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miércoles, 19 de abril de 2017

Mamparas de seguridad en el Metro de Madrid

¿Sabías que Metro de Madrid probó, hace no muchos años, un sistema de mamparas anticaídas que pretendía ser instalado las estaciones de la red más concurridas?

Metro de Madrid es, sin duda, uno de los mejores sistemas de transporte del continente. Con sus 301 estaciones y sus casi 294 kilómetros de recorrido, conforma la tercera red más grande de Europa, tan solo por detrás de Londres y Moscú.
12 líneas convencionales, 1 ramal y 3 líneas de metro ligero, son las que componen el sistema actual, bien diferente del inaugurado, con tan solo una línea, el 17 de octubre de 1919 por el rey Alfonso XIII.

Estación de metro "Hospital Severo Ochoa"
Desde aquel año, Metro de Madrid no ha dejado de crecer, y es por ese motivo, por el que en 2008 se comenzó a fraguar una idea que cambiaría la fisonomía actual de las estaciones: la colocación de “puertas de andén”.

Estas puertas serían unas mamparas que actuarían de segunda entrada al convoy, y que protegerían a los usuarios, impidiendo así posibles accidentes o incluso eventuales suicidios, aunque la tasa de estos últimos no es para nada alarmante (15 por cada mil millones de viajeros). Una medida que no sería novedosa, ya que es un sistema que se viene utilizando en los metros de ciudades como Londres, París, Copenhague, Turín, Lille, Chicago, Hong Kong, e incluso en Sevilla.

Se trataría de una valla acristalada situada verticalmente en el borde del andén, con un sistema de puertas corredizas que se abriría a la vez que las mismas puertas del tren.

Según Metro, con su implantación, “pasarán más trenes cada menos tiempo, habrá una mejor distribución de usuarios en el andén, se evitarán caídas de viajeros y objetos a las vías, y se controlará mejor la ventilación de la red”.

Mamparas de Faiveley en la estación Casa del Reloj.
Eric, anden1.es
Por tanto, todo parecían ventajas. Es por ello por lo que se encargó a cuatro empresas diferentes (Manusa, Knorr-Westinghouse, Faiveley Transport Ibérica y Sepsa-Oclap) la tarea de confeccionar estas mamparas. Las mismas fueron colocadas en cuatro estaciones de la línea 12 de Metro, “Metrosur”, concretamente en la localidad madrileña de Leganés, durante 2009. A principios de 2010, los viajeros pudieron comenzar a usar en las estaciones de San Nicasio, Hospital Severo Ochoa, Casa del Reloj y Leganés Central las mencionadas “puertas de andén”. El objetivo era probar durante unos meses esos cuatro diferentes sistemas, y en función de los resultados, elegir uno de estos modelos para que la empresa correspondiente lo implantara en las paradas con más afluencia de Metro de Madrid.

Se eligió colocar estas mamparas de prueba en la línea 12 porque los andenes de “Metrosur” son los más largos de la Red con 120 metros de longitud cada uno, con lo que se podría implantar esta novedad en pruebas utilizando aproximadamente solo la mitad del andén, coincidiendo con la medida total del convoy (55 metros), y si en algún momento surgía algún problema, se podría clausurar este sistema para que en el espacio restante de andén donde no hubiera puertas, hiciera su parada el metro y pudieran acceder los viajeros.


Mamparas de Manusa en la estación de San Nicasio.
Eric, anden1.es
La idea era que, tras esos meses de pruebas, a finales de 2011 se sacara a concurso el proyecto ganador elegido de entre los cuatro, para poder situarlo en las estaciones más concurridas de la Red de Metro.

Sin embargo, en junio de 2010, un joven sufrió un accidente en la estación de Casa del Reloj con relación a este sistema, y acabó herido. Además, también un invidente tuvo un pequeño incidente, y en diversas ocasiones, las puertas no se abrían correctamente, o no se situaban a la altura de las puertas reales del convoy. Estos hechos, unidos al principal escollo del proyecto, la financiación, hicieron que se clausuraran las mamparas en obras.

Y es que, al igual que en otros tantos artículos, en este hay que hablar de los problemas económicos ligados a la crisis financiera. Fue entre 2010 y 2011 cuando se empezó a hablar realmente del coste de la realización de estas mamparas. En 2009, cuando se implantaron las cuatro mencionadas en Leganés, se dijo que se desconocía el coste total, pero que dependería del número de estaciones que finalmente usaran este sistema.

Mamparas de Knorr-Westinghouse en la estación de
Hospital Severo Ochoa. Eric, anden1.es
No obstante, pronto llegaron las comparativas con otras ciudades en las que ya existían estas “puertas de andén”. Por ejemplo, Sevilla, que en 2009 inauguró su línea de metro, invirtió 18 millones en su instalación. Se trataba de su colocación en todas las estaciones de la red del metro sevillano, es decir, en las 22. No obstante, el elevado número de estaciones de la red madrileña (más de 300) fue el motivo por el que, desde un primer momento se había descartado su implantación en todas ellas, siendo solo implantado en las que tuvieran más afluencia de viajeros, pero aun así, la cifra se hacía imposible, especialmente en tiempos de dificultades económicas.

Por tanto, las mamparas en pruebas que se habían instalado en 2009, una vez clausuradas entre 2010 y 2011, fueron cayendo en el olvido, y en esas citadas estaciones se pasó a hacer uso por parte de los trenes del tramo de andén restante. Las abandonadas “puertas de andén” siguieron allí, por tanto, debido al coste de retirarlas, hasta que finalmente en 2015 se procedió a su desmantelamiento.

