Es uno de los monumentos más representativos de Madrid, el
de Cervantes de la Plaza de España, pero, ¿sabías que el
proyecto elegido fue otro, y que en principio se iba a construir en un lugar
diferente?
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Detalle de Coullaut Valera para el monumento a Cervantes. La Ilustración Española y Americana, año LX, nº16, 30 de abril de 1916, pág 245. madridciudadaniaypatrimonio.org |
2016 está siendo
un año repleto de homenajes a Miguel de
Cervantes Saavedra (1547-1616), debido al IV centenario de su muerte. El dramaturgo, poeta y novelista
alcalaíno pasó a la posteridad por su obra cumbre, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha".
Sin embargo, no es esta la primera ocasión en que la ciudad
de Madrid muestra su respeto por el ilustre escritor del Siglo de Oro.
Si nos remontamos a comienzos del siglo XX, veremos cómo, en
1905, también hubo numerosos actos
para homenajear el III centenario de
la publicación de la novela mencionada, la más destacada de la literatura
española y una de las más reconocidas a nivel mundial.
Entre esos eventos, se proponía la creación de un gran monumento al insigne literato, y
para ello se abrió una suscripción voluntaria entre “todos los pueblos que
tienen el castellano por lengua nacional”.
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Anteproyectos del monumento a Cervantes. Fotografía de J.Vidal para La Ilustración Artística, año XXXIV, nº1764, 18 de octubre de 1915, páginas 687-716. madridciudadaniaypatrimonio.org |
Una buena iniciativa, que lamentablemente no se llevó a
cabo, al menos en ese momento.
Los años pasaron, y en 1910
la idea volvió a surgir, para ubicar ese nuevo monumento en el lugar que había
ocupado el Cuartel de San Gil,
edificado a partir de 1789, y demolido entre 1906 y 1910 donde hoy se encuentra
la Plaza de España.
Tras algunos problemas para obtener esos terrenos, en 1912 se propuso la creación de la
escultura en una zona aledaña, en la Gran
Vía, que había comenzado a ser construida en 1910. Una buena alternativa
que situaría a Cervantes en el “nuevo Madrid”.
No obstante, el Ministerio
de la Guerra consiguió desbloquear
los obstáculos legales para la edificación del monumento a Cervantes en la Plaza de España, con lo que el
Ayuntamiento de la capital finalmente aceptó llevar a cabo esa iniciativa en
este lugar.
De nuevo estancadas las negociaciones, el alcalde de Madrid
propuso de nuevo un cambio de ubicación: la plaza de Callao, algo a lo que la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando (R.A.B.A.S.F.) se opuso manifiestamente, proponiendo otros
entornos, como la Red de San Luis en
la propia Gran Vía, o la plaza de Cánovas
del Castillo, trasladando así la fuente de Neptuno a otro lugar.
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Anteproyectos del monumento a Cervantes. Fotografía de J.Vidal para La Ilustración Artística, año XXXIV, nº1764, 18 de octubre de 1915, páginas 687-716. madridciudadaniaypatrimonio.org |
Finalmente, en 1914,
y tras mediación del rey Alfonso XIII, el Ministerio
de la Guerra se puso de acuerdo con el Ayuntamiento
de Madrid y se acordó el emplazamiento final del monumento: la Plaza de España.
La elección del lugar, como se puede ver, fue un dolor de
cabeza que duró años, pero que continuaría con la selección del proyecto que
debería ser construido.
Ya el 19 de marzo de
1915 se convocó el concurso de ideas para el monumento a Cervantes. Las
bases, establecidas por la R.A.B.A.S.F., limitaban el concurso a escultores y arquitectos españoles, que
deberían presentar en menos de cuatro meses proyectos para una obra en piedra, que podría ser adornada por
mármoles y bronces.
El plazo se amplió hasta el 2 de octubre, y tras ello, a
partir del 5 de octubre se
expusieron las maquetas de los anteproyectos
presentados en veintiuna salas del Palacio de Exposiciones del Retiro, y en
otras seis del Palacio de Cristal.
