En “El Madrid que no fue” descansamos por vacaciones hasta
septiembre. Es por lo que aprovechamos la oportunidad para escribir un nuevo
post de la sección “El Madrid que SÍ
fue”.
Plano de Teixeira (1656), en el que se puede ver la isla en la que años después se construiría la Piscina de la Isla |
Durante los últimos años, ha habido algunos intentos por
crear algún tipo de playa urbana en
Madrid, pero seguramente no con la trascendencia que tuvo la piscina de la que
nos ocupamos hoy.
Entre 1914 y 1925
se canalizó el río Manzanares, y son muchos los madrileños que acudían todos los
veranos a sus orillas para darse un chapuzón. Aún nuestros mayores recuerdan
aquel período en que no era necesario acudir a una piscina para remojarse en
los días más calurosos, práctica que cesó en los años 70.
Isla del Manzanares tras la canalización, y antes de la construcción de la Piscina de la Isla |
Fue cuando el arquitecto Luis Gutiérrez Soto, enmarcado entre el racionalismo y el art decó,
recibió un encargo algo singular. En las cercanías del Puente del Rey, entre la Casa de Campo y la Estación del Norte
(Príncipe Pío), había permanecido una pequeña
isla tras la canalización del Manzanares.
La misma sería ampliada
artificialmente, se le daría forma de buque,
y en ella se construiría un recinto de
piscinas.
Piscina de la Isla |
La instalación constaba de una piscina al aire libre en la proa
del “buque”, otra en la popa, y
en medio una piscina cubierta. El
agua para los vasos de las mismas se conseguía directamente del río, a través
de un sistema de filtrado y clorado.
A cada lado del barco, a babor y a estribor, se situaba una pasarela que daba acceso al buque
varado. Al acceder por cada puente, y al atravesar la puerta de entrada, se
encontraba una recepción, en la cual
se permitía el uso de las instalaciones.
Junto a las piscinas al aire libre, quedaban algunos de los árboles originales de la isla, que
daban sombra a los bañistas.
Por el contrario, en el interior de la piscina cubierta, existía
un sistema de calefacción, que
climatizaba el agua para gozo de los usuarios.
En la parte superior y sujeto por una estructura de hierro,
se situaba un lucernario, que además
de dar luz a la piscina, se podía abrir para su ventilación. Salvando las distancias, sería un precedente de la
moderna cubierta de la Caja Mágica.
Además de los servicios básicos de este tipo de
instalaciones (cuartos de baño para hombres y mujeres, restaurante…), existía
también una sala de baile, y el
recinto era la sede del “Canoe Natación
Club”, que hacía uso de él especialmente en invierno.
La instalación, inaugurada durante los años de la II
República, fue lamentablemente destruida
en 1939, cuando un obús de la Guerra Civil impactó contra la isla. Esta zona de Madrid fue
especialmente castigada durante la contienda, y no pocos fueron los edificios
que desaparecieron de la ciudad durante este triste periodo.
1939. Obús impacta contra la Piscina de la Isla |
Los bañistas comenzaron a usarlo de nuevo, recordando los
años dorados de la Piscina de la Isla, pero el sueño fue efímero de nuevo: el 5
de marzo de 1947, lo que quedaba de
este complejo fue arrasado por una riada
provocada por unas lluvias torrenciales.
1947. Unas lluvias torrenciales anegan el complejo |
Así que, la próxima vez que pasees por Madrid Río, en las
inmediaciones del Puente del Rey, muy cerca de la zona en la que se encuentra la estación de Príncipe Pío, recuerda que se trata de un lugar muy
especial para nuestra ciudad, ya que es donde quedó varado “el buque de Madrid”.
Y ya no nos queda más que desearos un feliz verano a tod@s, y no lo olvidéis… ¡en septiembre volvemos con
más historias de El Madrid que no fue!