Mamparas de Sepsa-Oclap en la estación Leganés Central,
ya con el sistema de mamparas en desuso. elmundo.es
A día de hoy, ya en 2017, no se estudia la posible colocación futura de unas mamparas en la Red de Metro, y se invierte, en su lugar, en accesibilidad, siendo el de Madrid uno de los metros más accesibles del mundo al contar, no solo con escaleras mecánicas, sino con 189 estaciones completamente accesibles con rampas y ascensores, y un plan para que en 2020 ese número ascienda a 218.

Se trata, por tanto, de otro proyecto en este “El Madrid que no fue”, que tuvo que ser descartado por motivos económicos, a pesar del interés por su creación.

¿Consideras, según lo leído, que sería necesaria o conveniente la implantación de estas mamparas protectoras junto a los andenes, o lo consideras un gasto innecesario?

miércoles, 8 de febrero de 2017

Translozoya, el tren turístico de la Sierra Norte

La ciudad de Madrid no ha sido la única que ha soñado con proyectos que se convirtieron en pesadilla y que no se llegaron a realizar. Hoy traemos uno un tanto particular, el Translozoya, un tren turístico con el que la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid pretendía dar un impulso a su turismo desde 2014.

Tren TER 597-010, el elegido para convertirse en el Translozoya. change.org
Este proyecto comienza a idearse en 2011. Durante ese año, se produjo un desprendimiento en el túnel de Somosierra de la línea ferroviaria Madrid-Burgos, lo que llevó al cierre, en principio temporal, de ese trayecto. El incidente provocó que, poco a poco, se abandonara aquella vía, lo que dio lugar a que los municipios madrileños afectados, vieran aquella situación como una oportunidad.

Por ello, lo que se propusieron estas localidades de la Sierra Norte fue el uso de aquella vía, que estaba en ese momento inutilizada, para la circulación de nuevo tren turístico que uniera de una forma atractiva a estos pequeños emplazamientos con la capital.

Mapa del recorrido del Translozoya. cronicanorte.es
El trayecto comenzaría en la estación de Chamartín, y haría parada en Colmenar Viejo, Manzanares-Soto del Real, Miraflores de la Sierra, Bustarviejo, Valdemanco, Lozoyuela, Garganta de los Montes, Gargantilla del Lozoya, Navarredonda-San Mamés, Gascones-Buitrago, Braojos-La Serna y La Acebeda, para finalizar el recorrido en Robregordo. De hecho, actualmente el trayecto Chamartín – Colmenar Viejo se puede hacer en la línea C-4 de Cercanías, no pudiendo continuar por los municipios mencionados hasta Robregordo-Somosierra.

Lo primero necesario era saber si esa antigua vía de Colmenar Viejo a Robregordo reunía las condiciones de seguridad necesarias para su puesta en marcha, y parece que ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento, comunicó que no habría ningún problema para su uso.

Por tanto, el proyecto se fue formalizando. 40 alcaldes de los municipios afectados y aledaños a este proyecto apoyaron esta idea, y así se recibieron 245.000 euros procedentes de fondos europeos para la rehabilitación y traslado de un ferrocarril que se adecuara a las condiciones necesarias.

Interior del Translozoya tras su restauración. madridiario.es
El elegido fue el TER 597-010, un tren de los años sesenta que desde 1965 hizo trayectos como Madrid-Gijón, Madrid-Barcelona o Barcelona-Bilbao. La Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril había conservado este tren en la capital castellanoleonesa hasta 2013, fecha en que fue restaurado para convertirse en este Translozoya.

Sus dos coches tendrían una capacidad para 128 personas, y con sus 775 CV se alcanzaría una velocidad máxima de 120 km/hora.

El tren turístico parece que comenzaría a andar antes del verano de 2014. Sin embargo, un retraso en la puesta a punto del aparato retrasó su entrada en Madrid casi un año.
Fue el 20 de marzo de 2015 cuando el ferrocarril fue remolcado hasta la antigua estación madrileña de Delicias, y ahí comenzaron los problemas.

Braojos de la Sierra, uno de los municipios
por los que transcurriría el Translozoya. laerilla.es
Y es que, durante ese mismo año, se procedió al cierre oficial de la línea Madrid-Burgos, que en principio había sido clausurada temporalmente en 2011 hasta que se solucionara el incidente acaecido, y durante esos años estuvo abandonada. Entonces, ADIF informó de la necesidad de una inversión de 4 millones de euros para la rehabilitación de la vía, y en el caso de que se quisiera unir esta vía con Burgos, otros 4 millones de euros para la reconstrucción del puente de Somosierra. ADIF no invertiría nada en el proyecto, puesto que la antigua línea Madrid-Burgos había sido clausurada, y para un solo tren no consideraban que la inversión fuera rentable, con lo que tendrían que ser los municipios madrileños los que aportaran la suma demandada.

Por este motivo, el tren en cuestión sigue en la antigua estación de Delicias de Madrid, siendo posible su visita dentro del Museo del Ferrocarril, y el proyecto del Translozoya  se encuentra paralizado y con pocas posibilidades de seguir adelante, a pesar de haber invertido, entre fondos europeos y locales, unos 300.000 euros.

Puente del antiguo ferrocarril Madrid-Burgos, que habría sido usado por el
Translozoya, pero que ahora es solo utilizado por los amantes del puenting.
Gargantilla del Lozoya. Photodrone Marcos
Existen en la actualidad desde peticiones de firmas para su puesta en marcha, hasta plataformas que solicitan reapertura de la línea de ferrocarril desde Madrid hasta Aranda de Duero como se hacía hasta hace algunos años, aunque desde hace ya algún tiempo no ha habido muchas novedades con respecto a las posiciones tomadas por parte tanto de ADIF como de los municipios afectados.