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Fotografía de Cámara para Nuevo Mundo, año XXII, n.1135, 8 de octubre de 1915. madridciudadaniaypatrimonio.org |
La pregunta es obvia, ¿por qué tantas salas? Por una razón
sorprendente: se presentaron nada menos que cincuenta y tres proyectos para este monumento, que estaba llamado
a ser uno de los más emblemáticos de
Madrid. Un auténtico acontecimiento
que llevó a la decisión de cobrar 50
céntimos a todo aquel que quisiera visitar las maquetas.
Uno de los primeros asistentes fue el propio monarca Alfonso XIII, pero no solo la familia
real, sino la práctica totalidad de la sociedad madrileña se volcó con este
concurso de ideas.
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Anteproyectos del monumento a Cervantes. Fotografía de J.Vidal para La Ilustración Artística, año XXXIV, nº1764, 18 de octubre de 1915, páginas 687-716. madridciudadaniaypatrimonio.org |
Entre arquitectos y escultores, eran uno total de ciento nueve artistas los que
participaban en esta interesante propuesta escultórica.
La exposición, que tan solo duró unos pocos días, finalizó
el 15 de octubre con el nombramiento
de los ganadores. El proyecto que se
alzó con la victoria (16 votos de un
máximo de 17) fue el presentado por el escultor Mateo Inurria y el arquitecto Teodoro
de Anasagasti (número 3 en la imagen de la izquierda).
Se trataba de un monumento con representaciones simbólicas, alegorías que, debido a su complejidad,
podrían dar lugar al no reconocimiento de los personajes representados.
Fue, posiblemente, por ese motivo, por el que se decidió no construir el proyecto ganador.
La sorpresa de Inurria y Anasagasti se convirtió en alegría para Rafael Martínez Zapatero y Lorenzo Coullaut Valera que, con una
propuesta de menor calidad, se alzaron con el segundo premio al obtener 13 votos de los 17 posibles.
Y es que fue finalmente esta maqueta la que pudo ver su materialización en piedra en la Plaza
de España.
En 1916 se
cumplieron los trescientos años de la muerte de Cervantes, y la obra no había
podido ser comenzada. Fue en 1920
cuando se constituyó el comité de
recaudación de fondos, y en 1925
cuando se comenzó a erigir el
monumento, con algunas modificaciones por
parte del arquitecto Pedro Muguruza.
Las figuras de honor representarían, en la parte frontal, a don Miguel de Cervantes, y ante él, las
estatuas en bronce de Don Quijote y Sancho Panza, cabalgando
respectivamente sobre el caballo Rocinante
y el jumento del fiel Sancho.
En la parte trasera se podría ver a la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos I,
sobre una fuente con los escudos de
todos los países que usan la lengua de Cervantes.
Coronado por una bola
del mundo y los cinco continentes, alegoría de la difusión de la lengua
española por todo el globo terráqueo, fue inaugurado,
aunque no finalizado, en 1929.
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Monumento a Cervantes en la actualidad |
El parón de la Guerra Civil retrasó considerablemente las
obras, aunque fue en ese momento cuando el monumento adquirió mayor
popularidad: parece ser que la estatua de Don Quijote fue adoptada como símbolo por los dos bandos de la contienda. Por una parte, el bando republicano consideraba
que el brazo en alto del hidalgo era un emblema de aquel famoso “no pasarán”,
mientras que en el bando sublevado se argumentaba que el brazo en alto era un
gesto de bienvenida por parte del caballero.
Ya en los años 50,
Federico Coullaut-Valera, hijo del
artífice del proyecto, añadió las figuras de Dulcinea y Aldonza Lorenzo,
y en los años 60, las de Rinconete y Cortadillo y La Gitanilla, completando así por fin
el controvertido monumento.
Como decíamos, un auténtico dolor de cabeza que duró unos
sesenta años, hasta que la Plaza de España pudo ver esta obra en todo su
esplendor.
¿Crees que el
conjunto finalmente erigido era el más idóneo para este lugar?
Anteproyectos del monumento a Cervantes. Fotografía de J.Vidal para La Ilustración Artística, año XXXIV, nº1764,