domingo, 29 de enero de 2017

Media VIII. Entrevista en la emisora M21 Radio

M21 es la emisora escuela del Ayuntamiento de Madrid. Hoy hablamos de ella en nuestro blog gracias a la entrevista del pasado miércoles 25 de enero a “El Madrid que no fue”.

La emisora M21 (“M” por Madrid, y 21 por el número de distritos de la capital) es una cadena de radio que, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, trata temas de cultura, ocio, turismo y servicio público con profesionales del periodismo y alumnos en prácticas.

Su programa “En construcción”, presentado por Cristina Sánchez Barbarroja y José Luis Casado, acoge cada miércoles un espacio llamado “Madrid Bloguero”, en el que los blogs relacionados con nuestra ciudad tenemos voz. Por ello, Luis David Zapata, creador de “El Madrid que no fue”, fue invitado a participar en ese espacio radiofónico.

En el mismo, además de comentar el blog, se habló del primer artículo de “El Madrid que no fue”, “Madrid, puerto de mar”, post publicado en octubre de 2014.

Por ello, si no tuviste la oportunidad de escucharlo en directo, ponemos el podcast a continuación. La entrevista en cuestión, se puede encontrar a partir del minuto 35:25. ¡Esperamos vuestros comentarios!

miércoles, 18 de enero de 2017

Operación Campamento

Todo aquel que haya accedido alguna vez a la capital a través de la A-5, la carretera de Extremadura, se habrá asombrado al ver que existe un gran espacio de descampados y ruinas de antiguos cuarteles militares a muy pocos kilómetros del centro de Madrid. Sin embargo, si alguno de los planes urbanísticos diseñados en los últimos años se hubiera llevado a cabo, la entrada a Madrid por el suroeste sería bien diferente.

Rebaño en la Casa de Campo. Archivo de TVE
Habría que remontarse a la época de Carlos III para comenzar a comprender este singular barrio de Campamento. Hasta el siglo XVIII, toda esta zona era un lugar de pasto para rebaños en los alrededores de los municipios de Carabanchel de Yuso y Suso (Alto y Bajo). Fue a finales del mencionado siglo cuando se construyó allí un almacén de pólvora.

Ese almacén dio lugar a que, en 1856, ya durante el reinado de Isabel II, se usara ese entorno como terreno de maniobras para soldados, y unos pocos años más tarde se comenzaran a construir los primeros cuarteles.

Numerosas casas y tabernas se fueron organizando alrededor de estos cuarteles, y en 1885, el alcalde de Carabanchel Alto nombró un regidor para el llamado barrio de Campamento, denominación que alude precisamente a esos campamentos militares.

Los siguientes años fueron bastante convulsos para la zona: el 12 de mayo de 1886, 47 personas fallecieron en Carabanchel Alto, Bajo y Madrid a consecuencia de un fuerte tornado, y en 1902, varios vecinos del barrio de Campamento, que aún pertenecía a Carabanchel Alto, murieron tras la explosión de un polvorín.

En los años 20, el tranvía llegó a Campamento para unirlo con el centro de Madrid. Además, se construyeron nuevos edificios castrenses.

Vista aérea del barrio de Campamento en 1930.
Archivo de TVE
Se estima que prácticamente la mitad de la población de Carabanchel Alto era militar hacia 1930, y solo el 22 por ciento había nacido en el municipio, debido a la fuerte emigración hacia las ciudades.

Pero en 1936, la Guerra Civil estalló, y durante la contienda, la gran mayoría de los cuarteles fueron destruidos. Tras la Guerra, se reconstruyeron en ladrillo, y se levantaron tres colonias de viviendas militares: Arroyo Meaques, la Dehesa del Príncipe, y Campamento.

En 1948, los municipios de Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo pasaron a formar parte del término de Madrid, y constituyeron el distrito unificado de Carabanchel. Años más tarde, en 1971, el mismo se dividió en tres: Usera, Carabanchel y Latina. Campamento pasó a formar parte del distrito Latina (no confundir con el barrio de La Latina).

Acuartelamiento Alfonso XIII, en el barrio de Campamento.
Fuente: Ayuntamiento de Madrid
Muchos de los cuarteles de Campamento son aún recordados por aquellos que tuvieron que pasar por ellos durante el servicio militar obligatorio,  la “mili”. Uno de estos edificios, el del Servicio Geográfico del Ejército, pasó a ser célebre por el juicio al teniente coronel Antonio Tejero a causa del Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el 23F, en el Congreso de los Diputados.

