El Paseo de la Castellana es uno de los más conocidos
por los madrileños. Sus repetidas ampliaciones han dado lugar a una de las
calles más largas y representativas de la ciudad. Si bien es cierto que su
origen data de los siglos XVII y XVIII al ver la luz el Paseo
del Prado y el de Recoletos, su urbanización en la zona norte no
finaliza hasta el siglo XX. De hecho las Cuatro Torres cierran este espacio al
final del Paseo desde hace sólo unos años, ya en el siglo XXI.
Alberto de Palacio y Elissague |
Como decimos, sus ampliaciones se han ido llevando a cabo
por tramos. Los proyectos más famosos han sido el Plan Castro en 1857,
el de Núñez Granés de 1910, y el Plan Bidagor entre 1941 y 1946.
En el primer cuarto del siglo XX, durante el reinado de
Alfonso XIII, se planea el ensanche norte del Paseo de la Castellana que,
basado en el Plan de Núñez Granés, hace que se urbanice incluso la
actual zona de Nuevos Ministerios. Es lo que da lugar a que posteriormente, en
1933, se derribe el Hipódromo de la Zarzuela, y en ese mismo lugar se
construyan los Nuevos Ministerios, obra que finalizó ya en 1942.
Todo esto es el Madrid que fue, pero... ¿qué hay del que no
fue?
Lo cierto es que en la zona en que se ubicaba el Hipódromo,
en un primer momento no estaba planeado que se construyera el edificio de los
Nuevos Ministerios.
Alberto de Palacio y Elissague fue un arquitecto del
que ya hablamos en la entrada “El monumento a Colón de Alberto de Palacio”. Se
trata de un personaje muy ambicioso que planeó en Madrid más de un proyecto de
grandes dimensiones.
Hoy volvemos a hablar de él porque fue el encargado de
diseñar el monumento a Alfonso XIII. Y es que este rey, como la práctica
totalidad de los monarcas españoles, encargó un monumento de su persona para
que su figura no se olvidara fácilmente.
Recreación del monumento a Alfonso XIII, de "El Madrid no construido" |
El monumento consistiría en un basamento con una gran
puerta de ingreso. Habría una colosal fuente con cascadas de una
altura de un séptimo piso sobre la cual se alzaría la estatua
ecuestre de Alfonso XIII, hecha en bronce y presidiendo toda la obra, la
cual alcanzaría los 40 metros de altura.
Las inmensas cascadas, cuatro en total,
semejarían bóvedas acrisoladas de forma variadísima, con el fin de producir efectos
visuales cuando estuvieran bañadas por los rayos solares.
Por si todo esto fuera poco, también serviría como palacete,
y es que en su interior habría un gran salón para recepciones y
conciertos, todo ello con balcones y galerías para poder admirar las
vistas en todas direcciones, y como remate, una bóveda con la bandera española.
Esta construcción estaría rodeada por unos imponentes
jardines en un espacio perfectamente circular de 200 metros de diámetro,
y el conjunto se convertiría en una isla, rodeada a forma de anillo por la
ampliación del Paseo de la Castellana, justo por donde hoy pasa esta
avenida a la altura de los ya mencionados Nuevos Ministerios.
Monumento a Alfonso XIII en el Paseo de la Castellana |
Desde el Paseo, además de poder admirarse en todo su
esplendor el grandioso monumento, se podrían adivinar las fuentes, flores de
colores y bustos de reyes y personajes célebres que asomarían en los
jardines.
El 13 de junio de 1915, Alberto de Palacio escribe
una carta a su hijo, en la que le explica que Alfonso XIII se quejaba sin cesar
de la poca ambición de los arquitectos a los que encargaba la ampliación del
Paseo de la Castellana, hasta que Núñez Granés presenta su ampliación, y el Rey
dice que si finalmente se lleva a cabo, se convertirá en el mejor paseo del
mundo.
Sin embargo, tanto el monumento como el parque de Alfonso
XIII nunca fueron construidos. Hasta 1933 no se derribó el Hipódromo para poder
prolongar la Vía, pero en ese año, el que había sido rey ya no se encontraba en
España. El 12 de abril de 1931, las elecciones municipales dieron
la victoria a las candidaturas republicanas, y el 14 de abril del mismo
año se proclamó la II República, mientras el antiguo monarca abandonaba
el país.
Alfonso XIII sí que tiene estatua en la capital aunque no sea muy grande y esté frecuentemente grafitada. Se encuentra en Ciudad Universitaria en los jardines que hay entre las facultades de Filosofía y Biológicas.
ResponderEliminar¡Hola, Antonio!
EliminarToda la razón. ¡Gracias por seguir nuestro blog!
Un saludo