miércoles, 7 de enero de 2015

El Madrid que SÍ fue I. "La Pagoda" de Fisac

Hoy es un gran día para nuestro blog, ya que estrenamos nueva sección. La misma se llama “El Madrid que SÍ fue”, porque no todo son proyectos que se descartaron en nuestra ciudad.
Esta sección sólo la actualizaremos en fechas especiales, y, ¿qué mejor que estrenarla en el primer post del año? El resto de artículos seguirán siendo de “El Madrid que no fue”, como viene siendo habitual.
Lo que contaremos en este nuevo área, que se distinguirá por la letra color morado, es la historia de edificios importantes que llegaron a construirse en nuestra ciudad, pero que por un motivo u otro finalmente fueron derruidos y hoy no podemos contar con su presencia.

¡Bienvenid@s, por tanto, al Madrid que SÍ fue!

"La Pagoda" de Miguel Fisac
 En este primer post, hablaremos de “la Pagoda” de Miguel Fisac
Fisac fue un arquitecto, urbanista y pintor español que murió en la capital en 2006. Sus primeros proyectos se centran en la vivienda social, e incluso ganó un concurso para el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid en su empeño de hacer casas confortables a un coste económico.

A partir de los años 50 del siglo XX revolucionó el concepto de iglesia en España. Un claro ejemplo es la de San Pedro Mártir, que suele llamar la atención a los usuarios de la A-1 (carretera de Burgos), a su salida de Madrid.

En 1965, cuando Fisac era más que conocido en el campo arquitectónico, José María Jorba, propietario de Laboratorios Jorba, encargó a Fisac la construcción de la sede de la empresa.

Lo que iba a ser la simple sede de unos laboratorios, pasó a convertirse en, según muchos expertos, uno de los iconos de la arquitectura del siglo XX en Madrid.

Zona de almacenamiento y producción de los Laboratorios
Jorba, en primer plano. Tras elos, "la Pagoda".
Se trataba de una torre en la que cada planta giraba 45º con respecto a la anterior otorgando el aspecto de una pagoda asiática, lo cual le dio el apodo por el que pasó a la posteridad.

El edificio fue finalizado en 1967 en la entrada a Madrid por la A-2 (carretera de Barcelona), en las cercanías a la Avenida de América, en el distrito de San Blas. En realidad la pagoda era una de las torres del proyecto, pero es lo que dio notoriedad al mismo por su originalidad. Además de ser la sede de la empresa, se acondicionaron otras partes de la construcción para almacén.

El diseño de los elementos estructurales de la obra era envidiable. Las vigas basaban su solución en láminas que formaban tubos con unas secciones parecidas a las vértebras. Las piezas de hormigón eran prefabricadas, y se tensaban una vez montadas.

En 1997 se elaboró en Madrid un Plan General de Urbanismo en el que se daba protección a los edificios más importantes de la ciudad para evitar su deterioro. Inexplicablemente, “la Pagoda” no formó parte de este listado.
Derribo de "la Pagoda" de Fisac
Esto propició que, en 1999, al cambiar el edificio de propietario (adquiriéndolo el "Grupo Lar"), los nuevos dueños pudieran decidir la suerte de esta construcción.

Los dos arquitectos responsables de la adecuación del edificio a su nuevo uso de oficinas comentaron en un primer momento que no tenían intención de dañar la imagen de esta obra simbólica que tan bien se veía a la entrada a Madrid desde el aeropuerto de Barajas.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, en verano de 1999 el “Grupo Lar” considera que el edificio construido no aprovecha todo el terreno, y que si construyen uno nuevo y de más altura, podrán sacar más beneficio a la compra. En ese mismo verano, se otorga el permiso por el Ayuntamiento de Madrid para derribar este icono, y “la Pagoda” de Fisac pasa a la historia para siempre.

La versión oficial nos cuenta que, al no estar la obra catalogada como edificio de protección, el Ayuntamiento no pudo negarse a dar el permiso para esta histórica pérdida.

Derribo de "la Pagoda" de Fisac
Sin embargo, la versión extraoficial, compartida por el propio arquitecto Fisac, es bien diferente.

Miguel Fisac, además de célebre arquitecto, fue uno de los miembros más destacados del Opus Dei, institución perteneciente a la Iglesia católica. Su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, era conocido personal del urbanista.
Fisac, tras 20 años perteneciendo al Opus Dei, lo abandonó por sentirse incómodo en el organismo. Éste fue el motivo por el cual, según algunas teorías y la opinión de él mismo, fue boicoteado desde el seno del Ayuntamiento de Madrid. El que era propietario de los Laboratorios Jorba señaló directamente a José María Álvarez del Manzano, entonces alcalde de la ciudad, como conocedor desde principios de 1999 del cambio de titularidad de “la Pagoda”, e impulsando su derribo desde las instituciones con el único fin de destruir la imagen pública de Miguel Fisac.

Sea como fuere y alejándonos de toda polémica, lo cierto es que esta obra fue una gran pérdida para nuestra ciudad, pérdida que esperamos sirva para concienciar de que no sólo lo importante es construir o no construir un edificio o monumento, sino su posterior mantenimiento y conservación para que pueda ser disfrutado por las futuras generaciones.

4 comentarios:

  1. Qué pena, tenía solo 6 años cuando lo derrumbaron y no lo recuerdo para nada... :(

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    1. ¡Suerte que nos quede material gráfico para poder recordar estas obras!

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  2. Una de las grandes vergüenzas en la historia de la ciudad y tiene nombres y apellidos, como el de Álvarez del Manzano, al que, por cierto, también debemos la demolición de la Casa de Iván de Vargas y de los sótanos de la Casa del Tesoro, entre otras lindezas.

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    1. Toda la razón, J.Esetena. Lo cierto es que sea por lo que sea, es la propia ciudad la que acaba siendo la más perjudicada. Gracias por tus comentarios, en los que siempre aportas datos interesantes. ¡Un saludo!

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