual, a finales de 2016, el proyecto, completamente anulado, complicaba la situación a este espacio, que seguía cerrado y sin encontrar posibles usos futuros.

En enero de 2017 se proponía una nueva solución que explicamos a continuación.

Actual sede de la OMT en la calle Capitán Haya
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mayor organización internacional existente, tiene repartidas sedes de sus diferentes organismos en varios países. En España, tenemos el privilegio de contar con una de estas sedes, la de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que, creada en 1975, tiene como propósito promover el turismo. Cuenta con 156 estados miembro, y su sede se localiza en la madrileña calle Capitán Haya, también en las inmediaciones del Paseo de la Castellana.
A pesar de su importancia, es cierto que la estética de su edificio ha quedado desfasada para una institución de esta relevancia.

Por ello, hace tan solo unas semanas, el Ayuntamiento de Madrid desveló que se están llevando a cabo negociaciones con la OMT para trasladar su sede al que fue durante tantos años Palacio de Congresos. Según parece, el acuerdo se encuentra bastante avanzado, y la OMT colaboraría en la rehabilitación de este espacio.
Logotipo de la OMT

Por tanto, es posible que, aunque no podamos ver un rascacielos en este lugar, sí tengamos en unos años una sede de la Organización Mundial del Turismo acorde con su estatus y en un lugar privilegiado de la capital.

Y tú, ¿habrías preferido un rascacielos en este punto del Paseo de la Castellana?

miércoles, 6 de abril de 2016

Proyecto de ampliación de la línea 8 de Metro

La línea 8 es, hasta ahora, la que más modificaciones ha sufrido de toda la Red de Metro de Madrid, pero su recorrido pudo haber sido mucho más largo. ¿Te animas a descubrirlo?

Puede que ya muchos lo hayamos olvidado, pero la línea 8, la joya del Metro de Madrid y puerta de entrada para todos los turistas que llegan a la capital por el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, era bastante diferente no hace muchos años.

Antiguo trazado de
la línea 8 de Metro
En 1982 España se convirtió en sede del Mundial de Fútbol. Para ello se construyeron emblemas en Madrid como Torrespaña, conocido como el “Pirulí”, esa torre de comunicaciones gracias a la cual se pudo retransmitir el evento deportivo.
Su inauguración oficial tuvo lugar el 7 de junio de 1982, tan solo dos días antes de la apertura de la línea 8 de metro (9 de junio).

Su trazado había sido elaborado precisamente para estos Mundiales de fútbol. No en vano, el objetivo de la línea era dar servicio de transporte al Estadio Santiago Bernabéu, en el que se disputó la final del importante acontecimiento, estadio que por otra parte también había sido remodelado para la ocasión.

Por tanto, el recorrido de la línea 8, la rosa, era el siguiente de norte a sur: Fuencarral, Begoña, Chamartín, Plaza de Castilla, Cuzco, Lima (desde 1997 llamada Santiago Bernabéu), y Nuevos Ministerios.

Un momento… ¿te suena ese trazado? Puede que lo hayas recorrido más de una vez… pero en la línea 10 de metro, ¿verdad?

Así es. En 1988, la línea 10 solo daba servicio a la zona situada entre la Casa de Campo y la Plaza de España, y el tramo mencionado anteriormente pertenecía a la 8. ¿Qué ocurrió entonces?

Parece ser que el proyecto original para la línea 8 en los años 70 y 80 comenzaba en Fuencarral por el norte como ya hemos comentado, pero por el sur no acababa en Nuevos Ministerios: seguía por las estaciones de Gregorio Marañón, Villamagna, Colón, Banco de España, Prado y Atocha.

Una de las demandas más habituales a Metro de Madrid es, precisamente, la creación de una parada de metro junto al Museo del Prado. El plan original de la 8 contemplaba ya esta problemática, y lo solventaba de una forma muy interesante: creando la estación de Prado y uniéndola en la misma línea a las dos principales estaciones ferroviarias de la ciudad: Chamartín y Atocha.

