miércoles, 23 de septiembre de 2015

Campus de la Justicia

Seguramente has escuchado en numerosas ocasiones hablar del Campus de la Justicia, pero… ¿sabes exactamente en qué consistía este faraónico proyecto?

Proyecto para el Campus de la Justicia. culdesac.es
Son muchos los juzgados que existen en Madrid debido al gran número de personas que vive en la urbe y a la condición de capital de España. Por ello, ya en 2003, se comenzó a especular acerca de la creación de una nueva “ciudad”, dentro de Madrid, que agrupara todos los juzgados que no fueran estatales, es decir, todos los existentes en el municipio a excepción del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional, que seguirían en el lugar en que han estado hasta ahora.

En julio de 2004, la entonces Presidenta de la Comunidad de Madrid dio a conocer la noticia de la próxima construcción de este gran complejo. Se trataría de un espacio de 300.000 metros cuadrados en el que se ubicarían hasta 21 tipos de juzgados diferentes.
Este lugar tenía que estar bien ubicado, debido a la importancia que tendría. Por ello se determinó que la zona de Valdebebas sería la idónea para acoger estos edificios. No en vano, este nuevo espacio al norte de la ciudad está cerca del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, y estaría conectado con trenes de cercanías y con la línea 1 de metro, que se ampliaría con tal fin.

El proyecto comenzó su andadura bajo la promoción y gestión de la sociedad pública Campus de la Justicia de Madrid S.A., y pronto se aprobó el Plan Parcial que se necesitaba para poder comenzar la construcción.

En enero de 2005 comenzó la inscripción para el concurso público, en el que 345 arquitectos de 37 países diferentes presentaron un total de 197 propuestas.

En mayo se eligió a los 14 proyectos que pasarían a la siguiente fase. En ésta, se elaborarían las maquetas de lo que se planeaba edificar, y serían expuestas al público durante el mes de julio.

Plano del proyectado Campus de la Justicia. constructalia.com
Por fin, se declaró ganadora la propuesta de Javier Frechilla, Carmen Herrero y José Manuel López-Peláez, arquitectos de la Escuela de Madrid, que se presentaron bajo la firma Frechilla y López-Peláez Arquitectos (FLPSL). Se trataba de varios edificios muy semejantes, debido a su planta circular y a sus dimensiones. Sin embargo, cada uno de ellos tendría su propia personalidad.

Todo ello se construiría en 2 fases. En la primera se levantarían los siguientes edificios:
   - El Instituto de Medicina Legal, proyectado por Alejandro Zaera Polo, el cual estaría cubierto con una membrana para ocultar algunas salas del edificio como las relacionadas con patología forense.
   - El Juzgado de Menores, construido por Rafael de la-Hoz y Jaime Duró Arquitectos, con diversas plazas de aparcamiento, al igual que el resto de construcciones. 
   - La Audiencia Provincial de Madrid, de Foster and Partnerships, con la colaboración del célebre arquitecto Norman Foster. Destacaría el gran espejo de agua de la planta baja que reflejaría la luz natural y humidificaría el aire de todo el edificio, el cual estaría resguardado bajo una cubierta acristalada. 
A la derecha, el Tribunal Superior de Justicia, Norman Foster.
A la izquierda, Edificio de Usos Múltiples.
   - El Tribunal Superior de Justicia, de la misma firma de Norman Foster. Destacaría la alta y estrecha entrada que conduciría a un gran patio central con forma de triángulo. 
   - El Decanato, de Picado de Blas-Arquitectos, que representaría una lámpara repleta de luz natural, la cual entraría por la fachada a través de una pared especial. 
   - Un Edificio de Usos Múltiples, proyectado por Richard Rogers Partnership Vidal y Asociados Arquitectos, que serviría como entrada al complejo con servicios comerciales y de restauración. En sus 8 plantas destacaría la luz solar captada por múltiples paneles.
   - Centro de Producción Térmica, elaborado por el mismo equipo que ganó el concurso del proyecto general, y concebido como una estructura ajardinada.

Proyecto del Campus de la Justicia. culdesac.es
La segunda fase se llevaría a cabo con posterioridad. En ella, se construirían aún más edificios que en la primera fase: la Fiscalía, el Juzgado de Guardia, el Registro Civil (de Ángel Borrego – OSS, en el que habría salas de espera con juegos, cine, práctica de deportes…), el Juzgado de lo Civil-Mercantil, el Juzgado de lo Penal (de Rafael de La-Hoz Castanys Arquitectos, inspirado en una balanza, símbolo de la justicia, con un patio inglés interior y con estructuras con formas de platillos en el exterior), los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo (concebidos como bosque urbano en el que se aprovecharía el agua de lluvia para regar algunas zonas ajardinadas), y el Juzgado de lo Social.

