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miércoles, 18 de enero de 2017

Operación Campamento

Todo aquel que haya accedido alguna vez a la capital a través de la A-5, la carretera de Extremadura, se habrá asombrado al ver que existe un gran espacio de descampados y ruinas de antiguos cuarteles militares a muy pocos kilómetros del centro de Madrid. Sin embargo, si alguno de los planes urbanísticos diseñados en los últimos años se hubiera llevado a cabo, la entrada a Madrid por el suroeste sería bien diferente.

Rebaño en la Casa de Campo. Archivo de TVE
Habría que remontarse a la época de Carlos III para comenzar a comprender este singular barrio de Campamento. Hasta el siglo XVIII, toda esta zona era un lugar de pasto para rebaños en los alrededores de los municipios de Carabanchel de Yuso y Suso (Alto y Bajo). Fue a finales del mencionado siglo cuando se construyó allí un almacén de pólvora.

Ese almacén dio lugar a que, en 1856, ya durante el reinado de Isabel II, se usara ese entorno como terreno de maniobras para soldados, y unos pocos años más tarde se comenzaran a construir los primeros cuarteles.

Numerosas casas y tabernas se fueron organizando alrededor de estos cuarteles, y en 1885, el alcalde de Carabanchel Alto nombró un regidor para el llamado barrio de Campamento, denominación que alude precisamente a esos campamentos militares.

Los siguientes años fueron bastante convulsos para la zona: el 12 de mayo de 1886, 47 personas fallecieron en Carabanchel Alto, Bajo y Madrid a consecuencia de un fuerte tornado, y en 1902, varios vecinos del barrio de Campamento, que aún pertenecía a Carabanchel Alto, murieron tras la explosión de un polvorín.

En los años 20, el tranvía llegó a Campamento para unirlo con el centro de Madrid. Además, se construyeron nuevos edificios castrenses.

Vista aérea del barrio de Campamento en 1930.
Archivo de TVE
Se estima que prácticamente la mitad de la población de Carabanchel Alto era militar hacia 1930, y solo el 22 por ciento había nacido en el municipio, debido a la fuerte emigración hacia las ciudades.

Pero en 1936, la Guerra Civil estalló, y durante la contienda, la gran mayoría de los cuarteles fueron destruidos. Tras la Guerra, se reconstruyeron en ladrillo, y se levantaron tres colonias de viviendas militares: Arroyo Meaques, la Dehesa del Príncipe, y Campamento.

En 1948, los municipios de Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo pasaron a formar parte del término de Madrid, y constituyeron el distrito unificado de Carabanchel. Años más tarde, en 1971, el mismo se dividió en tres: Usera, Carabanchel y Latina. Campamento pasó a formar parte del distrito Latina (no confundir con el barrio de La Latina).

Acuartelamiento Alfonso XIII, en el barrio de Campamento.
Fuente: Ayuntamiento de Madrid
Muchos de los cuarteles de Campamento son aún recordados por aquellos que tuvieron que pasar por ellos durante el servicio militar obligatorio,  la “mili”. Uno de estos edificios, el del Servicio Geográfico del Ejército, pasó a ser célebre por el juicio al teniente coronel Antonio Tejero a causa del Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el 23F, en el Congreso de los Diputados.

Pocos años más tarde, la práctica totalidad de los cuarteles caería en el olvido, fundamentalmente consecuencia de la supresión del servicio militar obligatorio a partir de 1996. Por ello, durante esos años, los diferentes gobiernos municipales, autonómicos y estatales trataron de buscar algún uso para todos esos terrenos que se convertían en poco más que edificios abandonados, solo utilizados por mendigos, okupas y graffiteros.

Ubicación del barrio de Campamento dentro del
Distrito Latina
Lo cierto es que la ubicación del barrio es envidiable: a unos pocos minutos del centro de la capital en autobús o metro, con uno de los mejores accesos al mayor parque de Madrid, la Casa de Campo, y haciendo frontera con los distritos de Moncloa, Arganzuela y Carabanchel, así como con los municipios de Alcorcón y Pozuelo de Alarcón. Por su superficie, y también en algunos tramos de forma subterránea, discurre el arroyo Meaques, afluente del río Manzanares. Por último, se tiene acceso a un pequeño ecosistema llamado la Dehesa del Príncipe.

El metro une al barrio de Campamento con la red de suburbano desde 2002 gracias a la estación de Colonia Jardín, líneas 10, ML2 y ML3 (y es que, por extraño que parezca, la parada “Campamento” de la línea 5, a pesar de estar junto al barrio, se sitúa ya en el de Aluche).

Capilla que se ubicaba entre los cuarteles de Campamento,
junto a la A-5. Hoy desaparecida. static.panoramio.com
Si tantas condiciones favorables tiene el barrio, ¿por qué no ha conseguido encontrar su hueco en el Madrid moderno?

