El Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid (CICCM)
estaba llamado a ser un nuevo icono de nuestra ciudad, una muestra
del poder que tiene el turismo de negocios en la capital. Sin embargo, acabó
convirtiéndose en uno de los últimos en incorporarse a la lista del Madrid no
realizado.
Era abril de 2007, y se celebraba el Concurso
Internacional de Ideas del nuevo Centro de Convenciones de la Ciudad de
Madrid. Eran varias las propuestas, pero la presentada conjuntamente por los
arquitectos Luis Moreno Mansilla, Emilio Tuñón Álvarez
(fundadores ambos de Mansilla + Tuñón) y Matilde Peralta del Amo fue la
que más repercusión tuvo de manera inmediata, especialmente por la fama de los
dos primeros. Ellos, además de haber trabajado en la escuela de Rafael Moneo,
son conocidos por otros proyectos, como el del Museo de Colecciones Reales, que
aún se está ejecutando junto a catedral de la Almudena y el Palacio Real.
El CICCM estaría situado junto a las flamantes Cuatro
Torres en el complejo empresarial Cuatro Torres Business Area (CTBA), que
aún seguía en construcción en 2007. Lo que proponían estos arquitectos era un
edificio de 120 metros de altura y 10 pisos, que ocuparía 190.000 m² (70.000m² sobre la superficie, y 120.000m² bajo tierra).
Se organizaría en tres partes:
- En la parte inferior se situarían tres auditorios, uno
con capacidad para 4.000 personas, y dos más para 1.500 asistentes (dos de
ellos se podrían unir, llegando así a las 5.500 plazas).
- En la parte central se encontrarían tres salas de
exposiciones, ocupando 15.800 m². Las mismas tendrían una galería de acceso
y un mirador, y su gran altura (12 metros) permitiría poder realizar cualquier
tipo de exposición en ellas.
- Por último, en la parte superior habría un restaurante
mirador, accesible en principio para cualquier persona, y al que se subiría
gracias a ascensores panorámicos. Desde allí se podría contemplar la sierra de
Guadarrama, la zona norte del Paseo de la Castellana, y también las cuatro
torres vecinas, que harían que los 120 metros del CICCM parecieran escasos a su
lado (no hay que olvidar que Torre Espacio tiene 230 metros de altura, Torre de
Cristal 249,5 metros, Torre PwC 236 metros, y Torre Foster 248 metros).
La fachada estaría recubierta por completo por paneles de aluminio. Estos paneles se iluminarían de noche con 25.000 leds de un vatio de potencia de luz blanca cada uno, es decir, 25.000 vatios.
Pero lo que más llamaría la atención, sería, por supuesto,
la forma exterior de la obra. Se trataría de un edificio circular con la forma
de un sol que sale o se pone. De ahí que la iluminación nocturna fuera
tan importante, para marcar su carácter de sol de Madrid. Por ello, el
lema que eligieron los arquitectos para este proyecto fue “Madrid, donde no
se pone el sol”.
El alcalde de la ciudad que presentó este proyecto, Alberto
Ruiz-Gallardón, señaló a este edificio como un respaldo al turismo de
negocios de la urbe, el que más relevancia tiene actualmente en la capital.
Además, estaría todo el proyecto rodeado por zonas verdes,
y las conexiones subterráneas existentes a través del anillo
distribuidor facilitarían el acceso desde el IFEMA y el aeropuerto.
En 2009, y a pesar de los problemas económicos, comenzó el
movimiento de tierras para la cimentación del edificio. Sin embargo, pronto se
resintió este proyecto del endeudamiento de la ciudad, y se pararon las obras
temporalmente.
En 2011, año en que en principio se habría acabado la
construcción, todo seguía parado, y se esperaba que llegaran tiempos mejores
para poder finalizarla.
Desgraciadamente, la situación no mejoró, y de hecho no hizo
más que empeorar. Se paró por completo la obra y, a pesar de la inversión de 120
millones de euros hasta 2009, en 2013 se comenzó a buscar una salida
factible a este solar, antiguamente perteneciente a la ciudad deportiva del
Real Madrid. Se habló de un auditorio, un parking, un centro comercial... que
requerirían que la empresa que actualmente lo gestiona, “Madrid Destino”,
diera su visto bueno y se procediera a la recalificación de los terrenos.
Sin embargo, en este año 2014 se dio a conocer la noticia de
que inversores vinculados al centro Madrid2 - La Vaguada han mostrado su
interés en la compra del espacio para construir un nuevo centro comercial,
por lo que no sería de extrañar que en los próximos meses se resuelva qué
ocurrirá con este solar.
Lo que es más que seguro es que el Centro Internacional de
Convenciones de Madrid no llegaremos a conocerlo tal y como estaba previsto, ya
que ha pasado a formar parte de esta lista que comentamos en este blog cada
miércoles, el Madrid que no fue.
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