Un ferrocarril turístico que habría conectado la ciudad de Madrid con estos municipios de la Sierra Norte los fines de semana para la promoción turística de esta zona de la región, y que habría hecho que la Comunidad de Madrid tuviera  un tren al estilo de los ya existentes en nuestro país, como Transcantábrico o Al Andalus.
Al menos, el resto de líneas turísticas de nuestra región (Tren de la Fresa hasta Aranjuez, Tren de Cervantes hasta Alcalá de Henares, y Tren de la Naturaleza por la Sierra de Guadarrama) siguen en activo en temporada, y con muy buenos resultados.

¿Y a ti, te gustaría que en unos años el Translozoya se uniera a esta lista de trayectos turísticos?

miércoles, 15 de junio de 2016

Nueva línea de Cercanías entre San Fernando de Henares y Príncipe Pío

La red de transportes de Madrid es, indiscutiblemente, una de las protagonistas habituales de este “Madrid que no fue”. Hoy traemos un proyecto cancelado de una nueva línea de Cercanías Renfe que atravesaría Madrid de oeste a este, desde San Fernando de Henares hasta Príncipe Pío. ¿Te animas a descubrirlo?

Retrato de Felipe V
El municipio de San Fernando de Henares es uno de los lugares históricos más desconocidos de nuestra Comunidad. Su población de poco más de 40.000 habitantes, cuenta con un conjunto del siglo XVIII relacionado con la Ilustración y el Reformismo borbónico.

Y es que, en el año 1700, Felipe V se convertía en el rey de España, siendo el primero de la familia Borbón en nuestro país. Su procedencia francesa hizo que se introdujeran numerosas reformas en todos los ámbitos. Fue bajo su reinado cuando se comenzaron a crear las Reales Fábricas, como la de Tapices de Santa Bárbara en Madrid, o la de Cristales de la Granja, iniciativa que continuaría su hijo Carlos III con la fundación de otras como la de Porcelana del Buen Retiro.

Retrato de Fernando VI

Fue Felipe V el rey que, en uno de sus últimos actos de gobierno, dispuso la adquisición de un lugar denominado Torrejón de la Ribera. Se decidió la compra de este término cercano a los ríos Henares y Jarama con motivo de la creación de una Fábrica de Paños finos para no tener que depender de factorías extranjeras.

La adquisición se produjo el 29 de junio de 1746, y la muerte del monarca el 9 de julio del mismo año, con lo que, como es de suponer, fue su sucesor, Fernando VI, el que pudo ver cumplido el sueño de su padre y antecesor en el trono.


Real Fábrica de Paños de San Fernando
El 30 de agosto de 1746, Fernando VI nombró a Teodoro Ventura de Argumosa gobernador de Torrejón de la Ribera, y así comenzaron las obras de esta importante fábrica, con una construcción ordenada en planta cuadrada en torno a un patio central con una fuente.
En la planta baja del edificio se disponían las salas de administración, producción y la capilla; en la planta alta la vivienda del gobernador, los tendederos de lana y algunos almacenes; y en el sótano aún más almacenes.

Antiguas casas de operarios de la Fábrica de San Fernando
Frente a la fábrica, se comenzaron a edificar numerosas viviendas para los trabajadores de la misma, y así se configuraron dos plazas junto al edificio industrial: una ante la fachada principal, de planta cuadrada, que hoy es la Plaza de España, y otra un poco más alejada, de planta circular, llamada Plaza de Fernando VI. Años después, ya en 1844, la reina Isabel II decidió trasladar allí desde la capital la estatua de dicho rey, que había sido concebida junto a tantas otras para coronar la cornisa del Palacio Real de Madrid.

Estatua y plaza de Fernando VI, en San Fernando de Henares.
rutastranquilas.com
La construcción de la Real Fábrica de Paños, las viviendas para los trabajadores y las dos plazas mencionadas, fue el origen del que se conocería como Real Sitio de San Fernando en honor a este monarca, una historia no muy diferente a la que analizamos hace algunos meses de la localidad de Nuevo Baztán.

En 1753, la baja productividad de la factoría, debida fundamentalmente a los altos precios de los tejidos, obligó a su traslado a Vicálvaro, dejando en San Fernando únicamente los almacenes.

El uso del edificio de la fábrica fue entonces destinado a casa de corrección para enseñar a leer y escribir, algo que se dio hasta 1801. Pocos años más tarde, más de ocho mil soldados franceses se acuartelaron en el lugar durante la ocupación napoleónica, y la zona quedó prácticamente arrasada a su partida.

Antigua fachada principal de la Real Fábrica de Paños.
Actual Ayuntamiento de San Fernando de Henares
La antigua factoría recuperó, sin embargo, en 1829, parte de su actividad original, ya que se convirtió en fábrica de tejidos de algodón y estampados, recuperando así unas huertas que databan de la época de Fernando VI entre el municipio y el río, plantando 4.000 árboles, y organizándolos en calles y avenidas, el actual Paseo de los Chopos.

En 1916, la localidad adquirió el nombre de San Fernando de Henares, puesto que hasta el momento se había denominado San Fernando del Jarama, y hoy en día, el edificio central de todo aquel histórico lugar es el Ayuntamiento de dicha población.