En primer lugar, las carreteras que rodean Campamento, además de comunicarlo, lo asfixian aislándolo de los otros barrios. La carretera de Extremadura A-5, la Avenida de los Poblados y la carretera de Boadilla han sido durante años obstáculos para los vecinos de Campamento que, a pesar de las promesas políticas, ven como sus viviendas siguen cercadas por estas infraestructuras.

Pero, en segundo lugar, los planes para urbanizar la zona militar han ido fracasando una y otra vez, como si de una maldición se tratase, como se verá a continuación.

Cuartel de San Fernando abandonado antes de ser derribado.
static.panoramio.com
Ya en junio de 1989 se comenzó a hablar de algo llamado “Operación Campamento”. El Ministerio de Defensa (al que le pertenecían los terrenos), la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un convenio que desmantelaría una docena de cuarteles que ocupaban 8,9 millones de metros cuadrados, para urbanizar el lugar. Se hablaba ya de llevar allí la línea 10 de metro, algo que se hizo con posterioridad, pero también de convertir en autovía la carretera de Extremadura, y de construir oficinas e inmuebles gubernamentales, agrupando así en un mismo espacio los edificios del Gobierno del país, lo cual recuerda a la idea de los Nuevos Ministerios, o incluso al Campus de la Justicia en ese sentido de centralizar o unificar.
Esta “Operación Campamento” se desarrollaría en 15 años, con un presupuesto de 1.800 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Defensa recibiría 180 por la cesión de los terrenos.

Pabellón de Muñoz Grandes, hoy desaparecido. ame1.org
En 1992, tanto la Comunidad como el Ministerio de Defensa, cesaron en su empeño de la construcción de estos edificios por causas económicas en el primer caso, y por no querer desprenderse de los cuarteles en el segundo.

En 1994, el Ayuntamiento y el Ministerio pactaron la construcción de pisos, pero la Comunidad lo rechazó.

En 1996, el Ayuntamiento aprobó un Plan General de Ordenación Urbana para construir 300.000 nuevas viviendas en una decena de barrios, 15.000 de las cuales estarían en Campamento. La Comunidad y el Ministerio lo aceptaron, y se estimó que las obras de demolición de los cuarteles y la nueva urbanización se llevarían a cabo en unos 15 años. El Ministerio de Defensa, aún propietario de los terrenos, ganaría entre 547 y 1.106 millones de euros con la operación.

Ámbitos del Plan. Fuentes: elpais.com y Ayuntamiento de Madrid
Por fin las tres administraciones se ponían de acuerdo y parecía que el fin a este gran problema se acercaba. Por ello, a partir de 2004 las excavadoras entraron en los cuarteles, y se comenzó la demolición de la mayoría de ellos. Sin embargo, los plazos se demoraron, y ni el Ayuntamiento aprobó en esos años el proyecto urbanístico final, ni la Comunidad elaboró los informes necesarios, parece que debido al enfrentamiento político entre el alcalde de la ciudad (Alberto Ruiz-Gallardón) y la presidenta de la Comunidad (Esperanza Aguirre).

Así se llegó finalmente a la aprobación de ese proyecto urbanístico en 2009, y en 2011 el Consejo de Ministros aprobó la venta del 51% de los terrenos de Campamento al Ministerio de Fomento por valor de 150,50 millones de euros.

Planificación del suelo en la Fase 1.
Fuentes: el pais.com y Ayuntamiento de Madrid
Lo que se planteaba a partir de ese momento era el que parecía el plan definitivo para el barrio: a través de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento del Suelo (SEPES) se urbanizaría, en una primera fase, un total de 10.700 viviendas en 2,1 millones de metros cuadrados. 7.000 de esas viviendas serían protegidas. El coste total de la construcción de esos pisos sería de 450 millones de euros, pero ascendería a 617 millones al construir un aparcamiento disuasorio, un intercambiador, y al soterrar 2,6 kilómetros de la autovía de Extremadura en Batán.

En la segunda fase se levantarían otras 10.700 viviendas en Campamento y 20.000 más en el vecino municipio de Alcorcón.

Un año después, en 2012, muchos de los cuarteles ya estaban derribados. Como decíamos, ya años antes se había comenzado con estas demoliciones, pero la desaparición de uno de ellos en concreto fue polémica por estar protegido. Se trataba del Cuartel del Batallón de Zapadores, también conocido como Pabellón de Muñoz Grandes, ubicado junto a la autovía A-5.
Pabellón de Muñoz Grandes durante su derribo en 2012.
madridciudadaniaypatrimonio.org
Se trataba de uno de los que se construyeron en los años 20 del siglo pasado, y que llevaba tiempo en desuso. De hecho, los planes proyectados hasta el momento incluían la conservación de este interesante edificio protegido, “obra de reconocido valor e interés histórico” según el catálogo de edificaciones singulares del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Parece que el Ayuntamiento había solicitado a Fomento su demolición “por ruina inminente”, para lamento de los vecinos del barrio.