En esta fase se añadiría también un edificio de accesos y servicios, uno más para usos varios, y dos ampliaciones: una del Juzgado de lo Civil, y otra del Juzgado de lo Penal.

En resumen, una auténtica Ciudad de la Justicia que aunaría un gran número de edificios en un concepto bastante novedoso. Un total de 14 edificios que costarían 500 millones de euros.

Zonas verdes, circulación peatonal, buenas comunicaciones, grandes instalaciones… un sueño que parecía hacerse realidad.

Proyecto de la Audiencia Provincial de Madrid. Norman Foster
El 31 de enero de 2007, en un acto institucional, la que era Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, colocó la primera piedra de este Campus anunciando que todo esto se construiría “sin coste alguno para los ciudadanos”, y que el conjunto se finalizaría en 2011. Se comenzaba así la construcción del Instituto de Medicina Legal, el primero de los edificios proyectados.

Los grandes costes de la construcción, el estallido de la burbuja inmobiliaria, las faraónicas características del proyecto… todo influyó para que el Campus de la Justicia tuviera que ser paralizado en 2009, y para que solo ese primer edificio pudiera ser construido.

En 2014, el entonces Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, anunció la disolución de Campus de la Justicia de Madrid S.A., pero también que el proyecto se ponía en marcha de nuevo, aunque con algunos cambios. Se convocaría un nuevo concurso para elaborar un plan mucho menos pretencioso, en que primara la funcionalidad a la estética. Los edificios serían mucho más modestos, y perderían su característica planta circular. Solo el Instituto de Medicina Legal, conocido popularmente como el “dónut”, tendría finalmente esta particularidad al estar ya finalizada su construcción.

Instituto de Medicina Legal, en 2015.
Único edificio finalizado. abc.es
No ha sido hasta julio de este 2015 cuando la actual Presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, ha anunciado oficialmente la paralización del proyecto por motivos legales. De momento queda todo el Campus de la Justicia en el aire, aunque parecen pocas las probabilidades de que se continúe su edificación, y ninguna de que sea con el aspecto original.

Un proyecto fallido y 105 millones de euros perdidos de dinero público que no nos dejan más que un edificio vacío en medio de un gran descampado, el cual confiamos que en un futuro próximo tenga alguna utilidad.

¿Qué opinas de estos proyectos megalómanos? ¿Crees que es necesario arriesgar para poder crear nuevos espacios icónicos en la ciudad, o en cambio hay que apostar por lo seguro y no proyectar edificios tan ambiciosos?

5 comentarios:

  1. Sinceramente es uno de los pocos proyectos, junto con Madrid-Río, de los llamados faraónicos de la legislatura del PP que más me parecieron útiles para la ciudad. Creo que a veces hay que arriesgar para ser pioneros en ideas y proyectos y que muchos de los proyectos más ambiciosos en la historia han sido los que han hecho mejores a sus ciudades y son ahora símbolos de ellas.
    El problema aquí es un problema de trasfondo, la situación económica no era propicia, el tema de sobrecostes inexplicados, corrupción por detrás que seguramente hubo, etc. En otro momento si que lo veo como algo que se debería poder llevar a cabo, no por ser una construcción ambiciosa sino ya por la funcionalidad que implicaba y que hacía más fácil a los ciudadanos tener un punto de referencia para temas legales.

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    1. El proyecto era arriesgado, es verdad, pero como dices también era tan útil como ambicioso. Dejando a un lado temas económicos y de pelotazos urbanísticos, la idea en sí es genial, y su diseño era extraordinario, con arquitectos más que reconocidos.
      Habrá que esperar para saber qué se hace finalmente con el edificio ya construido y con el solar hoy desierto.

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  2. Siempre me ha dado verdadera alergia todo tipo de proyecto faraónico, con la pretensión de aparentar lo que no somos. Dicho esto entro en el tema ¿La idea en principio era mala? No, pero ¿por qué no tiraron de los arquitectos de nuestro país, para hacer una ciudad más modesta, sin tano diseño disparatado, y ajustado a lo que corresponde con nuestro país? Estoy convencida que de haberlo echo, con honestidad, honradez, y ajustándose a lo que era el fondo no la forma, hubiese quedado una ciudad de la justicia, sencilla, funcional, con todo lo necesario, y adaptada a la realidad económica de este país. ¿A quien habría que pedir responsabilidades? Pero en este país ¿quien asume responsabilidades por estos fiascos? Los únicos que pagan a través de sus impuestos, son a los que no se les pidió opinión y observa con bochorno, estos lamentables actos.

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    1. La verdad es que estos proyectos faraónicos son muy arriesgados, quizás en ocasiones demasiado arriesgados, y más en estos tiempos que corren. Gracias por tu comentario. ¡Un saludo!

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