Proyecto de ampliación de la línea 8 de Metro
ecomovilidad.net
El eje de la Castellana habría sido recorrido con este trazado, descongestionando así la red de Cercanías desde Recoletos hasta Atocha, pero sobre todo, dando servicio al Paseo del Prado y, concretamente, a la Plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno), con esta nueva estación, lugar difícilmente accesible desde tren de Cercanías (entre Recoletos y Atocha), y desde estaciones de metro (Banco de España, Sevilla, Antón Martín o Atocha la rodean, pero no están muy cerca de la plaza mencionada).

Sin embargo, esa línea 8 no acabaría en Atocha, sino que en ese punto se bifurcaría. Por una parte, se podría continuar por Santa María de la Cabeza, Pardo Bazán, Moscardó y Plaza Elíptica, y por otra parte, hacia Áncora, Méndez Álvaro, Monte Igueldo, San Diego y Martínez de la Riva, en el barrio de Entrevías.

El proyecto, que estaba pendiente desde 1973, fue finalmente descartado por la falta de presupuesto, y en 1986 se amplió la línea de Nuevos Ministerios a Avenida de América, intercambiador en el que actualmente confluyen las líneas 4, 6, 7 y 9.

Entre 1996 y 1998, una nueva concepción de la Red de Metro vio la luz: se pretendía unir la línea 10, que aún finalizaba por el norte en Alonso Martínez, con la línea 8, que llegaba desde Avenida de América y Nuevos Ministerios a Fuencarral. Por ello, se planteó la creación de un túnel en la zona de Alonso Martínez que hiciera posible esta articulación con una nueva estación, la de Gregorio Marañón.

Después, se replanteó la línea 10, la cual absorbió a la línea 8 por completo, dejando olvidada la estación de Avenida de América, y uniendo así la zona de Casa de Campo con la de Fuencarral.

Línea 8 de metro en la actualidad (año 2016)
En los planes de metro 1995-1999 y 1999-2003 respectivamente se desarrolló, en primer lugar, el enlace entre la nueva estación de Mar de Cristal y el aeropuerto de Madrid-Barajas, y, en segundo lugar, la prolongación de Mar de Cristal a Nuevos Ministerios. Este fue, por consiguiente, el nacimiento de la actual línea 8 de metro, la cual ha sido ampliada por última vez en 2011 con la estación Aeropuerto T4.

Esta historia es una particularidad desconocida de Metro de Madrid. No en vano, la línea 8 es la única de toda la red que ha cerrado por completo y ha vuelto a abrir con un recorrido totalmente diferente.

A pesar de ello, el proyecto de ampliación hacia el sur en dos ramales no se ha podido llevar a cabo, aunque parece que el plan no está cerrado del todo.

Los vecinos de Plaza Elíptica disfrutan actualmente de un intercambiador donde confluyen las líneas 6 y 11 de metro, con lo que la ampliación de la línea 8 hacia esta zona ya perdería sentido. Sin embargo, en 2015, los vecinos de Entrevías y El Pozo, ambos barrios pertenecientes al distrito de Puente de Vallecas, solicitaron la prolongación de esta línea para disponer de servicio de metro, ya que hasta el momento solo Cercanías Renfe llega a estos lugares. De construirse, y según lo exigido por los vecinos, la línea finalizaría su recorrido en el PAU de Valdecarros.

En la izquierda, líneas 5 y 8 en la actualidad.
En la derecha, proyecto no realizado de la estación de "Logroño"

Otro proyecto tampoco realizado para la línea 8 es uno que ha sido más que demandado por los usuarios de la línea 5: la prolongación de esta última línea, la verde, hasta una nueva estación que se crearía como intercambiador entre las líneas 5 y 8: Logroño, en la avenida del mismo nombre, entre las estaciones de Campo de las Naciones y Aeropuerto T1-T2-T3.