Salvando esto, por fin se ponía en marcha todo el plan, hasta que en septiembre del mismo año, el Tribunal Supremo anuló los barrios nuevos previstos en el Plan General de Ordenación Urbana de 1996, con lo que el proyecto, lejos de llevarse a cabo, quedó paralizado y más enterrado que nunca.

Plan de la "Operación Campamento" que fue anulada
en 2012 por el Tribunal Supremo. Fuente: Ayto. de Madrid
En 2013, todos los terrenos volvieron a manos del Ministerio de Defensa, y el Gobierno denominó la Operación Campamento como “inviable desde el punto de vista jurídico-urbanístico”.

No obstante, un nuevo capítulo se abría así para este entorno. Y es que el 27 de abril de 2015 salieron a la venta 1.550.576 metros cuadrados de terrenos de Campamento, propiedad ya de Defensa, con una edificabilidad de 1.132.098 metros cuadrados, por si algún comprador estaba interesado en ellos. ¿Por qué se hizo esto? Porque muy pocos meses antes, el magnate chino Wang Jianlin, mediante el grupo Wanda, se había interesado por este espacio, justo después de su adquisición del Edificio España de la Plaza de España, y del fiasco de Eurovegas en Alcorcón por parte del magnate estadounidense Sheldon Adelson.

Cuarteles abandonados y derribados en los terrenos de
la Operación Campamento. cincodias.com
El empresario Wang Jianlin, nacido en 1954 y considerado uno de los hombres más ricos de china, aseguró que no se trataba de otro “Eurovegas”. Su intención era la construcción de 15.000 viviendas, así como hoteles, grandes espacios comerciales, parques de ocio y recintos para espectáculos, pero sin la existencia de casinos.

Ninguna maqueta se mostró en este caso de la nueva “Operación Campamento” porque se temía que ocurriera lo mismo que en Alcorcón. Y así fue. La promesa de una inversión de 3.000 millones de euros para la construcción de este nuevo barrio se truncó entre diciembre de 2015 y enero de 2016, cuando se anunció oficialmente que el grupo Wanda dejaba de estar interesado en los terrenos. El empresario habló de falta de acuerdo y, especialmente, del alto precio que el Ministerio de Defensa había puesto a la venta del suelo, lo que le hizo comenzar a buscar en lugares más económicos, y lo que dejó a Campamento de nuevo con sus descampados y cuarteles en ruinas.

Barrio de Campamento en la actualidad.
Fuente: Ayto. de Madrid
Lo cierto es que, de una manera u otra, es asombroso que una operación de tal magnitud no haya avanzado desde 1989, y que los visitantes a la ciudad que acceden a través de la A-5 contemplen cómo la entrada a la capital no es más que una suma de proyectos truncados de este “Madrid que no fue”. Sin embargo, estamos convencidos de que este proyecto en concreto sería uno de los más interesantes en una hipotética sección de “el Madrid que será”, porque sea de una u otra forma, la zona de Campamento en unos años se tendrá que desarrollar, y quién sabe si pasará a convertirse en un tiempo en uno de los barrios más modernos y cosmopolitas de Madrid.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Proyecto de ampliación de Corrales y Molezún para el Banco de España

El Banco de España es uno de los edificios neoclásicos más destacados de la capital, pero… ¿sabías que se tuvo que hacer por partes, en sucesivas ampliaciones, y que alguno de sus proyectos nunca vieron la luz?

En el artículo de hoy nos situamos en el centro de Madrid, en la mítica plaza de Cibeles. Es allí donde se ubica desde finales del siglo XIX la sede principal del Banco de España.

Este organismo hunde sus raíces en el Banco Nacional de San Carlos, creado en 1782, aunque fue la fusión en 1847 del Banco de San Fernando (1829) y el de Isabel II (1844), la que permitió la creación de este Banco de España, que tomó su nombre actual en 1856. Hoy en día, su importancia reside en ser el banco central nacional y el supervisor del sistema bancario español junto al Banco Central Europeo (BCE).

El primer emplazamiento de esta institución fue el edificio de los Cinco Gremios Mayores de Madrid, en la calle Atocha, lugar en que se había ubicado el Banco de Isabel II, posteriormente el Banco de San Fernando tras la fusión, y por último el denominado Banco de España.

Palacio de Alcañices. Pintura de Juan Zapater
Pronto el edificio se quedó pequeño, y se decidió construir una sede más acorde con su importancia. Por ello, se decidió adquirir ya en 1882 el Palacio del Marqués de Alcañices, en la intersección de la calle Alcalá con el Paseo del Prado, además de algunos otros solares en los aledaños.

El Palacio de Alcañices, construido en fecha desconocida, era un enorme palacio donde anteriormente se situaba la vivienda de Luis de Haro, valido del rey de España Felipe IV, en el siglo XVII.
Ese edificio fue adquirido por Manuel Miguel Osorio y Spinola, XV marqués de Alcañices a finales del siglo XVIII, que en 1804 realizó una primera reforma para evitar que la fachada se desplomara.