Vista aérea de San Fernando de Henares.
En primer plano, la plaza circular de Fernando VI.
Detrás, la plaza cuadrada de España, rodeada de las viviendas de operarios.
En último término, el gran edificio de la Real Fábrica.
Una apasionante historia para un municipio que, en la actualidad, está unida a la ciudad de Madrid a través de líneas regulares de autobuses, metro y trenes. Las líneas de Cercanías RENFE C2 Y C7, con idéntico recorrido en este tramo, vinculan todo el Corredor del Henares con la estación de Atocha.

Sin embargo, hace muy pocos años, en 2009, San Fernando volvió a ser protagonista gracias a un nuevo proyecto que planteaba la creación de una nueva línea para la ya extensa red de trenes de Cercanías Madrid, que cruzara la capital de oeste a este, desde San Fernando de Henares hasta el intercambiador de Príncipe Pío.

Y es que, hasta el momento, todos los viajeros del oeste de Madrid, de la zona del Corredor, podían llegar en tren sin problema hasta el sur de la ciudad en la misma línea hasta la estación de Atocha, e incluso hasta el norte, hacia Chamartín, pero si querían desplazarse hacia el oeste, tenían que hacer trasbordo en Atocha hasta Príncipe Pío.

Proyecto de nueva línea de Cercanías
San Fernando de Henares - Príncipe Pío. elpaís.com
Por ese motivo, en 2009, se firmó un convenio entre el Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid con las figuras de José Blanco y Esperanza Aguirre por el cual se comprometían a crear esta nueva línea de Cercanías Renfe que partiría de San Fernando, y tendría un trazado destinado a evitar las aglomeraciones que se dan actualmente en la línea C7.

El mismo sería: San Fernando, Canillejas, Avenida de América, Alonso Martínez, Sol, y Príncipe Pío. Un auténtico sueño, ya que en apenas 5 estaciones se podría cruzar todo Madrid de oeste a este, con algunas nuevas estaciones de Cercanías como la soterrada de Alonso Martínez, que se presentaba como una de las joyas del proyecto.

Se trataba de un proyecto ambicioso que contemplaba construir en el futuro una ampliación desde San Fernando hasta Torrejón de Ardoz, con una nueva parada en esta localidad, y desde ahí seguir hacia Soto de Henares, estación proyectada en aquel momento y que curiosamente sí se llegó a construir, inaugurándose en 2015 como parte de la C2 y C7.

Además, también se planteó que años más tarde, esa línea fuera ampliada del mismo modo por el otro extremo, Príncipe Pío, hasta Aluche, y desde allí unirse al trazado de la C5 hacia Alcorcón y Móstoles, o hacia Leganés y Fuenlabrada.

Plaza de España de San Fernando de Henares en la actualidad,
rodeada por las antiguas casas de operarios de la Fábrica.
Lamentablemente, el proyecto quedó en eso precisamente, en proyecto. Ya en 2010, el Ministerio de Fomento parecía no apostar por esta nueva línea al admitir la complejidad de su construcción.

Y los años pasaron, los equipos de gobierno cambiaron, y el sueño de una línea de tren oeste-este que atravesara todo Madrid se diluyó en el aire. Ya no se volvió a hablar de la posibilidad de llevar a cabo esta interesante propuesta, y como decimos, lo único que se llegó a realizar fue la construcción de la estación Soto de Henares en el término municipal de Torrejón de Ardoz en el recorrido de las líneas C2 y C7.

Esperemos que en algún momento, algún político recuerde este proyecto y trate de rescatarlo del olvido para que así se pueda ahorrar tiempo en los traslados en Cercanías Renfe Madrid, además de la consiguiente descongestión de la red de transportes, especialmente de la zona del Corredor del Henares.

miércoles, 6 de abril de 2016

Proyecto de ampliación de la línea 8 de Metro

La línea 8 es, hasta ahora, la que más modificaciones ha sufrido de toda la Red de Metro de Madrid, pero su recorrido pudo haber sido mucho más largo. ¿Te animas a descubrirlo?

Puede que ya muchos lo hayamos olvidado, pero la línea 8, la joya del Metro de Madrid y puerta de entrada para todos los turistas que llegan a la capital por el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, era bastante diferente no hace muchos años.

Antiguo trazado de
la línea 8 de Metro
En 1982 España se convirtió en sede del Mundial de Fútbol. Para ello se construyeron emblemas en Madrid como Torrespaña, conocido como el “Pirulí”, esa torre de comunicaciones gracias a la cual se pudo retransmitir el evento deportivo.
Su inauguración oficial tuvo lugar el 7 de junio de 1982, tan solo dos días antes de la apertura de la línea 8 de metro (9 de junio).

Su trazado había sido elaborado precisamente para estos Mundiales de fútbol. No en vano, el objetivo de la línea era dar servicio de transporte al Estadio Santiago Bernabéu, en el que se disputó la final del importante acontecimiento, estadio que por otra parte también había sido remodelado para la ocasión.

Por tanto, el recorrido de la línea 8, la rosa, era el siguiente de norte a sur: Fuencarral, Begoña, Chamartín, Plaza de Castilla, Cuzco, Lima (desde 1997 llamada Santiago Bernabéu), y Nuevos Ministerios.

Un momento… ¿te suena ese trazado? Puede que lo hayas recorrido más de una vez… pero en la línea 10 de metro, ¿verdad?

Así es. En 1988, la línea 10 solo daba servicio a la zona situada entre la Casa de Campo y la Plaza de España, y el tramo mencionado anteriormente pertenecía a la 8. ¿Qué ocurrió entonces?