Muchos planes para una misma línea, que por el momento no verán la luz debido a la escasez presupuestaria.

¿Será posible viajar, en unos años, desde el aeropuerto o desde Vallecas, en metro y sin cambiar de línea, hasta el Museo del Prado?

miércoles, 17 de febrero de 2016

Las Torres KIO de Ábalos y Herreros

Las Torres KIO son, posiblemente, los rascacielos más reconocibles de todo Madrid. Ahora es imposible imaginar el perfil de nuestra ciudad sin estas dos torres inclinadas, pero en un principio su fisionomía iba a ser considerablemente diferente.

Grabado del siglo XIX del monumento que sustituyó en 1838 
a la fuente original de la Castellana. Hoy el monumento se 
puede ver en el Parque de la Arganzuela, en Madrid Río. 
pasionpormadrid.blogspot.com.es
El Paseo de la Castellana es esa gran avenida que recorre la capital de norte a sur. Su origen se remonta a los siglos XVII y XVIII con el Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos. Su prolongación hacia el norte, lo que hoy sería el comienzo del Paseo de la Castellana, vio la luz en 1834, con la denominación de Paseo de las Delicias de la Princesa, en honor a la futura reina Isabel II. Su trazado se correspondía al del antiguo cauce fluvial del arroyo de la Fuente Castellana, la cual manaba muy próxima a la actual plaza del Doctor Marañón.

En 1846 se pensó en la remodelación de este paseo, pero fue en 1857 cuando el Plan Castro, elaborado por el arquitecto, ingeniero y urbanista Carlos María de Castro (1810-1893), convirtió el eje Prado-Recoletos-Castellana en la principal avenida de la ciudad que vinculaba el norte con el sur.

Poco a poco la nobleza madrileña se fue asentando en palacetes en esta importante vía, algunos de los cuales aún sobreviven.
Ya en 1916, el arquitecto Núñez Granés (1859-1944) proyectó una ampliación de la Castellana hacia el norte en línea recta con cuatro plazas, comenzando por la plaza de Alfonso XIII (ver “El monumento a Alfonso XIII”).

Paseo de la Castellana en los años 50 del siglo XX.
En la parte inferior derecha se aprecia el Nuevo Estadio
Chamartín, hoy Santiago Bernabéu, y al final de la avenida
se intuye el depósito del Canal de Isabel II aún existente
en la Plaza de Castilla
En 1926 se aprobó una nueva prolongación de la avenida, basándose en el proyecto de Núñez Granés, finalmente con seis plazas y con una longitud total de más de 5 kilómetros, hasta el lugar donde estaba el Hipódromo de la Castellana, junto a la actual calle Raimundo Fernández Villaverde (Nuevos Ministerios).

Tras la Guerra Civil, en 1941 se plantea remodelar la avenida por encontrarse en muy mal estado. Se elabora así el Plan Bidagor (1941-1946), que vuelve a prolongar la vía.

Desde entonces no han dejado de construirse modernos rascacielos en esta zona, considerada como el área financiera de Madrid, especialmente en los complejos de AZCA y del CTBA.

En el post de hoy nos detenemos en el año 1986, cuando se planteó la creación de dos rascacielos en una de las plazas más septentrionales de la Castellana, la Plaza de Castilla.

Proyecto ganador para la Plaza de Castilla,
elaborado por Ábalos & Herreros.
marginalidadvertical.tumblr.com
Para ello se convocó un concurso en el que se requería el diseño de dos grandes edificios sobre dos pequeños solares simétricos que acogieran 120.000 metros cuadrados de actividades públicas y privadas.

Uno de los puntos que se mencionaba como imprescindible era el de la creación de parkings bajo estas dos moles, ya que habría que resolver de una manera eficaz el problema que se plantearía con respecto al tráfico.
Todo ello quedaría enmarcado en un conjunto que completaría al ya existente Monumento a Calvo Sotelo, en la misma plaza.