XVII Marqués de Alcañices y duque de Sesto, junto con el
marqués de Sotomayor en las caballerizas del Palacio de Alcañices
Su hijo, Nicolás Osorio y Zayas, XVI marqués, lo remodeló por completo en 1847, gastando 2 millones de reales. Además encargó unas nuevas caballerizas en 1854, pero fue el hijo de este, José Osorio y Silva, XVII marqués de Alcañices y duque de Sesto, quien encargó a Francisco de Cubas, marqués de Cubas (de ahí el nombre homónimo de la calle situada tras el actual Banco de España, la antigua calle del Turco donde Juan Prim fue asesinado) la reforma más importante de aquel Palacio de Alcañices, que desaparecería tan solo unos años después.


Parece ser que tras la compra del solar en 1882  por el Banco de España, se convocó un concurso al que se presentaron cuatro proyectos, pero ninguno del gusto de la comisión que tomaría la decisión final, con lo que finalmente fueron los arquitectos Severiano Sainz de la Lastra y Eduardo Adaro, quienes recibieron el encargo de inspirarse en los edificios de otros bancos europeos para construir la sede del español.

Banco de España en la actualidad.
Entrada principal en chaflán por la plaza de Cibeles,
primera parte del edificio construida
Los arquitectos tomaron como ejemplo los palacios venecianos, y su proyecto fue aprobado en 1883. Tan solo un año más tarde, el 4 de julio de 1884, el rey Alfonso XIII pondría la primera piedra de esta edificación de planta cuadrada, con entrada principal en chaflán por la plaza de Cibeles.

El proyecto se tuvo que ir modificando según se iban comprando nuevos solares aledaños, con lo que el coste total de la compra de solares y la edificación alcanzaron las 15.300.000 pesetas. Así, la nueva y flamante sede del Banco de España pudo ser por fin inaugurada en 1891.

Esa construcción no era más que una pequeña parte de la que tenemos hoy en día, la que rodea a ese chaflán de Cibeles. La portada central del Paseo del Prado ya se construyó en aquella primera etapa, pero la central de la calle Alcalá se levantó en una primera ampliación que se desarrolló en 1927. Allí se ubicaban, hasta esa fecha, las casas del conde de Santamarca, que fueron demolidas para poder llevar a cabo esta expansión del edificio del Banco de España.

Escudo republicano del Banco de España,
fachada a la calle de Alcalá. elpais.com
En esta ocasión, fueron arquitectos italianos los que realizaron la obra, pero siguiendo el proyecto del arquitecto español José Yarnoz Larrosa. Exteriormente, la fachada se prolongaría con las mismas características que la anterior para formar parte de un mismo conjunto, y las novedades de la época solo se introdujeron en el interior del edificio. Esta ampliación se finalizó ya durante la Segunda República, por lo que el escudo central que se sitúa sobre la fachada de la calle Alcalá no tiene la corona real, y lo que preside ese lateral es una corona mural con forma de castillo almenado, el que coronaba el escudo republicano.

En 1969, se amplió por segunda vez esta enorme construcción. En esta ocasión fue Javier Yarnoz Orcoyen, hijo del anterior arquitecto, quien recibió el encargo de cerrar el edificio por las calles de los Madrazo y Marqués de Cubas.

Tras esa segunda ampliación, en los años 70 ya solo faltaba una esquina del edificio por ser construida: la más cercana a la Gran Vía. Todavía quedaba un inmueble de viviendas junto al Banco de España en la intersección entre la calle de Alcalá y Marqués de Cubas, con lo que la seguridad del propio banco se podría ver comprometida por la construcción adyacente.

En 1950 el Banco ya había adquirido ese edificio, pero hubo que esperar hasta 1978 para comenzar a promover la edificación de esta última parte de la sede. El 25 de septiembre de aquel año, se convocó un concurso de ideas, en el que participaron previa invitación siete arquitectos.

Proyecto para la ampliación del Banco de España.
Corrales y Molezún, 1978. abc.es
Uno de estos arquitectos, Ramón Vázquez Molezún, había fundado en 1952 un estudio junto con José Antonio Corrales. Fue de ese estudio del que salió el proyecto que se puede contemplar a la izquierda y en la imagen inferior.

El estudio “Corrales y Molezún” propuso que, tras el cerramiento del Palacio del Banco de España, se construyera una nueva torre, más acorde con los nuevos tiempos, y que marcara claramente el contraste con el palacio anterior, mostrando al visitante que esta parte nada tenía arquitectónicamente con la ya construida, a pesar de formar parte de la misma institución.

Se trataría de una torre más elevada, que se asemejaba más a otros edificios españoles de la posguerra, y en nada al estilo de la parte original, primera y segunda ampliación del Banco de España. Una arquitectura moderna, que huía del clasicismo y de los modelos establecidos.