Parece ser que el proyecto original para la línea 8 en los años 70 y 80 comenzaba en Fuencarral por el norte como ya hemos comentado, pero por el sur no acababa en Nuevos Ministerios: seguía por las estaciones de Gregorio Marañón, Villamagna, Colón, Banco de España, Prado y Atocha.

Una de las demandas más habituales a Metro de Madrid es, precisamente, la creación de una parada de metro junto al Museo del Prado. El plan original de la 8 contemplaba ya esta problemática, y lo solventaba de una forma muy interesante: creando la estación de Prado y uniéndola en la misma línea a las dos principales estaciones ferroviarias de la ciudad: Chamartín y Atocha.

Proyecto de ampliación de la línea 8 de Metro
ecomovilidad.net
El eje de la Castellana habría sido recorrido con este trazado, descongestionando así la red de Cercanías desde Recoletos hasta Atocha, pero sobre todo, dando servicio al Paseo del Prado y, concretamente, a la Plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno), con esta nueva estación, lugar difícilmente accesible desde tren de Cercanías (entre Recoletos y Atocha), y desde estaciones de metro (Banco de España, Sevilla, Antón Martín o Atocha la rodean, pero no están muy cerca de la plaza mencionada).

Sin embargo, esa línea 8 no acabaría en Atocha, sino que en ese punto se bifurcaría. Por una parte, se podría continuar por Santa María de la Cabeza, Pardo Bazán, Moscardó y Plaza Elíptica, y por otra parte, hacia Áncora, Méndez Álvaro, Monte Igueldo, San Diego y Martínez de la Riva, en el barrio de Entrevías.

El proyecto, que estaba pendiente desde 1973, fue finalmente descartado por la falta de presupuesto, y en 1986 se amplió la línea de Nuevos Ministerios a Avenida de América, intercambiador en el que actualmente confluyen las líneas 4, 6, 7 y 9.

Entre 1996 y 1998, una nueva concepción de la Red de Metro vio la luz: se pretendía unir la línea 10, que aún finalizaba por el norte en Alonso Martínez, con la línea 8, que llegaba desde Avenida de América y Nuevos Ministerios a Fuencarral. Por ello, se planteó la creación de un túnel en la zona de Alonso Martínez que hiciera posible esta articulación con una nueva estación, la de Gregorio Marañón.

Después, se replanteó la línea 10, la cual absorbió a la línea 8 por completo, dejando olvidada la estación de Avenida de América, y uniendo así la zona de Casa de Campo con la de Fuencarral.

Línea 8 de metro en la actualidad (año 2016)
En los planes de metro 1995-1999 y 1999-2003 respectivamente se desarrolló, en primer lugar, el enlace entre la nueva estación de Mar de Cristal y el aeropuerto de Madrid-Barajas, y, en segundo lugar, la prolongación de Mar de Cristal a Nuevos Ministerios. Este fue, por consiguiente, el nacimiento de la actual línea 8 de metro, la cual ha sido ampliada por última vez en 2011 con la estación Aeropuerto T4.

Esta historia es una particularidad desconocida de Metro de Madrid. No en vano, la línea 8 es la única de toda la red que ha cerrado por completo y ha vuelto a abrir con un recorrido totalmente diferente.

A pesar de ello, el proyecto de ampliación hacia el sur en dos ramales no se ha podido llevar a cabo, aunque parece que el plan no está cerrado del todo.

Los vecinos de Plaza Elíptica disfrutan actualmente de un intercambiador donde confluyen las líneas 6 y 11 de metro, con lo que la ampliación de la línea 8 hacia esta zona ya perdería sentido. Sin embargo, en 2015, los vecinos de Entrevías y El Pozo, ambos barrios pertenecientes al distrito de Puente de Vallecas, solicitaron la prolongación de esta línea para disponer de servicio de metro, ya que hasta el momento solo Cercanías Renfe llega a estos lugares. De construirse, y según lo exigido por los vecinos, la línea finalizaría su recorrido en el PAU de Valdecarros.

En la izquierda, líneas 5 y 8 en la actualidad.
En la derecha, proyecto no realizado de la estación de "Logroño"

Otro proyecto tampoco realizado para la línea 8 es uno que ha sido más que demandado por los usuarios de la línea 5: la prolongación de esta última línea, la verde, hasta una nueva estación que se crearía como intercambiador entre las líneas 5 y 8: Logroño, en la avenida del mismo nombre, entre las estaciones de Campo de las Naciones y Aeropuerto T1-T2-T3.


Muchos planes para una misma línea, que por el momento no verán la luz debido a la escasez presupuestaria.

¿Será posible viajar, en unos años, desde el aeropuerto o desde Vallecas, en metro y sin cambiar de línea, hasta el Museo del Prado?

miércoles, 3 de febrero de 2016

La macroestación de Abroñigal

Hasta el día de hoy, las estaciones de tren más importantes de Madrid son Atocha y Chamartín. Sin embargo, hace unos años se planteó la construcción de una macroestación que aunara las líneas ferroviarias más importantes de España: Abroñigal.

Estación de Atocha. Fachada de 1892
La estación de Atocha es la más histórica de nuestra ciudad. El llamado “Embarcadero de Atocha”, en un primer momento propiedad de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), fue inaugurado el 9 de febrero de 1851, durante el reinado de Isabel II, con motivo de la creación de la línea Madrid-Aranjuez. Se trataba de un lugar alejado del casco histórico, con lo cual se creyó que no habría problemas para ampliar la estación si era necesario, pero sin considerar que el volumen de pasajeros pudiera ser tan elevado como finalmente fue.