Pocos años más tarde, la práctica totalidad de los cuarteles caería en el olvido, fundamentalmente consecuencia de la supresión del servicio militar obligatorio a partir de 1996. Por ello, durante esos años, los diferentes gobiernos municipales, autonómicos y estatales trataron de buscar algún uso para todos esos terrenos que se convertían en poco más que edificios abandonados, solo utilizados por mendigos, okupas y graffiteros.

Ubicación del barrio de Campamento dentro del
Distrito Latina
Lo cierto es que la ubicación del barrio es envidiable: a unos pocos minutos del centro de la capital en autobús o metro, con uno de los mejores accesos al mayor parque de Madrid, la Casa de Campo, y haciendo frontera con los distritos de Moncloa, Arganzuela y Carabanchel, así como con los municipios de Alcorcón y Pozuelo de Alarcón. Por su superficie, y también en algunos tramos de forma subterránea, discurre el arroyo Meaques, afluente del río Manzanares. Por último, se tiene acceso a un pequeño ecosistema llamado la Dehesa del Príncipe.

El metro une al barrio de Campamento con la red de suburbano desde 2002 gracias a la estación de Colonia Jardín, líneas 10, ML2 y ML3 (y es que, por extraño que parezca, la parada “Campamento” de la línea 5, a pesar de estar junto al barrio, se sitúa ya en el de Aluche).

Capilla que se ubicaba entre los cuarteles de Campamento,
junto a la A-5. Hoy desaparecida. static.panoramio.com
Si tantas condiciones favorables tiene el barrio, ¿por qué no ha conseguido encontrar su hueco en el Madrid moderno?

En primer lugar, las carreteras que rodean Campamento, además de comunicarlo, lo asfixian aislándolo de los otros barrios. La carretera de Extremadura A-5, la Avenida de los Poblados y la carretera de Boadilla han sido durante años obstáculos para los vecinos de Campamento que, a pesar de las promesas políticas, ven como sus viviendas siguen cercadas por estas infraestructuras.

Pero, en segundo lugar, los planes para urbanizar la zona militar han ido fracasando una y otra vez, como si de una maldición se tratase, como se verá a continuación.

Cuartel de San Fernando abandonado antes de ser derribado.
static.panoramio.com
Ya en junio de 1989 se comenzó a hablar de algo llamado “Operación Campamento”. El Ministerio de Defensa (al que le pertenecían los terrenos), la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un convenio que desmantelaría una docena de cuarteles que ocupaban 8,9 millones de metros cuadrados, para urbanizar el lugar. Se hablaba ya de llevar allí la línea 10 de metro, algo que se hizo con posterioridad, pero también de convertir en autovía la carretera de Extremadura, y de construir oficinas e inmuebles gubernamentales, agrupando así en un mismo espacio los edificios del Gobierno del país, lo cual recuerda a la idea de los Nuevos Ministerios, o incluso al Campus de la Justicia en ese sentido de centralizar o unificar.
Esta “Operación Campamento” se desarrollaría en 15 años, con un presupuesto de 1.800 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Defensa recibiría 180 por la cesión de los terrenos.

Pabellón de Muñoz Grandes, hoy desaparecido. ame1.org
En 1992, tanto la Comunidad como el Ministerio de Defensa, cesaron en su empeño de la construcción de estos edificios por causas económicas en el primer caso, y por no querer desprenderse de los cuarteles en el segundo.

En 1994, el Ayuntamiento y el Ministerio pactaron la construcción de pisos, pero la Comunidad lo rechazó.

En 1996, el Ayuntamiento aprobó un Plan General de Ordenación Urbana para construir 300.000 nuevas viviendas en una decena de barrios, 15.000 de las cuales estarían en Campamento. La Comunidad y el Ministerio lo aceptaron, y se estimó que las obras de demolición de los cuarteles y la nueva urbanización se llevarían a cabo en unos 15 años. El Ministerio de Defensa, aún propietario de los terrenos, ganaría entre 547 y 1.106 millones de euros con la operación.

Ámbitos del Plan. Fuentes: elpais.com y Ayuntamiento de Madrid
Por fin las tres administraciones se ponían de acuerdo y parecía que el fin a este gran problema se acercaba. Por ello, a partir de 2004 las excavadoras entraron en los cuarteles, y se comenzó la demolición de la mayoría de ellos. Sin embargo, los plazos se demoraron, y ni el Ayuntamiento aprobó en esos años el proyecto urbanístico final, ni la Comunidad elaboró los informes necesarios, parece que debido al enfrentamiento político entre el alcalde de la ciudad (Alberto Ruiz-Gallardón) y la presidenta de la Comunidad (Esperanza Aguirre).