Proyecto para la ampliación del Banco de España.
Corrales y Molezún, 1978. elpais.com
Las obras de este estudio buscaban la geometría, la técnica, marcando un punto de ruptura con lo establecido previamente. Por ello, trabajos de Corrales y Molezún como el Edificio Bankunión del Paseo de la Castellana fueron tan polémicos y criticados en el momento, haciendo que sus dos creadores siempre lamentaran que sus construcciones no fueran entendidas.

Algo similar ocurrió con su proyecto de ampliación del Banco de España. Más de uno respiró aliviado cuando se nombró al ganador del concurso: Rafael Moneo Vallés. Este arquitecto es hoy conocido en nuestra ciudad por numerosas obras: la rehabilitación del Palacio de Villahermosa en Museo Thyssen-Bornemisza entre 1990 y 1992; la remodelación de la histórica estación de ferrocarril de  Atocha, la ampliación hacia Puerta de Atocha de 1992 y la nueva terminal de Atocha de 2010; la ampliación del Museo del Prado en 2007…

Proyecto inicial de Rafael Moneo en 1978
para la tercera ampliación del Banco de España. elpais.com
Lo que Moneo proponía para esta última ampliación del Banco de España era una continuación del edificio, para que, a simple vista, el edificio pareciera construido en el mismo momento que el original, y así tener una mayor homogeneidad en su fachada exterior.

Algunos inconvenientes, entre ellos la protección del edificio que había que demoler para la construcción de esta tercera y última ampliación, hicieron que las obras se retrasaran… ¡hasta 2003!

En 2003 comenzaron por fin las obras de esta última fase, las cuales finalizaron en 2006, coincidiendo con el 150 aniversario del Banco de España.

Mascarón neoclásico del
edificio original del
Banco de España. bde.es
Mascarón cubista de la
última ampliación del
Banco de España. bde.es
A pesar de seguir la idea original de Moneo de continuidad de las fachadas del Paseo del Prado y de la calle de Alcalá, el propio arquitecto introdujo algunos cambios, como el de los mascarones neoclásicos de la fachada por otros inspirados en el cubismo, mostrando así que en este siglo y medio, a pesar de respetar las trazas del siglo XIX, la arquitectura ha cambiado y evolucionado.

Hay que añadir que, en la actualidad, es bastante fácil advertir desde el exterior en qué lugar finaliza la segunda ampliación y comienza la tercera, porque el color del granito colocado en esta última etapa es mucho más claro. Esto se debe a que el corte de la piedra es más reciente, pero en unos pocos años no será posible distinguir una ampliación de otra, a no ser por elementos como los mascarones que comentamos.

Ampliación de 2006 del Banco de España. caballerocolon.com
4.736 metros cuadrados de edificio divididos en planta baja, tres sobre rasante y cuatro sótanos, son los que comprenden hoy este histórico Banco de España. Su patio, que hoy es biblioteca, su escalera de mármol de Carrara, su cámara acorazada… son algunos de los elementos más destacados del interior de este gigante, que tiene incluso un helipuerto, pero… ¿crees que se habría acertado más construyendo el proyecto de Corrales y Molezún, marcando así la diferencia con el siglo anterior? ¿O por el contrario, Moneo hizo lo correcto continuando el edificio original?

miércoles, 15 de junio de 2016

Nueva línea de Cercanías entre San Fernando de Henares y Príncipe Pío

La red de transportes de Madrid es, indiscutiblemente, una de las protagonistas habituales de este “Madrid que no fue”. Hoy traemos un proyecto cancelado de una nueva línea de Cercanías Renfe que atravesaría Madrid de oeste a este, desde San Fernando de Henares hasta Príncipe Pío. ¿Te animas a descubrirlo?

Retrato de Felipe V
El municipio de San Fernando de Henares es uno de los lugares históricos más desconocidos de nuestra Comunidad. Su población de poco más de 40.000 habitantes, cuenta con un conjunto del siglo XVIII relacionado con la Ilustración y el Reformismo borbónico.

Y es que, en el año 1700, Felipe V se convertía en el rey de España, siendo el primero de la familia Borbón en nuestro país. Su procedencia francesa hizo que se introdujeran numerosas reformas en todos los ámbitos. Fue bajo su reinado cuando se comenzaron a crear las Reales Fábricas, como la de Tapices de Santa Bárbara en Madrid, o la de Cristales de la Granja, iniciativa que continuaría su hijo Carlos III con la fundación de otras como la de Porcelana del Buen Retiro.

Retrato de Fernando VI

Fue Felipe V el rey que, en uno de sus últimos actos de gobierno, dispuso la adquisición de un lugar denominado Torrejón de la Ribera. Se decidió la compra de este término cercano a los ríos Henares y Jarama con motivo de la creación de una Fábrica de Paños finos para no tener que depender de factorías extranjeras.

