Hoy, 2 de mayo,
celebramos el Día de la Comunidad de Madrid, la fiesta regional que conmemora
el levantamiento del pueblo madrileño contra las tropas francesas en 1808, lo
que se considera el comienzo de la Guerra de la Independencia Española.
Por este motivo, en
“El Madrid que no fue” hoy publicamos un nuevo artículo de la sección “El Madrid que SÍ fue”.
1. Vista de la Torre de la Parada. Félix Castelo (h.1640). Museo de Historia de Madrid |
Durante el siglo XVI se construyeron en los alrededores de Madrid monumentos soberbios, como el mismísimo Monasterio de El Escorial entre 1563 y 1584, durante el reinado del monarca Felipe II.
Tan solo unos pocos años antes, en la década de los
cuarenta, el mismo personaje, que en aquel momento era el príncipe Felipe, era
un gran apasionado de la caza, al
igual que serían la mayor parte de los Austrias españoles. Por ello, encargó al
arquitecto Luis de Vega la
construcción de un lugar de reposo
para las largas jornadas de caza en el Monte de El Pardo.
El artista, que ya había realizado las primeras trazas del
Alcázar de Madrid, y había comenzado en 1547 las obras del Palacio de El Pardo,
se encargó de la edificación de esta pequeña fortaleza en plena naturaleza
entre 1547 y 1549.
Lo que erigió fue una edificación de ladrillo, de marcada
verticalidad y de planta cuadrada culminada en una torre, que no pasaba de ser una construcción secundaria para los
monarcas.
2. Situación de la Torre de la Parada en el Monte de El Pardo |
Pocos cambios sufrió este curioso inmueble, a excepción del nuevo
recubrimiento de la torre con un chapitel
de pizarra, tan representativo de la dinastía de los Austrias, como se
puede observar en edificios madrileños como la Casa de la Villa, las Casas de
la Panadería y Carnicería de la Plaza Mayor, y cómo no, el majestuoso
Monasterio de El Escorial.
Sin embargo, cuando esta torre se hizo realmente célebre fue
ya bien entrado el siglo XVII, durante el reinado del nieto de Felipe II, el
monarca Felipe IV.
3. Felipe IV, cazador. Velázquez |
El conocido como “Rey Planeta”, que había continuado con la
tradición cinegética tan ligada a su familia, decidió encargar en 1636 a Juan Gómez de Mora, artista más que representativo del siglo XVII
español, la remodelación de esta pequeña fortaleza.
El arquitecto, precisamente conocido por las obras de la
Plaza Mayor de Madrid y de la Casa de la Villa, se encargó de este caserón, que
llegó a ser muy frecuentado durante el reinado de Felipe IV.
Juan Gómez de Mora conocía muy bien esta zona, ya que tan
solo un año antes, en 1635, había finalizado en las proximidades de este
espacio el Palacio de la Zarzuela,
otro pabellón de caza, pero con aspecto de recinto palaciego.
La Torre de la Parada
fue finalizada, como decimos, con el uso principal de almacén de artefactos de caza, y de reposo durante las cacerías, a unos dos kilómetros del Palacio de
El Pardo. Sin embargo, y como ya hemos comentado al comienzo del artículo, aquí
se guardaban algunas joyas de nuestra
cultura… ¿a qué nos referimos?
4. Vulcano forjando los rayos de Júpiter. Rubens. 1636-1638 |
Por ello decidió que esta torre sería no solo un lugar de
reposo, sino un pequeño museo personal en
el que pudiera disfrutar de algunas obras de arte lejos de la pompa de la
Corte.
Parece ser que en 1636,
el propio Felipe IV redactó una memoria dando instrucciones precisas para
la elaboración de un gran número de
lienzos.
El rey encargó a Rubens
una serie de pinturas mitológicas,
la mayor parte de las cuales trataban asuntos procedentes de la Metamorfosis de Ovidio, un total de sesenta y tres lienzos de gran formato.
Catorce de los mismos fueron
realizados por el propio Rubens (ver imagen 4),
mientras que los restantes fueron firmados por diversos artistas de Amberes en
base a los bocetos de Rubens.
5. El Buen Retiro en 1637. Jusepe Leonardo. |
Pero, como no podía ser de otra manera, Felipe IV guardaba
aún espacio en esta Torre de la Parada para otras obras que le encargó a su
pintor favorito, Velázquez.
Para este recinto, el genial pintor sevillano aportó tres retratos de caza que hoy adornan
las paredes del Museo del Prado: los de Felipe
IV (ver imagen 3); su hermano, el cardenal-infante
Fernando de Austria; y el príncipe
heredero Baltasar Carlos.
Otros cuadros de Velázquez, como los de los filósofos Esopo
y Menipo, el del dios Marte, y los retratos de algunos bufones, fueron también
colgados en este peculiar museo privado.
6. Vista de la Torre de la Parada, finales del siglo XVII. Anónimo, Madrid, Colección Abelló. |
El aspecto original de la Torre de la Parada lo podemos
conocer gracias al lienzo de Félix
Castello (ver imagen 1), pintado hacia 1640.
Sin embargo, un anónimo de finales del siglo XVII perteneciente a
la Colección Abelló (ver imagen 6) nos muestra un edificio con algunas modificaciones, con lo
que podemos imaginar que había sido remodelado con anterioridad.
En 1700, en un
inventario se contaron hasta 176 obras
pictóricas dentro de esta construcción, algo sorprendente para una torre de
caza.
Precisamente el 1 de
noviembre de ese año, Carlos II,
el último de los Austrias, murió sin descendencia, lo que dio lugar a la Guerra de Sucesión (1701-1714) que
coronó al primer rey Borbón en España, Felipe V.
La muerte de Carlos II marcó el fin de una dinastía y de una
época que quedaba atrás, junto con la Torre
de la Parada. Y es que durante esa guerra, en 1714, las tropas austriacas provocaron un incendio que acabó con esta singular torre.
7. Restos de la Torre de la Parada en la actualidad |
La Torre de la Parada es otra de esas pérdidas de este
“Madrid que SÍ fue”, pero por suerte, el edificio no desapareció por completo. Como podrás comprobar en la imagen 7, aún es posible encontrar, entre las sendas naturales del monte de El
Pardo, los restos de esta singular edificación, tan representativa del reinado
de Felipe IV, y muy próxima también al embalse (ver imagen 2).
¡Si decides hacer una
ruta por la zona, no dudes en contarnos tu experiencia!
Y no hay intenciones de recuperar este torre?
ResponderEliminarNo se sabe si esos restos corresponde o no a la Torre de la Parada, y la verdad no era de tanto valor arquitectónico como para gastar el dinero en rehacerla
EliminarSería una gran idea recuperarla, como hito histórico, artístico y turístico de El Pardo-Madrid. Como han hecho en otros países de Europa: recuperar la destruido. Aquí hay mucho camino todavía por delante.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con el mensaje del 18 de febrero de 2019, sería además una buena excusa, además de recuperar un bien histórico destruido y abandonado, para colgar la infinidad de obras de arte que descansan en los sótanos del museo del Prado y que no se pueden disfrutar por falta de espacio. Sería una gran iniciativa de un país comprometido con su historia y cultura. Damián Vidal
ResponderEliminarBuenos dias, hay que tener en cuenta que la Torre de la Parada del Rey, como asi se denomina, se encuentra en la zona reservada del Monte de El Pardo, por lo tanto ,no sería factible visitarla, saludos de un pardeño
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