Así se llegó finalmente a la aprobación de ese proyecto urbanístico en 2009, y en 2011 el Consejo de Ministros aprobó la venta del 51% de los terrenos de Campamento al Ministerio de Fomento por valor de 150,50 millones de euros.

Planificación del suelo en la Fase 1.
Fuentes: el pais.com y Ayuntamiento de Madrid
Lo que se planteaba a partir de ese momento era el que parecía el plan definitivo para el barrio: a través de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento del Suelo (SEPES) se urbanizaría, en una primera fase, un total de 10.700 viviendas en 2,1 millones de metros cuadrados. 7.000 de esas viviendas serían protegidas. El coste total de la construcción de esos pisos sería de 450 millones de euros, pero ascendería a 617 millones al construir un aparcamiento disuasorio, un intercambiador, y al soterrar 2,6 kilómetros de la autovía de Extremadura en Batán.

En la segunda fase se levantarían otras 10.700 viviendas en Campamento y 20.000 más en el vecino municipio de Alcorcón.

Un año después, en 2012, muchos de los cuarteles ya estaban derribados. Como decíamos, ya años antes se había comenzado con estas demoliciones, pero la desaparición de uno de ellos en concreto fue polémica por estar protegido. Se trataba del Cuartel del Batallón de Zapadores, también conocido como Pabellón de Muñoz Grandes, ubicado junto a la autovía A-5.
Pabellón de Muñoz Grandes durante su derribo en 2012.
madridciudadaniaypatrimonio.org
Se trataba de uno de los que se construyeron en los años 20 del siglo pasado, y que llevaba tiempo en desuso. De hecho, los planes proyectados hasta el momento incluían la conservación de este interesante edificio protegido, “obra de reconocido valor e interés histórico” según el catálogo de edificaciones singulares del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Parece que el Ayuntamiento había solicitado a Fomento su demolición “por ruina inminente”, para lamento de los vecinos del barrio.

Salvando esto, por fin se ponía en marcha todo el plan, hasta que en septiembre del mismo año, el Tribunal Supremo anuló los barrios nuevos previstos en el Plan General de Ordenación Urbana de 1996, con lo que el proyecto, lejos de llevarse a cabo, quedó paralizado y más enterrado que nunca.

Plan de la "Operación Campamento" que fue anulada
en 2012 por el Tribunal Supremo. Fuente: Ayto. de Madrid
En 2013, todos los terrenos volvieron a manos del Ministerio de Defensa, y el Gobierno denominó la Operación Campamento como “inviable desde el punto de vista jurídico-urbanístico”.

No obstante, un nuevo capítulo se abría así para este entorno. Y es que el 27 de abril de 2015 salieron a la venta 1.550.576 metros cuadrados de terrenos de Campamento, propiedad ya de Defensa, con una edificabilidad de 1.132.098 metros cuadrados, por si algún comprador estaba interesado en ellos. ¿Por qué se hizo esto? Porque muy pocos meses antes, el magnate chino Wang Jianlin, mediante el grupo Wanda, se había interesado por este espacio, justo después de su adquisición del Edificio España de la Plaza de España, y del fiasco de Eurovegas en Alcorcón por parte del magnate estadounidense Sheldon Adelson.

Cuarteles abandonados y derribados en los terrenos de
la Operación Campamento. cincodias.com
El empresario Wang Jianlin, nacido en 1954 y considerado uno de los hombres más ricos de china, aseguró que no se trataba de otro “Eurovegas”. Su intención era la construcción de 15.000 viviendas, así como hoteles, grandes espacios comerciales, parques de ocio y recintos para espectáculos, pero sin la existencia de casinos.

Ninguna maqueta se mostró en este caso de la nueva “Operación Campamento” porque se temía que ocurriera lo mismo que en Alcorcón. Y así fue. La promesa de una inversión de 3.000 millones de euros para la construcción de este nuevo barrio se truncó entre diciembre de 2015 y enero de 2016, cuando se anunció oficialmente que el grupo Wanda dejaba de estar interesado en los terrenos. El empresario habló de falta de acuerdo y, especialmente, del alto precio que el Ministerio de Defensa había puesto a la venta del suelo, lo que le hizo comenzar a buscar en lugares más económicos, y lo que dejó a Campamento de nuevo con sus descampados y cuarteles en ruinas.