La adquisición se produjo el 29 de junio de 1746, y la muerte del monarca el 9 de julio del mismo año, con lo que, como es de suponer, fue su sucesor, Fernando VI, el que pudo ver cumplido el sueño de su padre y antecesor en el trono.


Real Fábrica de Paños de San Fernando
El 30 de agosto de 1746, Fernando VI nombró a Teodoro Ventura de Argumosa gobernador de Torrejón de la Ribera, y así comenzaron las obras de esta importante fábrica, con una construcción ordenada en planta cuadrada en torno a un patio central con una fuente.
En la planta baja del edificio se disponían las salas de administración, producción y la capilla; en la planta alta la vivienda del gobernador, los tendederos de lana y algunos almacenes; y en el sótano aún más almacenes.

Antiguas casas de operarios de la Fábrica de San Fernando
Frente a la fábrica, se comenzaron a edificar numerosas viviendas para los trabajadores de la misma, y así se configuraron dos plazas junto al edificio industrial: una ante la fachada principal, de planta cuadrada, que hoy es la Plaza de España, y otra un poco más alejada, de planta circular, llamada Plaza de Fernando VI. Años después, ya en 1844, la reina Isabel II decidió trasladar allí desde la capital la estatua de dicho rey, que había sido concebida junto a tantas otras para coronar la cornisa del Palacio Real de Madrid.

Estatua y plaza de Fernando VI, en San Fernando de Henares.
rutastranquilas.com
La construcción de la Real Fábrica de Paños, las viviendas para los trabajadores y las dos plazas mencionadas, fue el origen del que se conocería como Real Sitio de San Fernando en honor a este monarca, una historia no muy diferente a la que analizamos hace algunos meses de la localidad de Nuevo Baztán.

En 1753, la baja productividad de la factoría, debida fundamentalmente a los altos precios de los tejidos, obligó a su traslado a Vicálvaro, dejando en San Fernando únicamente los almacenes.

El uso del edificio de la fábrica fue entonces destinado a casa de corrección para enseñar a leer y escribir, algo que se dio hasta 1801. Pocos años más tarde, más de ocho mil soldados franceses se acuartelaron en el lugar durante la ocupación napoleónica, y la zona quedó prácticamente arrasada a su partida.

Antigua fachada principal de la Real Fábrica de Paños.
Actual Ayuntamiento de San Fernando de Henares
La antigua factoría recuperó, sin embargo, en 1829, parte de su actividad original, ya que se convirtió en fábrica de tejidos de algodón y estampados, recuperando así unas huertas que databan de la época de Fernando VI entre el municipio y el río, plantando 4.000 árboles, y organizándolos en calles y avenidas, el actual Paseo de los Chopos.

En 1916, la localidad adquirió el nombre de San Fernando de Henares, puesto que hasta el momento se había denominado San Fernando del Jarama, y hoy en día, el edificio central de todo aquel histórico lugar es el Ayuntamiento de dicha población.

Vista aérea de San Fernando de Henares.
En primer plano, la plaza circular de Fernando VI.
Detrás, la plaza cuadrada de España, rodeada de las viviendas de operarios.
En último término, el gran edificio de la Real Fábrica.
Una apasionante historia para un municipio que, en la actualidad, está unida a la ciudad de Madrid a través de líneas regulares de autobuses, metro y trenes. Las líneas de Cercanías RENFE C2 Y C7, con idéntico recorrido en este tramo, vinculan todo el Corredor del Henares con la estación de Atocha.

Sin embargo, hace muy pocos años, en 2009, San Fernando volvió a ser protagonista gracias a un nuevo proyecto que planteaba la creación de una nueva línea para la ya extensa red de trenes de Cercanías Madrid, que cruzara la capital de oeste a este, desde San Fernando de Henares hasta el intercambiador de Príncipe Pío.

Y es que, hasta el momento, todos los viajeros del oeste de Madrid, de la zona del Corredor, podían llegar en tren sin problema hasta el sur de la ciudad en la misma línea hasta la estación de Atocha, e incluso hasta el norte, hacia Chamartín, pero si querían desplazarse hacia el oeste, tenían que hacer trasbordo en Atocha hasta Príncipe Pío.

Proyecto de nueva línea de Cercanías
San Fernando de Henares - Príncipe Pío. elpaís.com
Por ese motivo, en 2009, se firmó un convenio entre el Ministerio de Fomento y la Comunidad de Madrid con las figuras de José Blanco y Esperanza Aguirre por el cual se comprometían a crear esta nueva línea de Cercanías Renfe que partiría de San Fernando, y tendría un trazado destinado a evitar las aglomeraciones que se dan actualmente en la línea C7.

El mismo sería: San Fernando, Canillejas, Avenida de América, Alonso Martínez, Sol, y Príncipe Pío. Un auténtico sueño, ya que en apenas 5 estaciones se podría cruzar todo Madrid de oeste a este, con algunas nuevas estaciones de Cercanías como la soterrada de Alonso Martínez, que se presentaba como una de las joyas del proyecto.

