Las Torres KIO
son, posiblemente, los rascacielos más reconocibles de todo Madrid. Ahora es
imposible imaginar el perfil de nuestra ciudad sin estas dos torres inclinadas,
pero en un principio su fisionomía iba a ser considerablemente diferente.
El Paseo de la
Castellana es esa gran avenida que recorre la capital de norte a sur. Su origen se
remonta a los siglos XVII y XVIII
con el Paseo del Prado y el Paseo de
Recoletos. Su prolongación hacia el norte, lo que hoy sería el comienzo del
Paseo de la Castellana, vio la luz en 1834,
con la denominación de Paseo de las
Delicias de la Princesa, en honor a la futura reina Isabel II. Su trazado
se correspondía al del antiguo cauce fluvial del arroyo de la Fuente Castellana, la cual manaba muy próxima a la actual
plaza del Doctor Marañón.
En 1846 se pensó
en la remodelación de este paseo,
pero fue en 1857 cuando el Plan Castro, elaborado por el
arquitecto, ingeniero y urbanista Carlos María de Castro (1810-1893), convirtió
el eje Prado-Recoletos-Castellana en la principal avenida de la ciudad que
vinculaba el norte con el sur.
Poco a poco la nobleza madrileña se fue asentando en palacetes en esta importante vía,
algunos de los cuales aún sobreviven.
Ya en 1916, el
arquitecto Núñez Granés (1859-1944) proyectó una ampliación de la Castellana hacia el norte en línea recta con cuatro
plazas, comenzando por la plaza de Alfonso XIII (ver “El monumento a Alfonso XIII”).
En 1926 se aprobó
una nueva prolongación de la
avenida, basándose en el proyecto de Núñez Granés, finalmente con seis plazas y con una longitud total de
más de 5 kilómetros, hasta el lugar donde estaba el Hipódromo de la Castellana, junto a la actual calle Raimundo Fernández Villaverde (Nuevos
Ministerios).
Tras la Guerra Civil, en 1941 se plantea remodelar la avenida por encontrarse en muy mal
estado. Se elabora así el Plan Bidagor
(1941-1946), que vuelve a prolongar la vía.
Desde entonces no han dejado de construirse modernos
rascacielos en esta zona, considerada como el área financiera de Madrid,
especialmente en los complejos de AZCA
y del CTBA.
En el post de hoy nos detenemos en el año 1986, cuando se planteó la creación de dos rascacielos en una de las plazas
más septentrionales de la Castellana, la Plaza
de Castilla.
Proyecto ganador para la Plaza de Castilla, elaborado por Ábalos & Herreros. marginalidadvertical.tumblr.com |
Para ello se convocó un concurso
en el que se requería el diseño de dos
grandes edificios sobre dos pequeños
solares simétricos que acogieran 120.000
metros cuadrados de actividades públicas y privadas.
Uno de los puntos que se mencionaba como imprescindible era
el de la creación de parkings bajo
estas dos moles, ya que habría que resolver de una manera eficaz el problema
que se plantearía con respecto al tráfico.
Todo ello quedaría enmarcado en un conjunto que completaría
al ya existente Monumento a Calvo Sotelo, en la misma plaza.
Fueron Iñaki Ábalos y Juan Herreros, asociados bajo la firma
Ábalos & Herreros (1985-2008), los arquitectos que ganaron el mencionado concurso.
Lo que presentaron fue un
conjunto de dos edificios simétricos
que, según los propios artistas, desarrollaban tres proposiciones: la densidad
como una oferta positiva, la estratificación como una alternativa a la
segregación, y el rascacielos mixed-use como expresión política de la cultura
contemporánea.
Proyecto ganador para la Plaza de Castilla, elaborado por Ábalos & Herreros. marginalidadvertical.tumblr.com |
Como se ve en las imágenes, se planteaba una zona baja techada abierta al público, sobre la cual se ubicaría la base del edificio, que tendría diversos usos, y en un extremo de la misma se levantaría la parte de rascacielos, la cual estaría ocupada exclusivamente por oficinas.
Lo curioso del caso es que la construcción comenzó en el año
1989… pero no la del proyecto
ganador. Se llevó a cabo la edificación de dos
torres completamente diferentes, diseñadas por los arquitectos estadounidenses Philip Johnson y John Burgee, que
parece que llamaron más la atención por su estética.
Proyecto ganador para la Plaza de Castilla, elaborado por Ábalos & Herreros. marginalidadvertical.tumblr.com |
Y no es para menos: se trataba de la construcción de los primeros rascacielos inclinados del
mundo, con una inclinación de 15º
respecto a la vertical, y con 26 plantas y 114 metros de altura, rematada cada
torre por un helipuerto.
Ábalos y Herreros, a pesar de haber ganado aquel concurso,
vieron cómo en ese mismo lugar se levantaba un conjunto denominado Puerta de Europa. Sin embargo se quedó
con el nombre de Torres KIO al estar
promovidas por la empresa kuwaití KIO, Kuwait Investments Office, complejo que
desde su finalización en 1996 se
convirtió en un nuevo icono para Madrid.
Torres KÍO en plena construcción en los años 90 del siglo XX |
La torre de la izquierda en dirección salida de Madrid es
propiedad de Bankia, y se conoce como Puerta
de Europa I, con un helipuerto pintado en color azul, para diferenciarlo de
la torre gemela Puerta de Europa II,
propiedad del grupo inmobiliario Realia, con un helipuerto pintado en rojo.
En el siglo XXI siguieron los cambios en la plaza,
especialmente con la construcción del Obelisco
de Calatrava, y con el perfil de las vecinas Cuatro Torres, que modifican sustancialmente la vista de las Torres
KIO desde el monumento a Calvo Sotelo.
Sin duda, la elección de unas torres inclinadas para Madrid
fue una decisión innovadora que hizo
que esa plaza se convirtiera en una parada obligada en cualquier visita a la
capital. Sin embargo, ¿crees que habría sido más acertada la edificación del
proyecto ganador para la Plaza de Castilla?
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