Fueron Iñaki Ábalos y Juan Herreros, asociados bajo la firma Ábalos & Herreros (1985-2008), los arquitectos que ganaron el mencionado concurso. 
Proyecto ganador para la Plaza de Castilla, 
elaborado por Ábalos & Herreros.
marginalidadvertical.tumblr.com
Lo que presentaron fue un conjunto de dos edificios simétricos que, según los propios artistas, desarrollaban tres proposiciones: la densidad como una oferta positiva, la estratificación como una alternativa a la segregación, y el rascacielos mixed-use como expresión política de la cultura contemporánea.

Como se ve en las imágenes, se planteaba una zona baja techada abierta al público, sobre la cual se ubicaría la base del edificio, que tendría diversos usos, y en un extremo de la misma se levantaría la parte de rascacielos, la cual estaría ocupada exclusivamente por oficinas.

Lo curioso del caso es que la construcción comenzó en el año 1989… pero no la del proyecto ganador. Se llevó a cabo la edificación de dos torres completamente diferentes, diseñadas por los arquitectos estadounidenses Philip Johnson y John Burgee, que parece que llamaron más la atención por su estética.
Proyecto ganador para la Plaza de Castilla, 
elaborado por Ábalos & Herreros.
marginalidadvertical.tumblr.com
Y no es para menos: se trataba de la construcción de los primeros rascacielos inclinados del mundo,  con una inclinación de 15º respecto a la vertical, y con 26 plantas y 114 metros de altura, rematada cada torre por un helipuerto.

Ábalos y Herreros, a pesar de haber ganado aquel concurso, vieron cómo en ese mismo lugar se levantaba un conjunto denominado Puerta de Europa. Sin embargo se quedó con el nombre de Torres KIO al estar promovidas por la empresa kuwaití KIO, Kuwait Investments Office, complejo que desde su finalización en 1996 se convirtió en un nuevo icono para Madrid.

Torres KÍO en plena construcción en los años 90 del siglo XX
La torre de la izquierda en dirección salida de Madrid es propiedad de Bankia, y se conoce como Puerta de Europa I, con un helipuerto pintado en color azul, para diferenciarlo de la torre gemela Puerta de Europa II, propiedad del grupo inmobiliario Realia, con un helipuerto pintado en rojo.

En el siglo XXI siguieron los cambios en la plaza, especialmente con la construcción del Obelisco de Calatrava, y con el perfil de las vecinas Cuatro Torres, que modifican sustancialmente la vista de las Torres KIO desde el monumento a Calvo Sotelo.

Sin duda, la elección de unas torres inclinadas para Madrid fue una decisión innovadora que hizo que esa plaza se convirtiera en una parada obligada en cualquier visita a la capital. Sin embargo, ¿crees que habría sido más acertada la edificación del proyecto ganador para la Plaza de Castilla?

miércoles, 18 de marzo de 2015

Los proyectos del nuevo Windsor

Hace tan sólo unos días se cumplió el décimo aniversario del incendio de la Torre Windsor (sí, ya diez años), por lo que el post de hoy está dedicado a los proyectos que no se realizaron para este rascacielos.

Imagen 1. Proyectos para el nuevo Windsor
(Autores de los proyectos al final del post)
El Windsor se construyó entre 1975 y 1979 en el complejo AZCA (Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial del Paseo de la Castellana), concretamente junto a la intersección entre la calle Raimundo Fernández Villaverde y el Paseo de la Castellana, junto a los Nuevos Ministerios.
Con sus 106 metros de altura no era el rascacielos más alto de AZCA, y seguramente tampoco fuera el más llamativo. Sin embargo, pasó a ser más que conocido en todo el país en 2005. 

Y es que el inmueble que albergaba la sede central de la auditora Deloitte en España además de algunos departamentos del despacho de abogados Garrigues, sufrió un aparatoso incendio durante la madrugada del 12 al 13 de febrero de 2005.