Barrio de Campamento en la actualidad.
Fuente: Ayto. de Madrid
Lo cierto es que, de una manera u otra, es asombroso que una operación de tal magnitud no haya avanzado desde 1989, y que los visitantes a la ciudad que acceden a través de la A-5 contemplen cómo la entrada a la capital no es más que una suma de proyectos truncados de este “Madrid que no fue”. Sin embargo, estamos convencidos de que este proyecto en concreto sería uno de los más interesantes en una hipotética sección de “el Madrid que será”, porque sea de una u otra forma, la zona de Campamento en unos años se tendrá que desarrollar, y quién sabe si pasará a convertirse en un tiempo en uno de los barrios más modernos y cosmopolitas de Madrid.

miércoles, 4 de enero de 2017

El Madrid que SÍ fue XIV. El Palacio de Oñate

Hoy, primer miércoles del año, os queremos felicitar este 2017 a todos los lectores como corresponde, con un nuevo artículo de “El Madrid que SÍ fue”.

En este post hablaremos del Palacio de Oñate, uno de los palacetes del centro de Madrid tristemente desaparecidos, y que sin embargo, ha sido testigo de importantes acontecimientos de la historia de la capital.

1. Plano de Teixeira, 1656. Detalle del Palacio de Oñate
Nos remontamos al siglo XVI. Algunas de las familias nobiliarias más importantes de España llegaron en esas fechas a Madrid para asentarse permanentemente en la urbe, puesto que desde 1561 se había convertido en la capital del país. Por eso, en el centro de la población se podían encontrar algunos de los palacetes más interesantes de la época.

Así, a finales del siglo se construyó el que se conocería como “Palacio de Oñate” en una zona céntrica de la ciudad, lo que hoy sería una parte de la Puerta del Sol, entre las calles Mayor, Arenal y Travesía del Arenal. Sin embargo, en la época, el edificio no se asomaba a la Puerta del Sol porque existía otro inmueble hacia la plaza, la casa del licenciado Melchor Molina, conocida como la Torrecilla de la Puerta del Sol. Un pequeño callejón separaba estos dos edificios, el callejón de la Duda (ver imagen 1).
2. Fachada del Palacio de Oñate

El acceso principal del después conocido como Palacio de Oñate, como no podía ser de otra manera, se situaba en la calle Mayor, y destacaba su austeridad y elegancia, propias de la arquitectura típica de los Austrias. Un palacio, en general, muy acorde con el barrio en que se encontraba (ver imagen 2).

Sin embargo, hasta el siglo XVII, el Palacio era propiedad del condado de Villamediana. Juan de Tassis y Peralta, II Conde de Villamediana (1582-1622), vivió en esta casa hasta el momento de su muerte. Este hombre es hoy bien conocido en las leyendas populares. Y es que sus amoríos eran de lo más comentado de la época. Parece ser que la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, llegó a ser su amante, y son muchas las anécdotas relacionadas con esta historia las que aún se conocen en la ciudad.

Una de ellas cuenta que el conde llegó a provocar un incendio en el coliseo de Aranjuez durante la celebración del aniversario del rey, solo por poder sacar en brazos a la reina de la fiesta. El rey expresó su enfado tras el acontecimiento, ya que parece que el conde tardó más de lo necesario en devolver a la reina sana y salva.

3. "La muerte del conde de Villamediana",
Manuel Castellano
Sea como fuere, lo cierto es que la noche del 21 de agosto de 1622, alrededor de las 9 de la noche, el conde estaba volviendo a su casa de la calle Mayor en un coche con la única compañía de Luis de Haro, hijo del marqués de Carpio. En el momento en que estaba ya llegando a su domicilio, a la altura del callejón de la Duda, un hombre que llevaba la cara tapada disparó con una ballesta al conde y escapó.

Una famosa pintura de Manuel Castellano titulada “La muerte del conde de Villamediana” (ver imagen 3), propiedad del Museo del Prado pero expuesta en el Museo de Historia de Madrid, retrata el momento en que numerosos vecinos contemplan el cuerpo ya sin vida del conde, una vez se había desplazado el mismo al interior del palacio.