Desde entonces ese embarcadero no ha hecho más que crecer para dar cabida a todas las líneas que discurren por esta zona de la capital. En 1892 se inauguró una importante ampliación de la estación, pasando a llamarse Estación del Mediodía. En 1902 se adquirieron nuevos terrenos para una ampliación, y ya en 1917 no había espacio para incrementar su tamaño, con lo que el patio de maniobras tuvo que ubicarse en el municipio de Getafe.
En 1921 se inauguró la ampliación de la línea 1 de Metro de Madrid, que conectaba Atocha con el centro de la ciudad.

Estación de Delicias, hoy Museo del Ferrocarril
Debido a esta falta de espacio, se construyeron otras estaciones de tren que pudieran dar el servicio que Atocha no podía ofrecer: la estación de Delicias (1880), la del Norte, hoy Príncipe Pío (1882), y posteriormente la de Chamartín (primeras explanaciones en 1933, pero finalizada en 1967).

En 1941 desapareció la empresa MZA y se nacionalizó en RENFE, que pasó a ser la propietaria de la estación de Atocha.
Tras la construcción de la estación de Chamartín, se eliminó progresivamente el servicio de trenes en las estaciones de Delicias y del Norte, haciendo que Atocha y Chamartín fueran las únicas de Madrid para larga distancia.

Estación Puerta de Atocha, inaugurada en 1992
treneando.files.wordpress
El período 1985-1992 fue realmente importante para Atocha, ya que se remodeló para acoger la línea de Alta Velocidad (AVE) Madrid-Sevilla. Fue el arquitecto Rafael Moneo quien realizó las obras, transformando la antigua terminal en jardín botánico, y creando dos nuevas en unos terrenos adjuntos: por una parte, Puerta de Atocha, que acogería la nueva línea de alta velocidad, y por otra parte, Atocha Cercanías, para los trenes que discurren por las proximidades, todo ello en un gran intercambiador unido a la línea 1 de metro.

Pero al comienzo del siglo XXI, otro problema surgió: el imparable crecimiento de líneas de AVE, que ya no podían ser absorbidas por la recién estrenada Puerta de Atocha. Una nueva ampliación se antojaba difícil, y se volvía así a mostrar los problemas de espacio que tiene este gran intercambiador.

Fue entonces cuando cobró importancia una idea que ya había sido planteada a finales de los años 80: la construcción de una terminal de pasajeros cercana a Atocha que pudiera convertirse en la principal de la capital, la estación de Abroñigal.
Arroyo Abroñigal a la altura del puente de Ventas en 1930

La de Abroñigal es, desde su inauguración en 1974, una estación ferroviaria dedicada en exclusiva al tráfico de mercancías. Toma su nombre del arroyo Abroñigal, que nace en las inmediaciones de Chamartín y desemboca al sur de Atocha en el río Manzanares. Actualmente está soterrado prácticamente en su totalidad, pero da nombre al proyecto del que hoy hablamos.

Y es que la terminal de Abroñigal, gestionada por ADIF, al sudeste de la almendra central de Madrid, a tan solo 1 kilómetro de la estación de Atocha y junto a la vía de circunvalación M-30, en el número 84 de la calle Méndez Álvaro, es actualmente el mayor Centro Logístico de toda España: ubicado en una parcela de 300.000 metros cuadrados, dispone de  15 vías para el tratamiento de trenes de 700 metros de longitud máxima, posibilita el tratamiento de hasta 18 trenes al día en operaciones de carga y descarga, y cuenta con un aparcamiento de pesados para camiones y semirremolques con una superficie de 15.000 metros cuadrados.

Seguro que en alguna ocasión has podido ver estas instalaciones, ya sea desde la M-30 a la altura de Méndez Álvaro, o ya sea desde algún tren de Cercanías RENFE o de larga distancia que discurra junto a esta zona.
Estación de mercancías de Abroñigal
Y es que sus dimensiones son tan asombrosas que llaman la atención. Anteriormente su actividad era llevada a cabo en las estaciones de Peñuelas y Paseo Imperial.
En diciembre de 2014 fue bastante comentada la llegada del primer tren de mercancías directo entre China y España, el cual tenía como destino precisamente Abroñigal.

Ya vemos que su importancia es indudable, pero exclusiva al ámbito de las mercancías.
En los años 80 se propuso la creación de una gran estación de pasajeros en este mismo lugar, pero la idea se descartó hasta 2007.

Fue en enero de ese año cuando el entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón rechazó una ampliación para Atocha y propuso la construcción de la macroestación de Abroñigal para descongestionar la primera. La cercanía de una a la otra sería una de las principales ventajas del plan.

Entrada al Centro Logístico Ferroviario de
Madrid-Abroñigal
Se planteaba un intercambiador que centralizaría metro, cercanías, ferrocarril de larga distancia y autobuses.
La Dirección General de Planteamiento Urbano del Ayuntamiento de Madrid proyectó 20 vías de alta velocidad en ancho internacional para Abroñigal, además de 4 vías de Cercanías para las líneas C3 (El Escorial – Aranjuez) y C4 (Parla – Alcobendas / Colmenar Viejo),

La línea 8 de metro se ampliaría para que pudiera dar servicio a esta terminal, y la línea 1 también modificaría su recorrido para pasar por allí.

Por su parte, la estación de autobuses jugaría un papel importante, con 60 dársenas para autobuses urbanos e interurbanos, y 83 para autobuses interregionales.
Sería, por tanto, más grande que la Estación Sur (Méndez Álvaro), y su construcción haría que Conde de Casal y Legazpi, que aún no estaban remodeladas, perdieran su actividad como estaciones de autobús.