Las extrañas circunstancias que rodearon al suceso no impidieron que en agosto del mismo año se finalizaran los trabajos de desmontaje de los restos del edificio.

Imagen 2. Proyectos para el nuevo Windsor
(Autores de los proyectos al final del post)
El solar fue adquirido por "El Corte Inglés" poco después con el objetivo de incorporar la nueva obra que se construyera al centro comercial colindante ya existente, también de su propiedad.

Seis meses después del incendio, en julio de 2005, y cuando el antiguo Windsor estaba acabando de ser desmontado, se celebró en Madrid el seminario internacional de arquitectura “Siete ideas de belleza, siete técnicas proyectuales”. El mismo, organizado por el Ministerio de la Vivienda, trataba de motivar a los participantes a descubrir los parámetros estéticos que regulan la belleza en el siglo XXI.

Durante todo el mes, la arquería de los Nuevos Ministerios acogió este seminario, que consistía en la presentación de proyectos realizados para la construcción del nuevo Windsor. El requisito para poder participar era ser licenciado en arquitectura, o estar cursando alguno de los dos últimos cursos de la carrera. Fueron un total de 52 arquitectos de diversos países los participantes, que presentaron un total de poco más de una decena de proyectos para el solar del Paseo de la Castellana.
Imagen 3. Proyectos para el nuevo Windsor
(Autores de los proyectos al final del post)

Las propuestas eran muy variadas (un almacén de agua, una torre de aire, otra con plantas flotantes, e incluso un observatorio), pero si algo destacaba en todas ellas era el carácter futurista que habían otorgado los arquitectos a sus presentaciones.

Los mismos fueron animados a presentarse al concurso final. Sin embargo, en julio de 2007 se aprobó la construcción del nuevo rascacielos, el cual no estaba entre los mencionados anteriormente.

El edificio definitivo fue finalizado en 2013. Sus 104 metros de altura acogen parte de los grandes almacenes de “El Corte Inglés”, haciendo que sea actualmente el centro comercial más grande de España y el decimotercer edificio más alto de la ciudad de Madrid.

Así el viejo Windsor pasó a convertirse en la Torre Titania, y aunque los proyectos de los jóvenes arquitectos no pudieran verse realizados, al menos sí lograron el honor de sumarse a la cada vez más larga lista de “El Madrid que no fue”.
A la Torre Titania, por su parte, le deseamos una existencia más feliz que la que tuvo su predecesor.

Torre Titania.
Proyecto final
Imágenes de "El Mundo", M. del Viscio (de izquierda a derecha y de arriba abajo):

Imagen 1. 
1 y 2. Antonio Jurado, Cristina Pérez, Juan Valle y Felipe Guerrero.
3. Ángela Ruiz, Andrea Casetto, Oihana Elberin y Ándres Iván Mauta
4. Antonio Jurado, Cristina Pérez, Juan Valle y Felipe Guerrero

Imagen 2. 
1. Carlos Bayod, Adria Carbonell y Concepción Gutiérrez
2. David Hernández, Pierre Larauza y Sarah Haubner
3. Ángela Ruiz, Andrea Casetto, Oihana Elberin y Ándres Iván Mauta.
4. Borja Arostegui, Koldo Fernández y Maria Isabel Gabarro

Imagen 3.
1. Federica Sandretti, Marta Alonso y Marion Michaut
2. Ricardo Supiciche, Imanoz Calderón y Silvia Alonso
3. Sofie Troch, Max Trullas y Martha Sanchez
4. Javier Burón, Helder Costa Pereira y Monica Sedano

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El monumento a Alfonso XIII

El Paseo de la Castellana es uno de los más conocidos por los madrileños. Sus repetidas ampliaciones han dado lugar a una de las calles más largas y representativas de la ciudad. Si bien es cierto que su origen data de los siglos XVII y XVIII al ver la luz el Paseo del Prado y el de Recoletos, su urbanización en la zona norte no finaliza hasta el siglo XX. De hecho las Cuatro Torres cierran este espacio al final del Paseo desde hace sólo unos años, ya en el siglo XXI.
Alberto de Palacio y Elissague

Como decimos, sus ampliaciones se han ido llevando a cabo por tramos. Los proyectos más famosos han sido el Plan Castro en 1857, el de Núñez Granés de 1910, y el Plan Bidagor entre 1941 y 1946.