Se trataba de un proyecto ambicioso que contemplaba construir en el futuro una ampliación desde San Fernando hasta Torrejón de Ardoz, con una nueva parada en esta localidad, y desde ahí seguir hacia Soto de Henares, estación proyectada en aquel momento y que curiosamente sí se llegó a construir, inaugurándose en 2015 como parte de la C2 y C7.

Además, también se planteó que años más tarde, esa línea fuera ampliada del mismo modo por el otro extremo, Príncipe Pío, hasta Aluche, y desde allí unirse al trazado de la C5 hacia Alcorcón y Móstoles, o hacia Leganés y Fuenlabrada.

Plaza de España de San Fernando de Henares en la actualidad,
rodeada por las antiguas casas de operarios de la Fábrica.
Lamentablemente, el proyecto quedó en eso precisamente, en proyecto. Ya en 2010, el Ministerio de Fomento parecía no apostar por esta nueva línea al admitir la complejidad de su construcción.

Y los años pasaron, los equipos de gobierno cambiaron, y el sueño de una línea de tren oeste-este que atravesara todo Madrid se diluyó en el aire. Ya no se volvió a hablar de la posibilidad de llevar a cabo esta interesante propuesta, y como decimos, lo único que se llegó a realizar fue la construcción de la estación Soto de Henares en el término municipal de Torrejón de Ardoz en el recorrido de las líneas C2 y C7.

Esperemos que en algún momento, algún político recuerde este proyecto y trate de rescatarlo del olvido para que así se pueda ahorrar tiempo en los traslados en Cercanías Renfe Madrid, además de la consiguiente descongestión de la red de transportes, especialmente de la zona del Corredor del Henares.

miércoles, 2 de marzo de 2016

El Madrid que SÍ fue XI. El Convento del Espíritu Santo

Durante estas últimas semanas, y esta en concreto, el Congreso de los Diputados está teniendo un protagonismo claro debido a los acontecimientos políticos tan importantes que se están sucediendo. Sin embargo… ¿sabes lo que había en ese mismo lugar antes de construir el Palacio de las Cortes?

En el artículo de hoy proponemos un viaje al siglo XVI, momento en que comienza esta historia. El Madrid de Felipe II se convierte en capital de la Corte en 1561, y la ciudad crece asombrosamente rápido para la época.

Calle del Caballero de Gracia, Jacobo Trenci
o Jacobo de Gracia (1517 - 1619)
Son muchos los personajes históricos que nos deja el Madrid del XVI. Hoy recordaremos la figura de Jacobo Trenci, llamado también Jacobo de Grattis o Jacobo de Gracia (1517-1619), pero más conocido como el Caballero de Gracia.
Este caballero italiano, nacido en Módena, llegó a España como secretario del nuncio apostólico de Gregorio XIII por primera vez en 1566, y se asentó en a nuestra ciudad años más tarde, en la Cuaresma de 1580, cuando ya contaba con 63 años. La misión de su primer viaje era resolver una misión diplomática entre España y la Santa Sede, pero posteriormente eligió vivir en la capital.

Su estancia en Madrid, donde finalmente murió en 1619, fue más que fructífera. Además de adquirir y explotar varias fincas en los aledaños de la calle del Clavel, creando así la calle que lleva su nombre y donde se sitúa el oratorio en que fue enterrado, fundó numerosas iglesias, monasterios y hospitales en la metrópoli. La Fundación del Carmen, el Hospital de italianos en la carrera de San Jerónimo o el Hospital de Convalecientes en la calle ancha de San Bernardo son algunos de estos ejemplos. No en vano, el vertiginoso crecimiento de la ciudad hacía necesaria la creación de todas estas nuevas instituciones. Cuando Felipe II llegó al poder en 1556, Madrid constaba de 9.000 habitantes, y a finales de siglo ya contaba con 83.000.

La figura del modenés es muy relevante para nuestra historia de hoy, y es que, en 1594, el Caballero de Gracia fundó un convento adscrito a una congregación napolitana, la de los Clérigos Regulares Menores. Hablamos del Convento del Espíritu Santo. Para ello, cedió una de las casas de su posesión a estos clérigos.

Poco después, en 1599, parece que, tras unas diferencias entre Jacobo Trenci y los religiosos, estos abandonan esa propiedad del Caballero de Gracia y se trasladan a su ubicación definitiva en la carrera de San Jerónimo.
Se trataba de unos terrenos que Magdalena de Guzmán, II marquesa del Valle de Oaxaca, compró al marqués de Tabara, con el fin de poder construir este convento. Por tanto, la marquesa amparó a estos clérigos, aunque dos años más tarde, acusada de conspirar contra el duque de Lerma, fue desterrada de la Corte.