Todo ello estaría rodeado por un parque que serviría de enlace entre el Forestal de Entrevías y el Parque Lineal del Manzanares.

En la primavera de ese 2007 había elecciones municipales y todo apuntaba a una nueva victoria de Gallardón. Sin embargo, en el partido de la oposición, Miguel Sebastián (PSOE), también apostaba por esa ampliación.

Estaciones de Abroñigal y Atocha en un mapa
Además, él proponía la construcción de 6.500 viviendas para jóvenes en la misma zona de Vallecas, para unir de una forma natural el sur con el centro de la ciudad. Se llegó a hablar de Abroñigal como “la ciudad de las oportunidades”.

La diferencia con respecto a la terminal ferroviaria de Gallardón es que Sebastián la concebía como un gran intercambiador de trenes de Cercanías y de larga distancia, pero no de AVE. En su lugar, se podría hacer parada de tranvías, uniendo así este proyecto a la propuesta que no prosperó de la que ya hablamos hace unos meses, “Un tranvía para Madrid”
Se plantearía un buen enlace con la vecina estación de Méndez Álvaro, así como zonas verdes y equipamientos culturales y sociales.

Tanto el Ministerio de Fomento como la Comunidad de Madrid rechazaron el primer proyecto, el de Alberto Ruiz-Gallardón, de trasladar la estación de AVE de Atocha a Abroñigal, o de hacer en esta estación una nueva parada para los trenes de alta velocidad.

Llegaron las elecciones y fue el equipo de Gallardón el que renovó mandato. Pero sin esa estación de AVE, el proyecto quedaría incompleto.
Última remodelación de la estación de Puerta de Atocha
por Rafael Moneo. adifaltavelocidad.es
Además, la llegada de otra línea de alta velocidad, la de Madrid-Valencia, que se inauguró en 2010, hizo que Atocha viera en sus instalaciones una nueva ampliación. Se trató de una gran obra que realizó una vez más Rafael Moneo y que convertía el vestíbulo de llegadas de los trenes de alta velocidad en una moderna construcción más similar a un aeropuerto que a un apeadero ferroviario.

Todo ello contribuyó a que la creación de una megaestación para pasajeros en Abroñigal quedara en el olvido, y por el momento no se haya vuelto a plantear su construcción.

Sin embargo, año tras año, el volumen de usuarios de la estación de Atocha sigue creciendo (hay un movimiento de 90 millones de pasajeros al año), con lo que no sería de extrañar que en un futuro no muy lejano se decida construir una nueva estación en Madrid, y, gracias a su cercanía con Atocha y al gran espacio que ocupa, ¿quién sabe si no volverá a surgir el nombre de Abroñigal en esa ocasión?

miércoles, 28 de octubre de 2015

Réplica del Templete de la Red de San Luis

Tal día como ayer, un 27 de octubre pero de 1945, fallecía en nuestra ciudad uno de los arquitectos y urbanistas más importantes para Madrid: Antonio Palacios. Por este motivo hemos decidido hacerle un pequeño homenaje recordando una de sus obras más añoradas de Madrid, que a punto estuvo de ser reconstruida: el Templete de la Red de San Luis.

Palacios, a pesar de ser todo un símbolo en la capital, era madrileño de adopción. Nacía en 1876 en Porriño, Pontevedra, municipio que va a cobrar importancia en este artículo. Sin embargo, se convirtió casi en una imagen del Metro de Madrid a partir de 1917 al ser el encargado de diseñar el interior de las primeras estaciones construidas, así como de organizar accesos, e incluso fue el creador del célebre logotipo de Metro en forma de rombo.
Templete de la Red de San Luis
Aún hoy en día se puede ver algo de este original diseño en estaciones como la de Bilbao, en la parte de la línea 1, o en la clausurada de Chamberí, hoy centro de interpretación del Metro (Andén 0).

En 1919, junto con la inauguración del Metro de Madrid por Alfonso XIII, se abría un templete en la Gran Vía cuya construcción había finalizado un año antes. Se trataba del acceso principal a la estación de metro de  Gran Vía, en la intersección entre la calle de la Montera y la propia Gran Vía, el espacio conocido como Red de San Luis. De hecho, en aquel entonces la estación se llamaba “Red de San Luis”.

El acceso albergaba un ascensor que comenzó a prestar servicio el 18 de noviembre de 1920. Sin embargo, su uso no era gratuito, algo impensable en la actualidad. Al igual que hoy tenemos una amplia variedad de billetes (sencillo, combinado, 10 viajes…), en aquel entonces existía el llamado “billete de ascensor”, que permitía su utilización por un coste adicional de 5 céntimos de peseta.
Posteriormente se añadió otro elevador, y parece el templete llegó a dar servicio a unos 30.000 pasajeros al día.

Templete de la Red de San Luis con la calle de la
Montera al fondo. Años 50 del siglo XX
El mismo, a pesar de estar realizado en granito, material tan visible en las calles de Madrid, tenía una marquesina de cristal y hierro para proteger a los usuarios de Metro de las inclemencias del tiempo mientras esperaban al ascensor. Su planta rectangular y su influencia art decó hicieron que se convirtiera pronto en un símbolo de la plaza y del suburbano.
La entrada se hacía por la zona más cercana a la Gran Vía, mientras que la salida era por un arco de medio punto hacia la calle de la Montera. Por este motivo, la parte del monumento orientada a Montera no estaba cubierta por la marquesina.