Aún alguien recuerda unos versos, atribuidos a Luis de Góngora, que rezan de la siguiente manera: “Mentidero de Madrid / decidnos ¿quién mató al conde? / ni se sabe, ni se esconde / sin discurso, discurrid:  / dicen que le mató el Cid / por ser el conde Lozano / ¡disparate chabacano! / la verdad del caso ha sido / que el matador fue bellido / y el impulsor soberano”.

4. Palacio de Oñate, con la
fachada de Pedro de Ribera
Y es que todos en la ciudad atribuyeron al monarca Felipe IV el encargo de la muerte del conde por esos escándalos con la reina.
Tanto en los versos como en la pintura hay una referencia a uno de los mentideros de Madrid, el de las Gradas de San Felipe, que se situaba precisamente en las escaleras del convento de San Felipe el Real, frente al Palacio del conde de Villamediana.

A la muerte del conde, sus títulos pasaron a su primo Íñigo Vélez de Guevara y Tassis, conde de Oñate. Por ese motivo, a partir de ese momento, la mansión fue denominada Palacio de Oñate.

No obstante, el mismo pronto cambió su fisonomía. Si cuando se construyó compartía manzana con una de las mancebías más populares de la ciudad (uno de los prostíbulos de la época), a principios del siglo XVIII, la zona comenzaba a tener otro aspecto. De hecho, el palacio se embelleció notablemente cuando el arquitecto Pedro de Ribera le incorporó una fachada barroca con dintel y jambas de piedra berroqueña (ver imagen 4). Un balcón asomaba en esa fachada de Ribera, desde el cual se podían presenciar los acontecimientos más importantes de la calle Mayor. El mismo estaba coronado con el escudo heráldico de la familia Oñate.
5. Demolición del Palacio de Oñate

Pero el tiempo pasó, y Madrid sufrió severas transformaciones. Entre 1857 y 1862, la reforma de la Puerta del Sol llevó consigo la demolición de la Casa del licenciado Molina, y por tanto, la desaparición de la calle de la Duda.

El siglo XX comenzó con los cambios más importantes de nuestra ciudad: el proyecto del metro de Madrid (1913-1919), la construcción de la Gran Vía (1910-1929), y así un largo etcétera.
En esta época se derribaron algunos palacetes del centro para hacer paso a nuevos edificios. Entre ellos, se demolió el Palacio de Oñate (ver imagen 5). Sin embargo, parece que el Ayuntamiento de Madrid, consciente de la importancia de la fachada del arquitecto madrileño, decidió salvarla y guardarla en los almacenes municipales.

6. Casa Palazuelo, de Antonio Palacios
En el solar del palacio se construyó la Casa Palazuelo en 1919 (ver imagen 6), un bello inmueble de Antonio Palacios que hoy tiene uso comercial.
El Ayuntamiento, por su parte, no sabía qué hacer con la portada barroca de Pedro de Ribera.

Pasaron los años, y desde 1928, comenzó a construirse en la zona de la Moncloa la Ciudad Universitaria, una de las obras más ambiciosas de nuestra ciudad.
En ese mismo año, 1928, el rey Alfonso XIII inauguró en el mismo entorno la llamada Casa de Velázquez, una institución cultural francesa en el extranjero dedicada al estudio del hispanismo, que forma a artistas, profesores e investigadores con intercambios entre Francia y los países ibéricos.
7. Casa de Velázquez, 1935

Así, durante la II República (1931-1936), el Ayuntamiento de Madrid decidió ofrecer la fachada de Pedro de Ribera a diversas instituciones, y fue la Casa de Velázquez quien decidió aceptar la propuesta de incorporar la fachada histórica del Palacio de Oñate a su sede.

De esta manera, en 1935, la institución cultural francesa añadió esta portada barroca a su nuevo edificio (ver imagen 7), en un entorno estudiantil y universitario, puesto que en ese año las obras de la Ciudad Universitaria estaban ya muy avanzadas.

8. Casa de Velázquez tras la Guerra Civil

Sin embargo, la Guerra Civil (1936-1939) fue especialmente cruenta en esta zona, con lo que la Casa de Velázquez quedó prácticamente destruida (ver imagen 8), y la fachada no pudo ser restaurada tras la contienda, aunque sí lo fue el edificio que hoy seguimos conociendo como Casa de Velázquez.

Una de tantas pérdidas arquitectónicas que trajo consigo la Guerra Civil, pero que hace que la historia del Palacio de Oñate resulte más melancólica en este apartado de “el Madrid que SÍ fue”.