En el primer cuarto del siglo XX, durante el reinado de Alfonso XIII, se planea el ensanche norte del Paseo de la Castellana que, basado en el Plan de Núñez Granés, hace que se urbanice incluso la actual zona de Nuevos Ministerios. Es lo que da lugar a que posteriormente, en 1933, se derribe el Hipódromo de la Zarzuela, y en ese mismo lugar se construyan los Nuevos Ministerios, obra que finalizó ya en 1942.

Todo esto es el Madrid que fue, pero... ¿qué hay del que no fue?

Lo cierto es que en la zona en que se ubicaba el Hipódromo, en un primer momento no estaba planeado que se construyera el edificio de los Nuevos Ministerios.

Alberto de Palacio y Elissague fue un arquitecto del que ya hablamos en la entrada “El monumento a Colón de Alberto de Palacio”. Se trata de un personaje muy ambicioso que planeó en Madrid más de un proyecto de grandes dimensiones.

Hoy volvemos a hablar de él porque fue el encargado de diseñar el monumento a Alfonso XIII. Y es que este rey, como la práctica totalidad de los monarcas españoles, encargó un monumento de su persona para que su figura no se olvidara fácilmente.

Recreación del monumento a Alfonso XIII,
de "El Madrid no construido"
El monumento consistiría en un basamento con una gran puerta de ingreso. Habría una colosal fuente con cascadas de una altura de un séptimo piso sobre la cual se alzaría la estatua ecuestre de Alfonso XIII, hecha en bronce y presidiendo toda la obra, la cual alcanzaría los 40 metros de altura.

Las inmensas cascadas, cuatro en total, semejarían bóvedas acrisoladas de forma variadísima, con el fin de producir efectos visuales cuando estuvieran bañadas por los rayos solares.

Por si todo esto fuera poco, también serviría como palacete, y es que en su interior habría un gran salón para recepciones y conciertos, todo ello con balcones y galerías para poder admirar las vistas en todas direcciones, y como remate, una bóveda con la bandera española.

Esta construcción estaría rodeada por unos imponentes jardines en un espacio perfectamente circular de 200 metros de diámetro, y el conjunto se convertiría en una isla, rodeada a forma de anillo por la ampliación del Paseo de la Castellana, justo por donde hoy pasa esta avenida a la altura de los ya mencionados Nuevos Ministerios.

Monumento a Alfonso XIII en el Paseo de la Castellana
Desde el Paseo, además de poder admirarse en todo su esplendor el grandioso monumento, se podrían adivinar las fuentes, flores de colores y bustos de reyes y personajes célebres que asomarían en los jardines.

El 13 de junio de 1915, Alberto de Palacio escribe una carta a su hijo, en la que le explica que Alfonso XIII se quejaba sin cesar de la poca ambición de los arquitectos a los que encargaba la ampliación del Paseo de la Castellana, hasta que Núñez Granés presenta su ampliación, y el Rey dice que si finalmente se lleva a cabo, se convertirá en el mejor paseo del mundo.

Sin embargo, tanto el monumento como el parque de Alfonso XIII nunca fueron construidos. Hasta 1933 no se derribó el Hipódromo para poder prolongar la Vía, pero en ese año, el que había sido rey ya no se encontraba en España. El 12 de abril de 1931, las elecciones municipales dieron la victoria a las candidaturas republicanas, y el 14 de abril del mismo año se proclamó la II República, mientras el antiguo monarca abandonaba el país.