Templete de la Puerta del Sol
No se trataba del único templete de la capital. En la vecina Puerta del Sol existía otro que hacía las mismas funciones, e igualmente construido por Antonio Palacios. Su marquesina, en plano horizontal a diferencia de la de la Red de San Luis, que estaba inclinada, era uno de los elementos más reconocibles de la céntrica plaza madrileña.

En 1933, una orden de la Dirección General de Ferrocarriles decretó el desmantelamiento de ambos templetes. Por una parte se desinstaló el de la Puerta del Sol, pero por otra, tras una entrevista entre el Ministro de Fomento y Miguel Otamendi (ingeniero considerado como uno de los impulsores del Metro de Madrid), se decidió mantener el de la Red de San Luis, añadiendo el segundo ascensor antes comentado.

Con motivo de nuevos accesos a la estación de Metro, el 6 de diciembre de 1969, el Templete de Gran Vía dejó de dar servicio, y un año más tarde el alcalde Carlos Arias Navarro ordenó su desmantelamiento, una triste decisión para nuestra ciudad.

Templete de la Red de San Luis en Porriño, Pontevedra.
Fotografía de la Mancomunidade da
Área Intermunicipal de Vigo
Poco después, en 1971, el monumento fue donado a la localidad de Porriño, municipio natal de nuestro célebre arquitecto. A pesar de no conservar todos los elementos (la marquesina desapareció), es aún posible contemplar este importante icono en un parque público del mencionado pueblo pontevedrés.

Pero la historia no acaba aquí. Este artículo es de “El Madrid que no fue”, así que de hecho, la parte que nos interesa es la que comienza ahora.

En ese lugar, entre 1832 y 1868 se había ubicado la Fuente de los Galápagos, inaugurada para conmemorar la jura como princesa de Asturias de la que sería Isabel II, y ubicada hoy en el Parque del Retiro.
A finales de los años 90 del siglo XX, lo que había en la Red de San Luis era una fuente con esculturas de aves que movían sus alas, pero que fue modificada con el paso de los años y los grupos escultóricos se eliminaron, con lo que la fuente carecía de interés.

Fuente de la Red de San Luis, construida en 1972.
En la fotografía, aún se aprecian las esculturas de aves
que después se eliminaron.
Es por ello que se decidió volver a instalar el Templete en el lugar original. El Ayuntamiento de Madrid se puso en contacto con el de Porriño para recuperar la donación… pero el municipio gallego se negó, al haber recibido ese monumento como un regalo. De hecho, ya se había convertido en un elemento importante de la localidad, recordando así a su ilustre vecino.
Las negociaciones no llegaron a buen puerto, y Porriño no permitió la vuelta del Templete a Madrid.

Años más tarde, en septiembre de 2008, el entonces alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció la remodelación del entorno Montera-Fuencarral. Comenzaba así en 2009 la peatonalización parcial de la calle Fuencarral (desde la calle Hernán Cortés hasta la Gran Vía) y de la Red de San Luis, para dar así continuidad a la zona peatonal de la calle de la Montera. Ambas se unirían por un gran paso de cebra que atravesaría la mencionada Gran Vía.

Sin embargo, de lo que más se habló de esa futura remodelación, fue de un elemento que se prometía volvería a las calles de Madrid: el Templete de Antonio Palacios. Puesto que el original estaba destinado a no abandonar Galicia, Gallardón anunció la reconstrucción de uno que, a imagen del original, se convirtiera en un auténtico símbolo. Una réplica que haría justicia a un lugar que había sido maltratado con el paso del tiempo.

Proyecto del Ayuntamiento de Madrid para la
peatonalización de la Red de San Luis, con la
construcción de la réplica del Templete
La pregunta era obvia: ¿para qué serviría este nuevo monumento? Y es que los accesos a la estación de metro Gran Vía eran ya numerosos, con lo que no era necesario uno más. Se barajaron dos opciones.
Por una parte, este icono se convertiría en Taquilla Último Minuto. Es posible que la existente en ese momento en la vecina plaza del Carmen se hubiera trasladado a este nuevo espacio, para vender entradas de teatro a última hora a un precio inferior al habitual.
Por otra parte, se planteó la utilización de este lugar como nueva Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, añadiéndose a las múltiples ya existentes (Plaza Mayor, Callao, Cibeles, Paseo del Arte…).

Los vecinos, principales afectados por esta reconstrucción, se mostraron mayoritariamente partidarios a esta réplica, que vendría a sustituir esa original que aún muchos recordaban.

Red de San Luis en la actualidad tras la peatonalización
Durante ese mismo 2009 acabaron las obras de peatonalización. Montera y Fuencarral cambiaban su aspecto para hacerlo más amable con el entorno, y se inauguraba por fin la nueva Red de San Luis con un nuevo elemento… un olivo. Increíblemente, el Ayuntamiento de Madrid modificó su idea original de construir una réplica del Templete de Antonio Palacios para plantar un olivo en el lugar en que se había ubicado el original y las fuentes ya mencionadas.

El Consistorio madrileño alegó que la reconstrucción de la réplica del Templete no había sido más que una idea, no una promesa en firme, y que las arcas de la ciudad no pasaban por su mejor momento. Además, la comisión de patrimonio denegó la recreación al no admitir la reproducción de obras antiguas, algo que causó la indignación de más de un madrileño en aquel momento.

Antonio Palacios se quedó, por tanto, sin su pequeño homenaje, y la zona tendrá que esperar para poder ver cumplido su sueño de tener de nuevo aquel símbolo del Metro de Madrid. Otro proyecto fallido en este “Madrid que no fue”.