Convento del Espíritu Santo
con su aspecto desde 1599 hasta 1823.
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El edificio constaba de convento, iglesia y cementerio, destacando la iglesia con una fachada en la que destacaban dos torreones y un medallón de mármol de Cristo resucitado. Tenía planta de cruz latina y su cúpula sobre las pechinas se elevaba sobre el templo, decorado con pinturas de Luis Velázquez.

El convento fue incrementando su popularidad con el paso de los años, hasta que, en 1823 ocurrió un importante suceso. Luis Antonio de Francia, duque de Angulema, último Delfín de Francia y sobrino del rey Luis XVI, encabezó durante ese año el ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis. Su misión era el restablecimiento de la monarquía absoluta en España con la figura de su primo, Fernando VII, hijo y sucesor de Carlos IV.

Había, por tanto, opositores al absolutismo que querían acabar con la vida del Delfín. El mismo, cuando estaba en Madrid en 1823, decidió acudir a la misa en el Convento del Espíritu Santo, y fue en ese momento cuando comenzó un misterioso incendio que no acabó con la vida del francés, pero sí con gran parte del edificio, que tuvo que ser abandonado por los religiosos.

Once años más tarde, en 1834, y tan solo un año después de la muerte del rey absolutista Fernando VII, la reina regente María Cristina de Borbón, decidió otorgar el Estatuto Real, que estableció la configuración bicameral de las Cortes, dividiéndose en el Estamento de Próceres del Reino (la cámara Alta, lo que hoy sería el Senado), y el de Procuradores del Reino (la cámara electiva o cámara Baja, primer antecedente en nuestro país del actual Congreso de los Diputados).

Convento del Espíritu Santo
con su aspecto entre 1834 y 1842.
Se puede apreciar el monumento a Cervantes,
colocado frente al convento en 1834.
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Como es lógico, se decidió buscar una sede para cada una de estas dos cámaras. El Estamento de Próceres del Reino se reunió provisionalmente durante ese año en el Casón del Buen Retiro, trasladándose en 1835 al antiguo Colegio de la Encarnación de religiosos agustinos calzados o Colegio de doña María de Aragón, en la actual plaza de la Marina Española, en el edificio que hoy sigue ocupando el Senado.

Por otra parte, el Estamento de Procuradores del Reino se ubicó desde 1834 en un edificio en ese momento abandonado, el Convento del Espíritu Santo.
La regente María Cristina, reina hasta la mayoría de edad de Isabel II, decidió habilitar la iglesia del convento para acoger la reunión de las Cortes Generales. Se modificó el edificio prácticamente por completo, y en la remodelada fachada se construyó un nuevo pórtico.

La Reina Gobernadora jura la Constitución de 1837
acompañada de su hija Isabel II el 18 de junio de 1837
en el Convento del Espíritu Santo.
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El Estatuto Real fue suspendido en 1836 tras el Motín de la Granja y se reestableció la vigencia de la Constitución de 1812, “La Pepa”, que establecía unas cortes unicamerales. No fue hasta pasados unos meses cuando, con la entrada en vigor de la Constitución de 1837, se volvió a la legislatura bicameral.

En 1836 había comenzado la desamortización de Mendizábal, por la que numerosos conventos de Madrid pasaron a la historia, y un año más tarde, en 1837, los progresistas, ya en el poder, consideraron que el Convento del Espíritu Santo no era un edificio preparado para ser sede de las Cortes de un país como España. A pesar de la restauración de la construcción, quedaban estancias antiguas del primer edificio religioso, y existían carencias evidentes para poder acoger una institución tan importante para el estado.

Por ese motivo, comenzó su demolición el 21 de marzo de 1842, tras su desamortización, y el 10 de octubre de 1843, tan solo 3 meses después de su proclamación como reina y coincidiendo con el día en que cumplía 13 años, Isabel II puso la primera piedra del nuevo Palacio de las Cortes.

Congreso de los Diputados, inaugurado el 31 de octubre de 1850
y proyectado por Narciso Pascual Colomer.
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El edificio neoclásico fue construido por el arquitecto Narciso Pascual Colomer (1808-1870), el cual también reformó edificios tan importantes en nuestra ciudad como el Observatorio Astronómico, la Universidad Central, o la iglesia de San Jerónimo el Real, “Los Jerónimos”.

Durante las obras de construcción, los diputados se reunieron en el salón de baile del Teatro Real. Fue el 31 de octubre de 1850 cuando la reina Isabel II pudo inaugurar esta gran obra, tan representativa del Madrid decimonónico, en lo que hoy es la Plaza de las Cortes.

Numerosas reformas, restauraciones y ampliaciones han tenido lugar en este, nuestro actual Congreso de los Diputados. Sin embargo, eso ya forma parte de la historia del nuevo edificio, que nada tiene que ver con aquella institución religiosa. 

¿Quién le iba a decir al Caballero de Gracia, allá por el siglo XVI, que la fundación de aquel primitivo Convento del Espíritu Santo en otro lugar de la capital iba a ser tan relevante para el destino de la política española?